Elliot Murphy y Jamboree, sinónimos de buena música
Por: Abel Farré
Tener la posibilidad de acudir a la Sala Jamboree de Barcelona es sinónimo de tener la posibilidad de escuchar buena música en un ambiente en donde se establecen complicidades con cada uno de aquellos músicos que tal vez sin ansias de circuitos marcados por grandes escenarios, nos vienen a mostrar su carácter más intimista.
La verdad que a Elliot Murphy junto a la que parece ya su inseparable pareja de baile Olivier Durand, sobretodo desde que dejo New York para tomar París como ciudad de refugio, poco ya les importa convertirse en un Mainstream de la música o no.
El cantautor neoyorquino a pesar de haber sido comparado en sus inicios con el mismísimo Bob Dylan, a pesar de haberse codeado y haber sido admirado por grandes como Bruce Springsteen o Lou Reed, sigue fiel a sus principios ofreciéndonos con humildad un espectáculo cargado de buen Rock’n’roll y blues sin perder esas pinzas de folk que le caracterizan.
Elliot Murphy y Oliver Durand junto a sus guitarras acústicas ofrecieron un concierto compacto en donde no faltaron piezas como “Last Of The Rock Stars”, “Sweet Honky Tonk”, “Take Your Love Away”, “Hangin’ Out” o “On Elvis Presley’s Birthday”. A pesar de no poderse tomar muchas dilaciones entre canción y canción, pues los mismos nos venían a ofrecer dos sets esa noche. Hubo tiempo para sus características notas de humor, como cuando nos contaba que el blues había nacido en Barcelona, gracias a Cristóbal Colon había descubierto América..
Pero fueron pocas más las palabras que nos dejaría esa noche, pues las mismas se las reservaría después del concierto cuando bajaría a hablar y tomarse fotos con el resto de asistentes. Al momento que iba excusándose una y otra vez que el concierto no hubiera durado más de una hora, pero la verdad que uno a los 66 años debe ir dosificando sus fuerzas cuando le vienen dos conciertos en el mismo día. Así que el mismo nos aseguraba una pronta vuelta a la Ciudad Condal con un repertorio más extenso, pues aún le quedan muchas historias más que contar después de su último EP “Intime”.
Pero la verdad es que durante el tiempo que Elliot Murphy estuvo en el escenario no escatimo en fuerza, pues era difícil saber quien era el maestro y quien el discípulo allí arriba, no por la forma de tocar sino por la energía que transmitía al público; el cual no dudo en ponerse en pie en el tramo final del concierto para homenajear a uno de los baluartes de lo que tendría que ser entendido como música de culto.
Por último como va siendo habitual en estos días, no faltaron los homenajes al Duque Blanco, David Bowie. Elliot Murphy se guardo un bis muy especial y con las guitarras desenchufadas entono un “Heroes” que hizo conmover a más de uno del público.
So… “We can be heroes, just for one day”