Todo está en tu cabeza. Historias reales de enfermedades imaginarias
«‘Hipocondríaco’ es otra etiqueta habitual que se aplica a aquellas personas cuyos síntomas carecen de una explicación médica. Todos lo hacemos en cierta medida, preocuparnos por algo que podría no suceder nunca, pero algunos lo convierten en una especie de hábito y, cuando eso ocurre, la anticipación de la enfermedad puede destrozar tanto sus vidas, que cuando enferman casi les supone un alivio».
Avance editorial:
La mayoría aceptamos sin problema que el corazón palpite con fuerza cuando vemos a la persona que amamos secretamente, o la sudoración que brota en nuestra frente ante el nerviosismo que nos provoca tener que hablar en público. Pero lo que no llegamos a imaginar es cuán dramática y exagerada puede llegar a ser la reacción de nuestro cuerpo ante según que emociones. Un tercio de la gente que acude a su médico de cabecera tiene síntomas sin ninguna explicación médica, si bien la gran mayoría de ellos se sospecha que tiene causas emocionales. No obstante, «todo está en tu cabeza» es lo último que queremos escuchar cuando acudimos a la consulta médica. «Nadie me entiende» suele ser entonces la queja más habitual.
«Cuando una relación se rompe, hay quien se enfada, quien lo niega y quien sustituye rápidamente lo que ha perdido. Que descarten que padeces la enfermedad física que creías sufrir puede resultar tan devastador como cualquier otra pérdida y algunas personas necesitan un rápido sustituto. Es parecido a una adicción. Al quitarse de una adicción, algunos adictos descubren que sustituyen un vicio por otro, a ser posible por uno menos dañino, como sustituir el tabaco por comida o las drogas por tabaco, por ejemplo. Cuando la enfermedad sirve de muleta resulta demasiado difícil renunciar a ella y se requiere algo que la reemplace. Y ese sustituto puede ser o no algo positivo».
El próximo 19 de enero llegará a las librerías Todo está en tu cabeza (Editorial Ariel), libro en el que la prestigiosa neuróloga londinense Suzanne O’Sullivan, referente mundial en el tema, nos conduce a través del fascinante mundo de las enfermedades psicosomáticas. Sumergiéndonos en casos reales, tendremos una visión más completa de la condición humana, de los secretos que somos capaces de guardarnos a nosotros mismos y a ayudarnos a ‘entender’ estas patologías que producen un gran sufrimiento. Desde su consulta, asistiremos a los casos más sorprendentes y perturbadores de los males que el cerebro puede infligir a nuestro propio cuerpo.
«Las personas buscan explicaciones a los cambios que experimentan en el cuerpo, algo a lo que achacar cada una de sus sensaciones desagradables. Casi nadie está dispuesto a aceptar factores conductuales o emocionales, o simplemente los efectos del envejecimiento, a modo de explicación. La sociedad y los medios de comunicación suelen ofrecerse a proporcionar una respuesta más cómoda y a añadir síntomas a la panoplia ya existente. El público es sugestionable».
Suzanne O’Sullivan da cuenta de sus experiencias a lo largo de más de dos décadas como especialista en Neurología, primero en el Royal London Hospital y en la actualidad en el National Hospital for Neurology and Neurosurgery. Durante estos años ha desarrollado una amplia actividad en el tratamiento de pacientes con enfermedades psicosomáticas, así como con aquellos que sufren dolencias como la epilepsia. Es una de las mayores expertas en el tratamiento de pacientes con enfermedades psicosomáticas.
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Todo está en tu cabeza. Suzanne O’Sullivan. Traducción de Gemma Deza. Editorial Ariel, 2016. 336 páginas. 19,90 €
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Sinceramente, como estudiante de psicología, esperaba mucho más de este libro. A pesar de que cada capítulo lleve el nombre de algún paciente en particular, solo 1/3 del capítulo (como máximo) se trata de dicho individuo, en otro 1/3 menciona casos aislados que hacen que se pierda el hilo de la historia (si se le puede llamar realmente una historia) y en el último 1/3 habla infinitamente sobre la historia de dichas enfermedades mentales, mecanismos y mucha terminología que finalmente sólo le interesan a los profesionales de la salud de esta área.
Inicialmente pensaba que este libro sería entretenido por los casos que presenta, pero escasamente presenta los casos y termina aburriendo con toda ese relleno de pura historia del siglo XIX que no a todos los lectores le interesarían. Si vas a hablar sobre «historias reales de enfermedades imaginarias», lo aconsejado sería hablar realmente de las historias de los pacientes y darles la importancia que merecen, sin pasarlas a un segundo plano con el fin de hablar del siglo XIX mientras se descubrían las enfermedades psicosomáticas. Sentí que toda ese relato del siglo XIX era puro relleno para tener un libro más gordo que presentar.
Este libro me decepcionó.