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Darth Vader e hijo

IMG_20151220_0002Por Octavi Franch

Acabo de descubrir que ya está a la venta la nueva entrega de las aventuras en cómic de Darth Vader y sus gemelos, Leia y Luke: Buenas noches, Darth Vader, en la cual el pobre monstruo de las galaxias embutido en látex y una escafandra estrafalaria intenta que sus dos hijos se vayan, de una vez por todas, a dormir. Aparte, también se pueden adquirir en formato pack los dos primeros números de esta colección, tanto en formato estándar como en un estuche especial, ideal para regalar en estas fechas tan señaladas, tanto a pequeños como a mayores, porque La Guerra de las Galaxias no conoce ninguna barrera: ni edades, ni razas, ni religiones, ni universos: gusta a todo el mundo y a un servidor desde el lejano 1977 en que fui a ver, de estreno, la primera parte (es decir la cuarta) de esta saga literaria, audiovisual y de merchandising.

Aunque yo solamente soy coleccionista de Han Solo y de alguna cosa global sobre la saga, compré enseguida que pude tanto Darth Vader e hijo, primero, como Darth Vader y su Princesita, después. Fue por casualidad que me di cuenta que Jeffrey Brown había creado esta criatura en formato libro: estaba chafardeando junto con mi mujer el Fnac de Lisboa hace dos veranos (allí vendían, por ejemplo, un televisor que costaba 30000€, ideal para ver a través suyo sin ir más lejos las 7 partes de la saga) cuando observé el montón de ejemplares de la primera entrega de esta, por ahora, trilogía: Darth Vader e hijo, aunque en este caso era Darth Vader and Son porque, en esos momentos, sólo había llegado a Europa la versión original en inglés-norteamericano. No lo compré porque pensé que, pronto, llegaría como mínimo su traducción al castellano a las librerías de toda España. Cuando volví a Barcelona, ya lo encontré traducido y lo pude disfrutar inmediatamente. images (1)

Por lo que respecta a esta primera parte, Darth Vader e hijo, hay que comentar de entrada que como pieza del posmodernismo más actual es perfecta, tanto en su concepto como desarrollo. Ya sabemos que en La Guerra de las Galaxias todo es posible (Lucas y Spielberg empezaron por la cuarta parte, imagínate) pero el hecho de suponer una realidad paralela e imposible según el relato original de la historia (Darth Vader haciendo de padre de los gemelos cuando todavía ni se conocían) es de una originalidad fuera de lugar. Además, Jeffrey Brown es un excelente dibujante y grandísimo guionista. De las 58 viñetas del libro (me parece una cantidad muy generosa, ya que es a todo color y algunas escenas son dobles) destacamos las siguientes:

  • La quinta, en que Luke está jugando solito en el desierto mientras su padre está leyendo. Luke le dice a su padre que hay dos androides enterrados en la arena (C-3PO y R2-D2) a lo cual Darth Vader le contesta con un ausente Ahá… Lo más sorprendente es que, al lado de los dos robots, se ve el esqueleto de una serpiente gigante que pasa totalmente desapercibida, lo que nos indica que tanto uno como el otro ya están acostumbrados a ver esas cosas que, hoy en día, nos parecerían totalmente extraordinarias, como mínimo desde un punto de vista zoológico.
  • La sexta, en que Luke (en lo que es un adelanto de la segunda parte de esta colección) le dice a su padre, muy enfadado, que no quiere una hermana (Leia), la cual aparece en la viñeta jugando a muñecas con los muñecos de su hermano; posmodernismo al cuadrado.
  • La décima, en que ambos están en el zoológico y podemos ver, aparte de los animales que ya conocemos de la heptalogía cinematográfica pero enjaulados, otros personajes de la historia cuando también eran niños, como los bandidos tusken, el cuidador de Rancor o Lando Calrissian.
  • La decimoctava, en que Luke y su padre están en una tienda de juguetes y el pequeño quiere un peluche de Jar Jar Binks, y Vader le dice que no es el juguete que él está buscando, pero el niño insiste que sí, en un claro advertimiento de lo que acabará sucediendo: que Luke se irá al lado Claro.
  • La vigesimoquintinta, en que Darth Vader está dibujando para su hijo un retrato de Darth Maul, a lo cual Luke reacciona diciendo que ese personaje tiene pinta de malo, lo que provoca que su pare le corrija de inmediato diciendo que no, que es de los buenos.
  • Y la vigesimosexta (y para mí la mejor) en que el jefazo del lado Oscuro le dice a su hijo que, de ninguna de las maneras, puede jugar con ese niño llamado Han Solo.

En definitiva, una obra imprescindible tanto para los seguidores de La Guerra de las Galaxias como de los amantes del cómic.

 

 

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