¿Existen las casas encantadas?
«Tuve mi primer contacto con el fenómeno de las casas encantadas siendo una niña. (…) Calculo que por aquel entonces tendría yo unos ocho o diez años. Mis padres, mis hermanas y yo realizábamos un viaje en coche por Asturias. Es curioso, pero guardo pocos recuerdos de este viaje y quizá el único que tengo clavado es precisamente el de aquella noche en la que el Citroën CX de mi padre nos dejó tirados en medio de la oscuridad entre dos pueblos cuyos nombres no recuerdo».
¿Qué es una casa encantada? ¿Y un poltergeist? ¿Cuáles son sus manifestaciones? En la nueva obra de Clara Tahoces, El gran libro de las casas encantadas (Editorial Luciérnaga), se dan respuesta a estas cuestiones con el testimonio de primera mano de los testigos de estos acontecimientos. La autora aborda una serie de casos recogidos directamente a partir de las declaraciones de sus protagonistas y describe los sucesos que algunos prefieren silenciar por miedo a la burla. Una obra que permitirá experimentar lo que sienten quienes habitan hogares encantados y profundizar en este fenómeno para el que la ciencia aún no tiene respuesta.
A lo largo de la historia han existido numerosos casos que describen una serie de perturbaciones inexplicables en multitud de hogares de todo el mundo. Ruidos misteriosos, desplazamientos de objetos, olores extraños que surgen de la nada, voces que susurran nuestro nombre, visiones espectrales… Estas experiencias son las que se describen en este libro. El fenómeno de las casas encantadas es fascinante desde el punto de visto estudioso, pero un verdadero infierno para aquel que lo padece. Las manifestaciones asociadas a este fenómeno son muchísimas, es por ello por lo que se le llama “el gran fenómeno”, porque en él se halla casi todo aquello que interesa al amante de la parapsicología. Raps, mimofonías, olores extraños, contacto físico, movimiento de objetos, teleplastias, apariciones espectrales e incluso combustiones espontáneas.
En este libro Clara Tahoces ha querido ahondar en el fenómeno de las casas encantadas, haciendo primero una distinción de éste frente a los poltergeist y repasando brevemente las diferentes manifestaciones que se pueden producir. Los testigos son los verdaderos protagonistas, de los que también se analizan las fases psicológicas por los que pasan. Como ella misma cita en el libro “esta obra no pretende ser un tratado para eruditos, y tampoco un ensayo científico sobre el tema que nos ocupa, puesto que esa no es mi área de formación, sino una obra divulgativa”. Aquí se describen 30 casos de los que la autora ha venido tomando nota desde finales de los 80 de la mano de sus protagonistas y de los estudiosos que los han seguido de cerca. Así mismo se incluyen tres clásicos de la parapsicología que han suscitado controversia: los fenómenos de Borley, Rosenheim y Enfield.
Clara Tahoces es diplomada en Grafopsicología y Especialidades. Lleva ejerciendo el periodismo especializado y de investigación en temas insólitos y misteriosos desde hace veinticinco años. Ha sido redactora jefe de la revista Más allá de la ciencia y ha colaborado con numerosas publicaciones y programas de radio y televisión. En su faceta de escritora es autora de once libros, entre los que destacan Grafología (2005), Sueños. Diccionario de interpretación (2015) y Guía del Madrid Mágico (2014). Se ha adentrado también en el campo de la novela con títulos como Gothika (Premio Minotauro 2007) o El otro (2009).
Uno de los que se habla en este libro es el de la casa de las siete chimeneas. La actual sede del Archivo Central de Cultura del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte es otro de los edificios espectrales más famosos de la capital. Nadie consigue aclarar quién realizó este curioso proyecto arquitectónico coronado con siete chimeneas. El terreno sobre el que se edificó la casa fue adquirido a mediados del siglo XVI por un montero de Felipe II para su única hija, una joven de extraordinaria belleza que iba a casarse con un capitán de la guardia amarilla perteneciente al linaje de los Zapata. Poco después de trasladarse, él fue requerido en Flandes donde murió. Su esposa Elena quedó sola en la gran casa, hundida en el dolor al tener conocimiento de la muerte de su marido y se fue consumiendo entre sus muros hasta que finalmente apareció muerta. Comenzaron las especulaciones y numerosos testigos afirmaron haber visto una aparición espectral: una joven que se paseaba por el tejado. Cuando se hicieron obras en el edificio apareció al ser removida la tierra de uno de los sótanos, la osamenta de una mujer, y junto a ella algunas monedas de la época de Felipe II. Pero la historia sigue, y casi todos los posteriores propietarios del peculiar edificio han estado marcados por la mala fortuna o muriendo en extrañas circunstancias.
Otro caso tratado aquí es el de los fantasmas del Reina Sofía: en 1590, sobre un albergue de indigentes que había en la zona de Atocha, se iniciaron —bajo el reinado de Felipe II— las obras para la construcción del Hospital San Carlos. Nacía así un gran complejo hospitalario que unificaba el resto de los centros sanitarios dispersos por Madrid. Allí se atendió a numerosas personas a lo largo del tiempo, y muchas de ellas murieron víctimas de las diferentes epidemias que azotaron la villa. Posteriormente, el edificio tuvo diversos usos: hospital psiquiátrico, casa cuna y hospital de sangre durante la guerra civil española, cuando, por cierto, también se ejerció allí la tortura. Tras una etapa de gran actividad, fue abandonado en la década de 1960 hasta su restauración en 1980 para convertirlo en el actual Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, que abrió sus puertas en el año 1986. Fue en 1991 cuando saltó la noticia a los medios de comunicación: según diversos testigos, el museo estaba encantado. Algunos empleados del servicio de seguridad y otras personas de la plantilla afirmaban que en el interior del museo ocurrían cosas extrañas. Básicamente, durante las rondas de vigilancia percibían voces y pasos, y veían extrañas procesiones religiosas. Además, se oían golpes en los sótanos y los ascensores se ponían en funcionamiento solos.
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El gran libro de las casas encantadas. Clara Tahoces. Luciérnaga, 2015. 296 páginas. 22,00 €
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