Micah P. Hinson, siempre habrán días mejores
Por: Abel Farré
El pasado jueves 3 de noviembre, el Festival del Mil.leni nos ofrecía una propuesta más que atractiva con la presencia de Micah P. Hinson. Con formato tal vez arriesgado, traducido a Sala Apolo con sillas y un Micah P. Hinson sin banda; no sentábamos a la espera de conectar con el mundo de ese genio de Abilene nacido en Memphis.
Teniendo en cuenta el extenso historial autobiográfico que cuenta su vida; capaz de llenar páginas y páginas de cualquier formato de prensa posible, es normal que cada vez que veamos la presencia del cantautor sólo con guitarra en mano, acabemos temiendo monólogos largos con poca música. Pero esta claro que el sentimiento que nos suscita su música, gracias a su cruda experiencia personal, el riesgo no parece un problema, cuando uno desea llegar a su atmosfera de intimismo
Con gorra y sus peculiares gafas de pasta aparecía ayudado de su bastón debido a sus crónicos problemas de espalda, y con su aspecto débil arrancaba con “God is Good” de su última disco, no sin antes habernos presentado uno de sus monólogos, sacados mismamente del Club de la Comedia.
Le seguirían canciones como “There’s only one name” o “She don’t own me”, pero tal vez las pausas para relatar nuevas historias personales junto a desconexión entre una guitarra y una voz que no parecían estar viviendo el mismo momento, impacientaron a un público que esperaba un concierto más compacto; un público a la espera de sentir cada una de aquellas canciones que sentados en sofá de casa nos servían como forma de escapismo.
Pero Micah P. Hinson se puede permitir hacer lo que siente en cada momento; se puede permitir quedarse boquiabierto mirando el setlist para imaginarse que canción tocar, se puede permitir parar de tocar la esplendida “2s and 3s” para hablar sobre la nueva entrega de Star Wars… al momento que pasa la noche y no se da cuenta ni del tiempo que lleva encima del escenario.
Así pues recordaremos el momento, en que alguien salía de detrás del escenario y le susurraba a la oreja que era momento de ir acabando el concierto, y Micah P. Hinson decía abiertamente que sólo le dejaban tocar dos canciones mas.
Con lo cual sin esperas de bises acabaría con “Jackeyed” y la versión habitual de uno de sus idolatrados músicos Woody Guthrie, “This land is your Land”. Pues durante la noche ya había tirado de versiones como el “Changes” de Phil Ochs o la perfectamente ejecutada “”You got lucky” de Tom Petty And The Heartbreakers.
Nos levantábamos con una sensación agridulce, tal vez no era lo que esperábamos de esa noche, no es lo que esperábamos de Micah P. Hinson, pero es lo que tiene un artista y más cuando uno toca desde dentro; pues no es fácil sonreírle siempre al día.
Así que seguiremos alabando las propuestas musicales que nos siguen presentando este tipo de Festivales, y una vez más cuando el nombre de Micah P. Hinson aparezca en cartel con o sin banda, seguiremos asistiendo a la espera de lo que nos presente esa noche.
Por favor, hay un error en el titular. Se debe decir «siempre habrá días mejores». Es una oración impersonal y no debe haber concordancia.
Gracias.