Reconfortante paseo por la memoria en una función para 5 espectadores
Por Horacio Otheguy Riveira
Una aventura que conmueve. Divertido recorrido por el pasado de un país entre objetos antiguos y cajas que fueron de bombones. Un ceremonial relajado y sorprendente donde encontrar un billete de ida y vuelta para entrar en el túnel del tiempo, donde siempre nos encontramos arropados por un manto de rara ternura…
Una ceremonia insólita a vueltas con la memoria, ese país extraño que parece llegar de la dulce mano de Luigi Pirandello, siempre acompañando a personajes perdidos en busca de autor. Y qué mejores personajes que nosotros mismos, a tientas por la delicada oscuridad de nuestro pasado remoto o cercano, el de nuestros padres o abuelos o nuestros hijos, porque a veces el recorrido por los ayeres inflama fantasías pobladas de futuro…
Y todo ello a lo largo de una hora y media de intenso y delicioso viaje en el túnel del tiempo, guiados por un hacedor de muy pocas palabras, ya que su comunicación se establece a través de sus manos delgadas y las cajas antiguas por las que desfilan, acompañadas de música y sinfín de remembranzas, situaciones de los años 40 de España, la posguerra en ínfimos y poderosos detalles, luces y sombras de más amor que odio, en un marco de tinieblas en las que sólo se puede permitir la participación de 5 espectadores 5, tras los pasos de una especie de mago sui generis: palabras escasas pero más que suficientes, música, imágenes, palabras impresas, y en una de esas, quizás, tal vez, a lo mejor: un bombón exquisito que se lleva a la boca para que allí se disuelva mientras se escucha un rumor de melodías, el susurro de un viento al atardecer, las palpitaciones ante la cercanía del primer beso o la taquicardia de una serie de besos desenfrenados cuando menos se esperaban…
Todo comienza a los pies de las taquillas del noble Teatro Español, tan cargado de recuerdos, desde su inauguración en 1583. Allí, asesorados de antemano por las célebres taquilleras de la sala, Ángeles y Oresti, los 5 espectadores de cada función son atendidos por la encantadora aparición de una señorita del departamento de producción, y conducidos hasta la Biblioteca, donde Xavier Bobés les recibe con un aire antiguo bien compuesto, sonrisa cordial y traje gris de revisor de autobuses.
Inicia un trayecto cargado de buenas sorpresas: él mismo revisor, acomodador, mago fascinado y fascinante que logra algo único en el teatro, que todos formen parte de un ritual en el que cada uno complementa las escenas hilvanadas visualmente por el autor/actor/director, sin necesidad de que cuente algo, de que suba al escenario ni nada por el estilo. Es una ceremonia de objetos y sonidos. Cada uno con su propia memoria real o imaginada, pero el singular espectáculo no se detiene nunca, fluye con la libertad y el ímpetu de un río que nos lleva y en el que siempre nos reconfortamos.
Uno de los grandes aciertos de estas Cosas que olvidamos fácilmente consiste en la creación de un ambiente y unas maneras que transportan a años difíciles, pero a través de sus alegrías cotidianas o el asombro de algunos acontecimientos graves, vistos a través de palabras e imágenes de la época, pero desde la cotidianidad de 5 vecinos de edades similares o distantes, 5 que pueden ir juntos, 5 desconocidos, 5 abrazados al número impar que con el protagonista forma un 6 mágico, el número de la buena esperanza en muchas culturas. No viene a cuento. No se menciona, pero sobrevuela junto al aroma, también reconfortante, que invade la sala donde los 5 son introducidos siguiendo las pautas de la luz de una linterna…
Una experiencia muy recomendable que nació durante el verano 2015 y que llega al invierno madrileño por pocos días, tras los pasos de una larga gira que muy pronto recalará en Londres…
Creación, dirección e interpretación: Xavier Bobés
Vestuario: Antonio Rodríguez
Producción: Xavier Bobés y el Festival TBT-Terrassa Noces Tendències
Teatro Español. «Biblioteca». Funciones de martes a jueves. Desde el 24 de noviembre al 13 de diciembre de 2015.