“No más corbatas de mierda”. Afterwork en el Alfil
Por Sara Zambrana
¿Puede escapar de la alienada dinámica laboral a la que es sometido el trabajador de una gran multinacional?, acaso ¿sería capaz de negarse a los elevados estatus social y económico que le ofrece, a esos sueldos desproporcionados, esas camisas, trajes y zapatos de firma, esos imponentes coches alemanes o a esas caribeñas vacaciones?, ¿puede resistirse a aspirar y hasta vivir ese sueño de comodidad, ostentación y superioridad y rebelarse contra todo ello? “No más trajes de mierda, ni corbatas de mierda”. Depende, supongo. ¿Cuánto cuesta todo eso para el trabajador?, ¿llega a vivir en realidad, es decir, a disfrutar de todos los supuestos lujos y privilegios, o es tan sólo un simulacro agotador?
Sumisión, servidumbre, explotación y ansia de poder, junto con impotencia, frustración y rencor conformarían la normalidad de los tres empleados que protagonizan la obra Afterwork que, como su propio autor afirma, el asturiano David Barreiro,
es una comedia negra sobre nuestra realidad cotidiana, sobre las expectativas que nos crea la sociedad capitalista y la imposibilidad de detenernos a pensar qué estamos haciendo con nuestra propia vida.
Y justamente una de las claves esenciales es pararse a pensar, descolgarse brevemente de ese ritmo tan acelerado, casi esquizofrénico, que impone la llamada era tecnoeconómica o el tardocapitalismo: nuestro tiempo.
Fredo, Rober y Dani se paran a pensar en un moderno local al que suelen acudir tras sus fatigosas jornadas de trabajo; con ese lenguaje ambiguo de gran empresa —en el que grandes proyectos o larguísimos y ridículos títulos de puestos de trabajo enmascaran en qué se está trabajado realmente—, entre esos específicos y tan distintivos ideales de los “hombres de negocios”, también algunos tópicos de funcionarios o chistes y risas insensibles ante la infidelidad o la muerte, y con unas cuantas cervezas, estos middlemen con déspotas como jefes sueñan con liberarse de ese yugo que tanto los oprime pero que ellos mismos se uncieron.
Es una queja vindicativa bien conocida pero que es importante seguir trabajando: contra este mundo construido que se pretende hacer creer que es el nuestro, el único posible, y por el que las cosas son así y no pueden cambiar, o como mucho, se nos dan ilusiones y esperanzas de cambio que nunca se cumplirán y acaban por atrofiar la imaginación individual pero, sin embargo, aunque domine esta ideología no puede darse ninguna diferencia en el sistema si no hay esperanza, motivaciones o propuestas alternativas.
La cuestión es, ¿de verdad serán capaces de hacerlo? La respuesta: en el Teatro Nueve Norte de Madrid, donde en una íntima sala aparecen los grandes Vicente Camacho, Fernando Coronado y José Carretero bajo la dirección de Bruno Ciordia, sin duda, lo más destacado de la obra para mí. Quiero decir que puede que para algunos el tema, a priori, no les seduzca demasiado —como reconozco que fue mi caso y que confirmé en algunas partes del texto— mas las interpretaciones son sobresalientes y reflejan perfectamente los tres diferentes perfiles que se busca retratar: el talentoso, ambicioso y “lameculos” o “trepa” que logra ascender y volver a ascender rápidamente (Coronado), el también hábil e inteligente pero envidioso e incapaz de comprometerse y asumir demasiadas responsabilidades, y que a su vez es el que inicia la potencial e idílica sublevación, ávido de venganza y reconocimiento (Camacho), y por último, el gracioso, influenciable, simplón pero de más nobles sentimientos que ninguno de los anteriores (Carretero).
Eso sí, el texto está muy trabajado, logrando espontaneidad y naturalidad, contundencia y cierto humor, mostrando con un buen desarrollo las tensiones latentes entre estos colegas que llegan a ser hasta siniestras, al igual que transmitiendo cierta reflexión no falta de crudeza, hipocresía y desesperanza.
En cuanto a la iluminación y la música, considero que se hace un apropiado y preciso uso de ambos, sobresaliendo los momentos de brainstorming y determinada confesión de uno de los personajes. En suma, un conseguido retrato de nuestra realidad sociocultural que cuanto más se piensa más se aleja uno de su, en apariencia, sencillez, y más se atisba la crítica conciencia que hay detrás.
Afterwork
Autor: David Barreiro
Dirección: Bruno Ciordia
Reparto: Vicente Camacho, Fernando Coronado y José Carretero
Producción: Nueve Norte
Producción ejecutiva: Isabel Torrevejano y Vicente Camacho
Diseño de luces y sonido: Jorge Kent
Música original: José Luis Bergia
Fotografía y vídeo: Olaya Pazos
Diseño gráfico: Studio Duermevela
Prensa: LemonPress
Teatro Alfil. Hasta el 5 de junio 2016. Ver días y horarios.