“Sobre la tierra amarga, caminos tiene el sueño…”. Grete Stern en el CBA

Por Sara Zambrana

 

Exposición Sueños. Grete Stern

Círculo de Bellas Artes, Sala Minerva

C/ Alcalá 42, Madrid

Hasta el 31 de enero de 2016

 

(Atreverse a) Ir un viernes al Círculo de Bellas Artes parece haberse convertido en todo un desafío: nada más llegar uno se encuentra una larga y juvenil cola de espera para acceder que, además, se ve dirigida por un opulento y escasamente amable azafato/auxiliar/portero que recrea el ambiente discotequero postadolescente de forma magistral. La gran atracción de moda del CBA, la terraza –ese espacio con unas geniales vistas de la Gran Vía, la plaza de Cibeles o el Paseo del Prado–, confirma nuestras primeras impresiones: al subir escuchamos repetitiva y pseudo música chillout, mesas altas, mesas bajas, césped artificial y lonas de camuflaje, copas y cócteles, reservados, fotógrafos profesionales y mucho niñato/a, mucho. El caso es que si el encantador portero te da la oportunidad, le puedes informar de que tu interés se encuentra en las exposiciones temporales por lo que te permite ahorrarte la cola; eso sí, te ha de someter a un interrogatorio para saber si es cierto que vas a una de las muestras –que ni siquiera él mismo sabe muy de qué van. Una vez dentro, y tras pasar la siguiente cola que se crea ante el ascensor que sube a la azotea, descubrimos que los espacios expositivos apenas tienen espectadores: mejor (o no).

 

En esta ocasión, me animé a ir por la muestra sobre la interesante artista alemana Grete Stern (1904-199) que se ha organizado en la pequeña Sala Minerva con el asesoramiento de Jorge Mara hasta el 31 de enero: Sueños nos enseña parte de los fotomontajes que Stern realizó para la revista argentina Idilio desde 1948 y hasta 1951 como respuesta gráfica de las interpretaciones de los sueños que las lectoras enviaban a esta publicación con el fin de hallar una posible interpretación psicoanalista –el encargado de la redacción era Richard Rest, pseudónimo que utilizaba el director y sociólogo Gino Germani– y aparecían en la revista de forma semanal en Buenos Aires. El resultado fue todo un éxito, llegando a realizar unos 150 fotomontajes que, sin embargo, tardaron en ver reconocida su valía artístico-crítica y de los que tan se han conservado 46 negativos. Inteligente, mordaz, de hábil y cuidada técnica, con explícita y crítica simbología, este trabajo es una de las mejores muestras de las preocupaciones, frustraciones, hartazgos, deseos y tópicos que las mujeres argentinas experimentaban o representaban a mediados de siglo.

Mujeres encerradas en un tarro de cristal o directamente enjauladas, arrastrando una gran roca mientras que otras observan turbadas los clavos que han pisado y dañan sus pies, también son diminutas amas de casa que tan sólo se acercan a las librerías para adornarlas, o sufren el ridículo del fracaso en público, al igual que se activan o encendien cuando así lo quiera o necesite el hombre, o ven, aterrorizadas, su propia imagen distorsionada y duplicada en el espejo. También aparecen maridos personificados en tortugas con traje, bebés endemoniados o trenes que degeneran en amenazantes reptiles; pero también jovencitas fantaseando en la playa o alcanzando incluso la luna. Pero con estos trabajos la artista fue más allá, pues acabó implicándose en ellos y, ciertamente, evidencian su radical, político y vindicativo ideario.

Sin duda, es una brillante ocasión para volver a deleitarnos con la obra de una de las artistas más representativas e innovadoras del siglo XX, sobre todo en fotografía, y activa desde las vanguardias históricas hasta mediados de los 80. Estos trabajos ya se habían visto en España gracias a la exposición que le dedicó el IVAM en 1995 pero, asimismo, ha sido uno de los emblemas de la excelente colección española de arte contemporáneo Circa XX-Pilar Citoler desde la primera muestra que se hiciera en el año 2002, comisariada por el crítico Alfonso de la Torre –colección donada-vendida en 2013 al Gobierno de Aragón, acuerdo por el que ahora se pueden disfrutar las más de 1.200 piezas en el IAACC Pablo Serrano. Por cierto, será de nuevo el IVAM el centro que le dedique a partir de diciembre otra exposición: Grete Stern. Caso de estudio.

Aprovecho para señalar que también Jorge Mara se ha encargado de otra de las tres exposiciones actuales del CBA: Jazz Jazz Jazz, una gran muestra de fotografía y acuarelas que ocupa la Sala Goya y, la cual, cuenta con un folleto de mano de gran calidad que incluye una preciosa introducción de Antonio Muñoz Molina, ese gran escritor apasionado de las artes que nos regala un ensayo sobre algunas de las muchas líneas que enlazan la fotografía, el jazz y la literatura; ese escritor que tanto agrada y maravilla leer.