Manolo Tena en escena: una voz rota en una vida en plena recuperación
Por Horacio Otheguy Riveira
Manolo Tena presenta su último disco en una serie de conciertos en grandes salas. Sube a escena tal cual es, un chico de barrio, tímido y nervioso, arropado por sus músicos, que canta sus propios temas a lo largo de dos horas que pasan volando. En cada tema, un poco de su dolor y sus ilusiones, en cada gesto nervioso o torpe de sus manos, el fantástico encuentro con emociones intensas, y a ratos alegrías que creíamos olvidadas.
Es este un tiempo de desastres y renacimientos. Entre los desastres de todo tipo que inundan el mundo, apenas se tienen en cuenta los valores de quienes apuestan por la generosidad, la solidaridad, la bondad, personas que hacen posible que la vida fluya con fuerza, a pesar de contar con tantos enemigos: tráfico de armas, trata de menores y mujeres, aprovechando sus altos grados de miseria, guerras terribles que se exponen en la tele a la hora comer, y muchas otras de las que no se habla… e innumerables víctimas de la drogadicción, uno de los negocios más lucrativos: muchos millones se mueven en torno a la destrucción de personas de todas las edades y condición social, desde la más ínfima pobreza a la riqueza que apenas puede costearse el salvoconducto para la resurrección que necesita un adicto. Un ser humano víctima de un ensueño artificial que le va destruyendo, a veces poco a poco, a veces de manera repentina.
Manolo Tena: un hombre sensible a las peculiaridades de una existencia no convencional, alejada de los lugares comunes de la mayoría, pero integrado en esa mayoría, aplicado al arte de su palabra escrita, y su música, y su voz que es un «quejío» flamenco, y una voz rota del rock and roll y de cualquier otro género, de quien busca la esperanza con ansias, incluso cuando ya no la tiene:
… cuando en plena indigencia pierdes la voz y cualquier otra dimensión, y es que no he llegado a vivir en la calle porque tuve la suerte de contar con una familia y amigos maravillosos que no me dejaron hundirme por completo.
Familia, amigos, y su propio hermano, Rafael Tena —productor de este último disco que ahora presenta en algunos escenarios de España— han sido colaboradores imprescindibles en los que el hombre, abrumado y hundido logró encontrar al poeta de las pequeñas cosas, los detalles cotidianos que permiten sobrevolar terrores cotidianos y volver a amar a partir de apreciarse a sí mismo.
Casualidades es su último disco, y en torno a él se suceden sus conciertos en vivo, alternando con canciones muy conocidas que festejan con entusiasmo sus incondicionales.
Se trata de un show donde el entusiasmo y la entrega de sus músicos se ven recompensados por la figura del protagonista: un auténtico muchacho de 63 años que apuesta en firme por una recuperación completa, amorosa y vitalista.
En el escenario sus manos hablan tanto o más que su voz, van y vienen, como va y viene su cuerpo, sus piernas inquietas en el reducido espacio en torno al micrófono, afectuoso con sus músicos, en una alianza intensa, que se percibe auténtica, y sus letras deambulan a veces por la cuerda floja del sentimiento profundo, del dolor de tantos amigos perdidos en el maremágnum de la angustia, atrapados por el negocio feroz del narco trepidante, y el amor o la amistad en cada esquina, en la frase sólo bosquejada, en la búsqueda infranqueable de la caricia lejana, de la mirada limpia, de la mano tendida…
Sus canciones plantean historias fantásticas que se imprimen con firmeza en la noche y el amanecer de cada oyente/espectador. Por ejemplo, gran admirador del arte de los payasos descubre la desesperación de la soledad, cuando todas las jugadas se han perdido…
Del mañana al ayer
luego recordaré
lo que nunca pudo ser
Volveré a despertar sin poderte olvidar
Cuando sienta que si después será que no
Y así nadie me hará caso
esto son solo opiniones de un payaso
Ahora nadie me hará caso esto son solo opiniones…
De un equilibrista desequilibrado de un ilusionista desilusionado.
Y de pronto, en el aciago lugar donde el poeta querría buscar su destrucción, una búsqueda luminosa, valiente, de su Princesa Azul:
Detrás de las ventanas
No está la libertad
Tan solo algunos presos
Que ríen al pasar
Qué triste está la cárcel
Sin su jardín
Alguien vendió las flores
Para sobrevivir
Y en ninguna parte tú
En ninguna parte tú
Y en ninguna parte tú
Princesa azul
Ni un duro en el bolsillo
Ni nadie en quien creer
Tantas promesas rotas
Ir para no volver
Tú te sientes tan solo
Entre la multitud
Es invierno y la ciudad
No deja de llorar
Dónde te ocultas tú
Dónde te ocultas tú
Dónde te ocultas tú
Princesa azul …
Manolo Tena en concierto, presentación de su disco Casualidades.
El 10 de octubre Teatro Arteria de Bilbao, el 29 en la sala Barts de Barcelona, el 31 en el Teatro Monumental de Madrid.
El 6 de noviembre en el Teatro Romea de Murcia y el 20 de noviembre en la sala La Rotonda de Zaragoza.
Nota: A pesar de los muchos esfuerzos y las grandes esperanzas de él mismo y sus muchos admiradores, Manolo Tena falleció el 4 de abril de 2016. Su talento nos acompañará siempre, y a él mismo en un nuevo mundo donde verdaderamente podrá crear sin angustia.
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Precioso artículo con tanta sensibilidad como Manolo Tena se merece.
Horacio, el sentimiento, la generosidad, la autenticidad, la nobleza que destila tu artículo, me dice que el río desbordado de esos valores, que es Manolo, te ha arrollado, o si no otro parecido.
Sin pasión, a pesar de mi apellido, suscribo tu artículo de principio a final
Un abrazo, Mateo
Que linda nota para un hombre tan entrañable como Manolo Tena. Maestro entre maestros.
Desde México sigo disfrutando su música que me acompaña y enseña cosas nuevas cada día.