El baile de los delfines, de Julia Villares Anjo
Por Lourdes Pacheco de Libros que voy leyendo.
OPINIÓN:
Leer una novela de Julia Villares Anllo es arriesgarse a tener los sentimientos a flor de piel. Así nos pasó con sus anteriores obras, y como no podía ser de otra manera, nos ha vuelto a suceder.
Sara es denunciada por una persona que cree verse reconocida en uno de sus cuadros. Su vida como artista queda paralizada y no le queda otra opción que repasar los hechos que rodearon a ese cuadro. Sin embargo, en ese obligado repaso a su pasado, salen a la luz sus recuerdos más dolorosos, aquellos que reflejan la crudeza de la enfermedad de su hija, desde su diagnóstico hasta su resolución.
A lo largo de las páginas las dos tramas, la del juicio y la de la historia de su hija, juegan como el gato y el ratón, mostrando cómo dos historias que aparentemente no tienen nada en común comparten una protagonista. Personalmente me ha gustado más la historia de su hija y lo que supuso la enfermedad de ésta para su familia. Creo que hay pocas cosas más duras que ver como la luz de un hijo se va apagando poco a poco sin poder hacer nada para evitarlo. Julia consigue que seamos los padres de esa niña, sus hermanos, sus amigos, y que suframos viendo como poco a poco vida se marchita.
—Te acuerdas de mi falta de sosiego todos aquellos años, ¿verdad?
—Pues, claro, Sara. Y no era para menos.
—Mi niña de diez años, tan optimista, tan aplicada en todo, tan llena de ilusiones… se le declara una enfermedad rara que los médicos no pueden atajar. Cierto es que la venía avisando desde los ocho, pero fue algo traicionero: asomaba, causaba malestar en la niña, y en todos nosotros, y se volvía a esconder. Cuando le hacían las pruebas, salían resultados normales. Casi dos años estuvieron los síntomas jugando al escondite con Ruth y los médicos. En fin, perdona este estado de ánimo que tengo hoy, es que no puedo evitar los recuerdos.
—No hay nada que perdonar. Ni creo que te convenga luchar contra ellos.
Me ha encantado la figura del pequeño Félix, un niño que sufre por la enfermedad de su hermana, por esa adorada amiga con la que compartía todo tipo de juegos y momentos. Si cruda es una enfermedad para unos padres, más aún llega a serlo para un niño que no alcanza a comprender los matices de lo que ocurre a su alrededor.
Estamos ante una obra cargada de sensibilidad y emoción que de una manera cercana y amena, nos convierte en protagonistas y nos atrapa irremediablemente en su red.
VALORACIÓN: BUENO
SOBRE EL AUTOR:
Julia Villares Anjo nació en diciembre de mil novecientos cuarenta y cinco, en Distriz, una pequeña aldea de Villalba, Lugo. A los dieciocho años emigró a Barcelona. Trabajó en una fábrica textil, primero como tejedora y después como administrativa.
Cursó Bachillerato nocturno y, posteriormente, se diplomé como Asistente Social, años después convalidado por Trabajo Social. Las últimas décadas de su vida laboral, las dedicó a ejercer esta profesión.
Hacia el final de los noventa, se matriculó en Aula de Lletres, y se inició en el oficio de escribir.
Obras:
- El baile de los delfines (2015)
- Vidas marcadas (2013)
- No le hables mal de mí al niño (2011)