‘Puerto escondido’, crímenes y paisaje cántabro en el nuevo libro de María Oruña
«A ella también le gustaría tener su propio puerto escondido, su lugar de reposo y templanza, donde poder relajar sus sentidos y su alto nivel de exigencia sobre sí misma; un lugar donde poder desplomarse sobre la hierba, mirar al cielo y hacerlo con la despreocupación que sólo pueden tener los niños».
Actualidad editorial:
María Oruña se lanza a otra aventura literaria con su nuevo trabajo, Puerto escondido (Ediciones Destino), un noir en el que se entrelazan una casona antigua a orillas del mar, una niña de la guerra, una deidad mesoamericana, una teniente de la Guardia Civil con heridas del pasado y los bellos paisajes de Cantabria… elementos que esconden una maraña de muertes y secretos que se remontan hasta la guerra civil. Oruña ha integrado su novela en la crónica negra de la zona al inspirarse en uno de los crímenes más sonados de la región: los vecinos del lugar cuentan que una ama de llaves, despechada y no correspondida, mató al señorito que ocupaba temporalmente el inmueble donde trabajaba. La autora aprovecha la historia para plantear algunas cuestiones: ¿Dónde se encuentra el escondite perfecto, el bastión intocable donde respirar la calma absoluta y el abandono de todo lo que impone la edad, el entorno y el tiempo? ¿Hacia dónde habrá que dirigirse para encontrar ese refugio donde atesoramos, sin saberlo, la más pura felicidad?
«Allí, en aquel trocito de tierra y mar apartado de las masas, Guillermo y él jugaban a que erran piratas, y a que aquél era su puerto escondido, donde eran invulnerables, donde el tiempo estaba detenido».
Oliver Gordon, un joven londinense de origen español con una peculiar situación familiar y una triste pérdida a sus espaldas, hereda una casona colonial, Villa Marina, a pie de playa en el pueblecito de Suances, en Cantabria. Decide arreglarla y convertirla en un hotel con encanto. Durante las obras de remodelación se descubre, en el sótano, el cadáver emparedado de un bebé, al que acompaña un objeto que resulta completamente anacrónico, una extraña figurita azteca. Tras este descubrimiento comienzan a sucederse, de forma vertiginosa, diversos asesinatos en distintas ciudades de la zona, que, unidos a los insólitos resultados forenses de las víctimas, ponen en jaque a la sección de Investigación de la Guardia Civil y al propio Oliver, que iniciará un denso viaje personal y una carrera contrarreloj para descubrir al asesino. Mientras la teniente Valentina Redondo, ayudada por el su equipo y la forense Clara Múgica, investigan al sagaz asesino capaz incluso de invocar los fantasmas personales de quienes a él se enfrentan, el joven Gordon desvelará importantes verdades ocultas de su familia al tiempo que se convierte en vértice inesperado sobre el que pivotan los sucesivos asesinatos.
Los protagonistas de Puerto escondido se desenvuelven por un paisaje real que huele a salitre y que muestra al lector la fiereza de las costas cántabras y el esplendor de las tradicionales casonas de la zona. La narración de las vicisitudes del protagonista y de la investigación del caso se intercalan con el relato de un extraño narrador que habla dirigiéndose directamente al lector, y que cuenta hechos sucedidos en la comarca años atrás en torno a una familia de humildes campesinos durante la guerra civil española… ¿Qué relación guarda con los actuales crímenes? «Los psicópatas son mucho más fríos, temerarios, calmados y serenos que una persona corriente. Un psicópata sobrevive moviéndose. Suele mudarse con relativa frecuencia. Claro que si es listo de verdad no tendría que moverse: le bastaría con buscar un refugio seguro»… Un puerto escondido.
María Oruña (Vigo, 1976) vive en Galicia, aunque es de padre cántabro y desde pequeña visita con frecuencia Cantabria, espacio donde ha ambientado su actual novela. Tras trabajar como abogada durante diez años, se tomó un respiro para ser madre y escribir La mano del arquero (1993), una novela sobre el acoso laboral repleta de contenido jurídico. Ahora ha vuelto a ejercer la abogacía, esta vez por su cuenta, y está trabajando en su tercera novela, que contará con los mismos personajes de Puerto escondido.
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Puerto escondido. María Oruña. Ediciones Destino, 2015. 432 páginas. 18,50 €
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¿Interés por novela negra ambientada con paisaje cántabro al fondo? Eso significa interés por «Alcolea».
Nos encontramos en San Sebastián en el año 1876, durante el último invierno de la tercera y última guerra carlista.
En esos momentos de incertidumbre empiezan a aparecer cadáveres brutalmente asesinaddos de jovencitas que nada tiene que ver, obviamente, con los que llenan los campos de batalla que se estrechan sobre la ciudad.
Alguien debe resolver ese problema. Y pronto.
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