Cosmotheoros, de Christiaan Huygens
Por Pedro Pujante.
JEKILL & JILL, 2015
Dedo admitir que teniendo en cuenta la editorial y el traductor de este peculiar libro, Rubén Martín Giráldez, autor de un libro-híbrido disparatado titulado Menos joven, que bien podría ser una emisión radiofónica u otro libro con las tapas cambiadas, lo primero que pensé es que Cosmotheoros se trataba de una obra inexistente de un autor apócrifo. Así que corrí a Internet para descubrir que no, que Huygens existió y que el libro que tenía en mis manos no era un juego borgeano, que fue publicado por primera vez en el año 1698.. Tampoco hubiese ocurrido nada.
Christiaaan Huygens (La Haya, 1629-1695) fue un notable pensador: matemático, físico, astrónomo… un hombre que se interrogó sobre diversas cuestiones acerca del mundo y la naturaleza. Basándose en estudios previos –Galileo, Copérnico –y en sus propias conjeturas en Cosmotheoros trata de explicar y demostrar de un modo científico algo que el hombre ha venido haciendo desde entonces, sobre todo en el siglo XX: que hay vida extraterrestre, que existen los alienienígenas.
Huygens razona que si bien hay vida en La Tierra, ¿por qué no habrá en otros planetas, teniendo en cuenta que hay más astros, más estrellas, que el Universo en inconmensurable? Una cuestión que más de una vez nos hemos hecho a la luz de los conocimientos que goza el siglo actual. Pero llama la atención la temprana visión, tan abierta, de este matemático, además de la suerte de explicaciones que acumula para corroborar y demostrar que debe haber vida más allá de la terrestre.
En el Libro I de Cosmotheoros argumenta, paso a paso, sus presupuestos. Que hay más planetas como la tierra, que pueden ser sólidos, que la variedad de seres que hay en nuestro planeta es un claro indicio de la variedad de seres que ha de haber en los demás planetas. Que además debe de haber seres inteligentes, ya que dios no permitiría que su creación quedase sin testigos. Que estos seres inteligentes –no humanos, pero quizá muy parecidos –gozarán de ciencias, de astronomía, ya que con sus sentidos –los cuales deben de parecerse a los nuestros –les permitirán mirar, desear estudiar el cosmos. Esto le induce a declarar que también dispondrán de un tipo de escritura con la que consignar sus hallazgos. Incluso de alma, procediendo a proclamar una curiosa apología de Humanismo interplanetario que quizá solo hayamos visto en series de televisión como Star Trek o en relatos de Asimov.
En el Libro II de Cosmotheoros, más técnico y quizá menos interesante que el primero, al más puro estilo de los astrónomos de la época, analiza los planetas del Sistema Solar, la Luna, las estrellas y el mismo Sol.
Como coda se ha añadido una útil Biografía Cronológica de la Familia Huygens con la que podemos satisfacer nuestra curiosidad y completar el conocimiento acerca de este peculiar genio holandés.
El ensayo, a nuestros ojos contemporáneos, puede parecer ingenuo. No obstante, no deja de ser extremadamente entretenido y singular. Todo un descubrimiento. Uno de esos libros inclasificables que uno no tiene demasiado claro si disponer junto a los clásicos, los ensayos o las obras de ciencia ficción.
La edición –como viene siendo habitual en la casa Jekyll y Jill –es espectacular, impecable. Un tomo muy cuidado, con sobrecubierta y acompañado por una gran cantidad de ilustraciones a color, en láminas de la chilena Alejandra Acosta, en la que se imagina, y nos hace imaginar, algunas extrañas formas de vida extraterrestre.
En definitiva, el texto ha viajado por la máquina del tiempo más de trescientos años, ha caído en manos de estos genios editores y ha sido transformado en un artilugio extraño, bello, y que nos reafirma en nuestra fe a quienes todavía somos fieles al dios Libro-en-Papel.