Las casas de nuestros grandes escritores
- 1. Miguel de Cervantes (1547-1616)
Hay nada menos que tres casas museo dedicadas al autor de Don Quijote de la Mancha. Su casa natal oficial (Museo Casa Natal Cervantes, en la calle Mayor 48, de Alcalá de Henares), la oficiosa en Esquivias (Casa de Cervantes, Esquivias, en Toledo)y la casa donde vivió en su segunda estancia en Valladolid (Museo Casa de Cervantes, en la calle del Rastro, Valladolid). En ninguna hay objeto alguno relacionado directamente con él pero recrean su época de una forma curiosa y nos ponen en marcha la imaginación.
- 2. Lope de Vega (1562-1635)
Esta pintoresca casa del madrileño Barrio de las Letras (Casa Museo Lope de Vega. Calle Cervantes,11 Tfno:91 429 92 16. Entrada gratuita. Imprescindible reserva previa) es un lugar fascinante para comprender no sólo la vida del autor de El Caballero de Olmedo, sino la de su época ‘la Edad de Oro’, en la todavía capital del Imperio. Se ha recreado sus habitaciones particulares, pero también su estudio y la cocina de la casa, conservándose muchos objetos originales. Se encuentra todavía rodeada de muchas edificaciones de su época.
- 3. Rosalía de Castro (1837-1885)
Desde 1972 está abierta al público la preciosa A Matanza (Casa Museo Rosalía de Castro. Padrón, La Coruña. Entrada 1,5 euros), la casa donde vivió sus últimos años esta gran escritora gallega. En la planta baja el visitante se puede aproximar a su vida en O perfil dunha sombra mientras que en la primera O seu se propone una recreación de la casa rural galega durante el S.XIX. Tanto en el museo como en la página web se ofrece una ruta literaria siguiendo sus pasos por Galicia. | Más información aquí
- 4. Benito Pérez Galdos (1843-1920)
En esta típica casa del barrio de Triana de Las Palmas de Gran Canaria vivió el autor de Los Episodios Nacionales durante los primeros 19 años de su vida. Convertida en Museo (Casa Museo Pérez Galdos Calle Cano,2-6. Entrada gratuita) no sólo recrea sus primeros tiempos en Canarias pero también las épocas en las que vivió en Madrid y Santander. Salvo algún pequeño cambio se ha conservado su estructura original en torno a dos patios. | Más información aquí
- 5. Miguel de Unamuno (1864-1936)
Hay dos casas museo dedicadas al autor de La Tía Tula. La más importante es la que ocupo en Salamanca (Casa Rectoral – Casa Museo Miguel de Unamuno. Calle Libreros. Abierto martes y jueves de 10 a 12h. Entrada gratuita) entre 1900 y 1914 cuando fue rector de la Universidad. Conserva numerosos objetos, muebles, recuerdos relacionados con el escritor y su familia, incluidas las pajaritas que les hacía a sus cuatro hijos que nacieron allí. En el Puerto de Rosario (Fuerteventura) se ha convertido en Casa Museo Unamuno el antiguo Hotel Fuerteventura (Calle Virgen del Rosario, 11. Entrada gratuita) donde fue confinado en 1924, dedicándose a su particular relación con la isla.
- 6. Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928)
Situada en la playa de Malvarrosa de Valencia, la Casa Museo dedicada al autor de Cañas y Barro (Calle Isabel de Villena. Entrada: 2 euros- Gratuita los fines de semana) ocupa el magnífico chalet que el mismo autor mandó construir en su momento de máxima popularidad, destacando su terraza decorada con cariátides. El piso inferior está dedicado a exposiciones temporales, mientras que el museo propiamente dicho se encuentra en la primera planta. Se incluyen numerosas obras de arte que adquirió a lo largo de su vida. En la segunda planta se encuentra la biblioteca y el centro de investigación. | Más información aquí
- 7. Azorín (1873-1967)
Desde 1969 la que fuera casa de la familia de José Martínez Ruiz, más conocido como Azorín, se ha convertido en su Casa Museo (Calle Salamanca, 6. Monovar-Alicante. Entrada gratuita) En ella se recrea la vida de este gran escritor además de reunir muchos de sus objetos personales. Consta de tres plantas de un pequeño jardín donde se han reconstruido su estudio, el comedor familiar y un dormitorio. Se incluye además su biblioteca personal de más diecisiete mil volúmenes muchos de ellos anotados por el autor de Félix Vargas. | Más información aquí
- 8. Antonio Machado (1875-1939)
Aunque el autor de Campos de Castilla nació en Sevilla y se le relaciona mucho con Soria donde vivió sus años más prolíficos fue quizás en Segovia donde trabajó como profesor de francés entre 1919 y 1932. Allí se ha convertido en museo la casa de huéspedes donde vivió durante todo ese tiempo en compañía de otras familias con las que compartía la cocina. (Casa Museo Antonio Machado. Calle de los Desamparados, 5. Entrada: 1,5 euros) Es una casa modesta que se ha ido comprando poco a poco hasta convertirla en el único centro dedicado a este gran escritor. | Más información aquí
- 9. Juan Ramón Jiménez (1881-1958)
En Moguer (Huelva) hay muchos monumentos pero el lugar más visitado sigue siendo la Casa Museo Zenobia y Juan Ramón (Calle Juan Ramón Jimenez. Entrada: 3 euros). Un edificio cuyos orígenes se remontan al S.XVIII donde el autor de Platero y yo pasó su infancia y su juventud. Allí se han reunido muchos de sus objetos personales, como las alianzas de boda, sus últimos trajes o la diadema de azahar que llevo Zenobia el día de su boda. Por otro lado se pueden ver también por fuera su espectacular casa natal en calle de la Ribera, 2, como la casa de la calle Aceña donde vivió en 1905 y la Finca de Fuentepiña que aparece en muchas de sus obras. | Más información aquí
- 10. Federico García Lorca (1898-1936)
Tanto en Granada como en su entorno se pueden visitar tres casas donde vivió el autor de Bodas de sangre. Se puede comenzar en el Museo Casa Natal de Lorca de Fuente Vaqueros donde se hacen visitas guiadas (entradas:1,80 euros) para luego ir a la Huerta de San Vicente (entrada: 3 euros) en la misma Granada, la casa de verano de la familia entre 1926 y 1936 y donde escribió muchas de sus obras, para terminar en el Museo Lorca de Valderrubio (entrada: 3 euros), donde la familia pasó muchos veranos y largas temporadas hasta 1925. En las tres se respira su genio y son visitas imprescindibles para entender su poesía y su teatro.
- 11. Miguel Hernández (1910-1942)
En la calle de Arriba, 73 (hoy, calle Miguel Hernández) de Orihuela el autor de El rayo que no cesa vivió con sus padres y hermanos durante toda su juventud. Aunque mucho de lo que se ve en el Museo Miguel Hernández (entrada gratuita) es la reconstrucción de una típica vivienda de principios del S.XX con explotación ganadera, mantiene vivo el espíritu del autor sobre todo en el patio y el huerto al que Hernández le dedicó un poema. Cuenta con muchas actividades y es un lugar realmente mágico. | Más información aquí
- 12. José Saramago (1922-2010)
Una casa hecha de libros. Así definió José Saramago, el Premio Nobel portugués, la vivienda en Lanzarote en la que pasó la mayor parte de sus últimos 18 años. Hecha de raíz para las necesidades de dos familias, la Saramago-Del Río a un lado, al otro la Pérez-Fígares-Del Río, cómplices en el proyecto arquitectónico y en la vida. Así, cruzado el portón de entrada, un pequeño patio da acceso a las dos viviendas y a las zonas comunes. Enfrente está la puerta de la casa de José Saramago donde todavía parece que siguiera utilizándola el autor de El año de la muerte de Ricardo Reis. La casa sería transformada en museo en 2011 (Tías, Lanzarote. Entrada: 8 euros incluyendo café). | Más información aqu
Que gran articulo y genial
Por lo que veo todos vivieron en grandes casas. En aquella época tenías que tener dinero para poder dedicarte a la cultura. ¿No?
Y los catalanes ?no existen?
Muchas gracias por esta entrada.
Los autores que vivimos del otro lado del Atlántico, nos sentimos conmovidos al ver estas ilustraciones. Gracias a ustedes, mis limitaciones económicas habrán de sumar estas imágenes al caudal de mis sueños incumplidos.
El agradecimiento proviene de haber gozado un trozo de la historia de nuestros maestros, cuando muchos de nosotros, los que humildemente trabajamos de la poesía o el relato, no siempre ni todos, podemos viajar para palpar de cerca los enlucidos de esos muros, ni respirar los aromas de sus ambientes. Esta ha sido una buena oportunidad de conocer un poco, de lo mucho que contiene mi propia ignorancia.
Nuevamente, gracias, ha sido un grato ensueño.