Miss Fifty, de Rosa Ribas
Por Marta Marne, de Leer sin prisa. @Atram_sinprisa.
Marta es una heroína, pero es una heroína un tanto singular. La forma en la que consiguió sus poderes fue a través de radioterapia, en su última sesión de hecho. Parece ser que por fin ha logrado deshacerse del cáncer. Sin embargo algo sucede en esa última sesión. Nota un fuerte calor en las manos y en los pies, tan intenso que le cuesta soportarlo. Pero es la última sesión, en unos minutos todo habrá terminado.
Sale del hospital, coge su moto y antes de subir a casa decide entrar en el chino de abajo para comprar un bote de tomate para la cena del día siguiente. Para ese día ya tenía planeada una cena especial con su marido. Coge el bote y al acercarse a pagar descubre que están atracando al dependiente. Aterrada, desaparece de escena. Pero no metafóricamente. De manera literal y sorprendente su cuerpo se vuelve transparente y tan solo podemos ver un bote de tomate en el aire. Esa será el arma que utilizará para atontar al atacante y salir huyendo. Una vez en casa trata de tranquilizarse y volver a la normalidad, pero está claro que algo sucedió en esa última sesión de radioterapia: Marta adquirió poderes.
Esta es la excusa que utiliza Rosa Ribas para dar forma a una verdadera heroína: una mujer que ha sido de superar una de las enfermedades más aterradoras que existen hoy en día, el cáncer. De este modo, prácticamente todos los poderes que adquiere están basados en «privilegios» que se adquieren también en la vida real cuando pasas de los 50 años y has superado un trauma así: es capaz de volverse invisible, aunque ya lo era para muchos antes de adquirir ese poder; tiene una fuerza extraordinaria, aunque ha dado buenas muestras de tenerlas ya al superar su enfermedad; puede volar, aunque en ocasiones las madres parecen tener alas en los pies para llegar a todo lo que hacen.
Poco a poco irá descubriendo gracias a su amiga Raquel de lo que es capaz. Y como un gran poder conlleva una gran responsabilidad, lo que toca es hacer el bien con su don. Corroborará que no es la única persona de la ciudad que posee facultades especiales, y con ayuda de sus nuevos amigos se dedicará a ser el azote del mal. Como toda buena heroína tendrá una archienemiga, Yodaína, su vecina Yolanda. Uno de esos malos bichos que se pasan la vida compitiendo en todo, hasta el extremo de odiar a Marta por tener una enfermedad con la que logra ganarla en todas sus dolencias.
Con una prosa muy sencilla, que puede abarcar desde lectores muy jóvenes a otros muy adultos, Rosa Ribas nos introducirá en la cotidianidad de una mujer de media edad… con superpoderes. Necesita un traje acorde a sus necesidades y al origen de su don, práctico y funcional, donde poder llevar las llaves cuando salga a atrapar a los villanos. Dicho traje de poder no es otro que el pijama de cuadros que llevó en su estancia en el hospital. También tiene una kriptonita, que es el miedo a recaer en la enfermedad. Y de aventura en aventura descubrirá cuánto puede llegar a afectarla ese miedo, y cómo de poderosa será la risa para combatir el mal.
Al estilo que las aventuras de los superhéroes, Miss Fifty irá volando de caso en caso llegando a brindar su ayuda a la policía. Se sabe útil y ese es un factor que le proporciona aún más fuerza moral para continuar con su día a día. Se topará con villanos de todo tipo y casos demasiado reales para que nos pasen inadvertidos: prostitución, tráfico humano, aprovechamiento de los más débiles… Otros casos serán más hilarantes y divertidos, pero en cualquier caso en todos ellos logra aportarle unas importantes dosis de humor.
Miss Fifty es una novela cargada de significado, de moralejas y sobre todo de buenas energías. Te mantiene con una sonrisa durante su lectura y en más de una ocasión se te escapa alguna carcajada que otra con su lectura. Como remate, la maravillosa edición de Reino de Cordelia viene ilustrada, para acercase aún más a ese mundo de los cómics de superhéroes al que tanto remite una y otra vez.
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