Edgar Allan Poe y el proceso creativo (El efecto a causar en el lector)
Determinar desde el inicio del proceso creativo de la escritura el efecto que el contenido de una obra puede causar en el lector, sin dejar de lado la originalidad, fue calificado como primordial e imprescindible para el escritor estadounidense Edgar Allan Poe, de quien este martes se conmemoran 165 años de su fallecimiento, ocurrido el 7 de octubre de 1849.
Características como el misterio y el suspenso en torno a una historia cuidadosamente premeditada en su desarrollo estructural, sin cabida para la improvisación, permitieron a Poe crear una narrativa innovadora y atrayente, por la cual es considerado uno de los autores más sobresalientes en la realización del relato corto, renovador en la novela gótica y pionero del relato detectivesco.
Poe, nacido en Baltimore, Estados Unidos, el 19 de enero de 1809, consideraba indeterminados los efectos que el lector puede recibir en su corazón, inteligencia o alma; entonces “¿Cuál será el único que yo deba elegir en caso presente?”, se preguntó en Filosofía de la composición (1846), ensayo de su autoría, en el que el escritor expone su teoría sobre el método de escritura.
“A mi modo de ver, la primera de todas las consideraciones debe ser la de un efecto que se pretende causar. Teniendo siempre a la vista la originalidad (porque se traiciona a sí mismo quien se atreve a prescindir de un medio de interés tan evidente)”, sopesa en el texto, en el que ejemplifica su proceso de escritura mediante el análisis de El Cuervo (1845), su más conocido poema.
Con respecto a la originalidad, resalta, que tampoco es cuestión de instinto o intuición, pues “para encontrarla hay que buscarla trabajosamente; y aunque sea un positivo mérito de la más alta categoría, el espíritu de invención no participa tanto como el de negación para aportarnos los medios idóneos de alcanzarla”.
En el ensayo, explica el modus operandi, como le llama, de su proceso de producción literario, el cual no obedece a un “sutíl frenesí o intuición extática”.
“Consiste mi propósito en demostrar que ningún punto de la composición puede firmar a la intuición ni al azar; y aquélla avanzó hacía su terminación, paso a paso, con la misma exactitud y lógica rigurosa propias de un problema matemático”, explica.
Basándose en esta marcha progresiva legó a la literatura mundial una copiosa obra que trascendió y se caracteriza por contener en sus letras el terror, la intriga, la sátira, el misterio y la ciencia ficción, contenidos en un aproximado de 32 poemas, 24 cuentos, nueve ensayos y una única novela: La narración de Arthur Gordon Pym (1838).
Berenice (1835), Ligeia (1838), La caída de la casa Usher (1839), El pozo y el péndulo (1842), El corazón delator (1843), El gato negro (1843), Los anteojos (1844) , El entierro prematuro (1844), La verdad sobre el caso del señor Valdemar, (1845), son otros de sus trabajos más destacados.
La obra de Poe estuvo influenciada por el Romanticismo inglés, que cargado de lo grotesco y gótico llegó a Norteamérica, donde surgió en el siglo XIX el Romanticismo oscuro (Dark Romanticism), un subgénero literario del que Poe es uno de los más representativos exponentes.
Catalizadores del efecto Poe
Además del referido efecto, el autor destaca la importancia de otros aspectos que complementan la construcción del escrito literario, como lo son la dimensión, la totalidad, el tono aplicado y la definición de la conclusión del trabajo.
Al respecto, expone Poe, la dimensión del trabajo es importante, pues de ella depende que el efecto logre su propósito. “Si una obra literaria es demasiado extensa para ser leída en una sola sesión debemos resignarnos a quedarnos privados del efecto”, advierte.
Además, consideró necesario, sobre todo en el caso de los poemas, mantener un criterio de totalidad o unidad de efecto, ya que “todas las excitaciones intensas son de corta duración”
La belleza en su manifestación más elevada y concebida como una regla artística para producir el tono del buscado efecto, también está en los poemas de Poe, los cuales retratan muchas situaciones y personajes sombríos. “Cualquiera que sea su parentesco, la belleza, en su desarrollo supremo, induce a las lágrimas, inevitablemente a las almas sensibles. Así, pues la melancolía es el más idóneo de los tonos poéticos”.
Al ejemplificar la creación de El Cuervo, también señala la importancia de definir el desenlace, ya que en este debe estar el mayor énfasis del escrito, de manera que no se contrarreste el “efecto crescendo”, en el que la intensidad debe aumentar gradualmente. “Mi poema había encontrado su comienzo por el fin”.
Fuente: el-nacional.com
¡Qué grande ha sido Poe, a pesar de sus adicciones perniciosas! Poe es el clásico ejemplo para los autores noveles, quienes creen que para ser geniales hay que estimularse con alcaloides o alcohol. Para estos imberbes cabe explicarles que Poe fue genial a pesar de sus vicios. Si se hubiera mantenido saludable, habría producido mucho más, antes de morir de modo miserable. En cuanto a la melancolía, desgraciadamente es la que inspira a los poetas, a cambio de acortarles la vida.