¿Murió Jane Austen por envenenamiento?

Jane Austen
Jane Austen

Por Alejandro Gamero (@alexsisifo)

Casi 200 años después del fallecimiento de Jane Austen, la muerte de la escritora sigue siendo un misterio. Su prematuro final, con tan solo 41 años de edad, ha suscitado toda una variedad de teorías como el cáncer, la enfermedad de Addison, la tuberculosis o el tifus. Lo que sí se sabe, sin embargo, gracias a su correspondencia, es que su salud empeoró de golpe en 1816, continuando cuesta abajo hasta su muerte al año siguiente. Esta fue tan repentina que Austen dejó incompleta la última novela en la que estaba trabajando.

Pues bien, a finales de 2011 la escritora de novela negra Lindsay Ashford apuntaba una nueva posibilidad: el envenenamiento por arsénico. En 2008, con el objetivo de trabajar en una nueva novela, Ashford se trasladó a un pequeño pueblecito llamado Chawton, cerca de Winchester, donde vivió Edward Austen, el hermano de Jane. En la vivienda de Edward, hoy en día convertida en casa-museo, Jane pasó los últimos ocho años de su vida. Allí Ashford tuvo acceso a toda la correspondencia de Jane, y especialmente le llamó la atención una frase que la autora escribió solo unos meses antes de morir: «Estoy mucho mejor ahora y estoy recuperando mi aspecto un poco, que han sido bastante malo, blanco y negro y todos los colores horribles». Esta anotación y algunos otros detalles pusieron a Ashford sobre la pista de que algo podía haber pasado inadvertido en la muerte de Austen.

Gracias a sus conocimientos como escritora de novela policíaca, Ashford comparó los síntomas descritos por Austen con los de la muerte por intoxicación de arsénico y llegó a la conclusión de que había sorprendentes paralelismos. Esa pigmentación de la piel con manchas blancas, negras y marrones, por ejemplo, coincide con los síntomas que produce el envenenamiento por arsénico. Poco después Ashford pudo confirmar su hipótesis porque tuvo acceso a un mechón de pelo de Austen que estaba expuesto en un museo cercano y después de someterlo a una prueba para comprobar si tenía arsénico dio positivo.

¿Quiere decir esto que Jane Austen fue asesinada por envenenamiento, como se dice que ocurrió con las hermanas Brontë? No necesariamente. A principios del siglo XIX el arsénico era una sustancia fácil de conseguir y que se utilizaba como tratamiento para una gran cantidad de enfermedades, desde sífilis a reumatismo. De hecho, la propia Austen padecía de reumatismo y es muy probable que usara el arsénico en altas dosis.

Ahora bien, como buena escritora de novela negra Ashford no descarta la posibilidad de que el crimen se produjera. Austen murió en una buena época para asesinar a alguien con arsénico y quedar impune, ya que la prueba para detectar esta sustancia en los restos forenses no fue desarrollada hasta 1836. Hasta ese momento el envenenamiento por arsénico era prácticamente indetectable. Distinto es que exista un motivo verosímil para plantear el asesinato.

De cualquier modo, fuera asesinada o no, hay que reconocer que Austen murió siendo demasiado joven, por lo que la hipótesis del envenenamiento es perfectamente posible. Y, como suele ocurrir con los grandes escritores que mueren de forma prematura, uno no deja de preguntarse qué obras han dejado de escribir que podrían haber pasado a la historia de la literatura.

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