Las frases más célebres de Gustavo Adolfo Bécquer
Gustavo Adolfo Bécquer (1836 – 1870) fue un poeta y narrador español que representó una de las figuras más destacadas del Romanticismo. Su obra más célebre es sin duda “Rimas y Leyendas”, obra que escribiría a lo largo de toda su vida.
“El amor es un rayo de luna”.
“La soledad es el imperio de la conciencia”
“El alma que hablar puede con los ojos también puede besar con la mirada”
“El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un mundo”
“Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar, dime mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes tú a donde va?”
“Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía”
“Mi cerebro es el caos, mis ojos la destrucción, mi esencia la nada”
“La soledad es muy hermosa… cuando se tiene alguien a quien decírselo”
“El amor es un misterio. Todo en él son fenómenos a cual más inexplicable; todo en él es ilógico, todo en él es vaguedad y absurdo”
“Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso… ¡Yo no sé que te diera por un beso!”
“Podrá nublarse el sol eternamente, podrá secarse por un instante el mar, podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal… ¡Todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón, pero jamás podrá apagarse en mi la llama de tu amor”
“Y el pensamiento es necesario ejercitarlo, se debe cada día y de nuevo y de nuevo pensar, para conservar la vida del pensamiento”
Gustavo Adolfo Bécquer era un magnífico escritor. Pertenece a esa escuela del tardo-romanticismo, que, en su idea del amor, tanto daño ha hecho, sin culpa suya, a la Poesía en España. Esa Poesía cursi y meliflua con la que inundan las redes sociales una gran mayoría de los que se llaman a si mismos poetas y que, en una gran parte – y que conste que soy un ardiente defensor de la mujer y de su inmensa capacidad en todos los órdenes de la vida – son mujeres. Hombres también, por supuesto, gente que confunde la Poesía con los sentimientos y que llenan internet de «amados y amados». La Poesía es un género literario, nada más y nada menos, y como tal, objeto del lenguaje y del pensamiento. Pobre Bécquer, cuanto daño han hecho a la Poesía los que creen que solo la sublimación del amor a través de exclamaciones y emociones es lo que debe ser un poema. Hoy – y siempre, solo que hoy, gracias a internet y a las posibilidades de autoedición, se produce una auténtica inundación – la Literatura está llena de malos, pèsimos poemas «amorosos» en los que el autor y la autora sienten arrebatos que, la mayoría de las veces, a los demás nos importan un bledo. Junto a frases espléndidas de Gustavo Adolfo que se señalan en este artículo hay otras que dan pie a esa exaltación que sienten los que no se dan cuenta de que existen grandes poetas como Pessoa, Eliot, Kavafis y entre nosotros Valente, Blas de Otero, Ángel González… muchos grandes que hablan de la vida y de todo lo que nos rodea y dejan de darnos la lata con sus sentimientos amorosos.
Al agujero. Ellos, consideraron, la manifestación, decla chispa divinema, como el eter telemaco de la Odisea. Al agujero, la avispa y el relato, como consecuencia de la caída del eterno.
Holderling en una barca, decimos que no fue, y si fue. El fuego, de el sol de tubinga lo atrajo, a la Hecate de su casa.
El se volvió, loco, por que lo quemaron ,sus obras, como las de un loco.
El loco de tubinga, se llamaba por decoro, hombre ilustre.
Ellos, lo consideraron, como un ser excepcionante. Ellos, lo vieron, como un agujero, de males, poéticos.
FIN. Saul muñoz López. Lo, locuaz, es lo pertinente. FIN. .
Borralo, todo.