El tiempo como enemigo, de Darío Vilas
Por Juan de Dios Garduño Cuenca.
Colección Base Narrativa Hispánica, nº9
Formato: 15,5×23,5 cm., 168 páginas.
ISBN: 978-84-15706-49-6
Precio: 15,90 €
SINOPSIS
Un mensaje recibido en su teléfono móvil empuja a Carlos a un duelo contra el tiempo. Desde la desaparición de su novia, dos años antes, ha estado esperando que una pista apareciera en su horizonte y por fin ha sucedido. Tirando de ese hilo invisible llega hasta Vigo, donde se reunirá con su mejor amigo y socio en un turbio negocio. También conocerá a Dena, la enigmática chica portuguesa que le alquila el piso en el que se alojará durante su estancia en Galicia, y en el que el fantasma de una niña y su misterio lo aguardan, interfiriendo su búsqueda personal y mostrándole que a veces a la verdad le gusta hacer ejercicios de funambulismo, arriesgándose a caer por su propio peso.
Darío Vilas es un escritor de raza. Sí, sé que la definición está manida, pero es que es así. Lo mismo te escribe una novela de terror digna del premio Nocte, que te plantea un drama cargado de misterio con elementos fantásticos de quitarse el sombrero. Soy uno de esos lectores suyos que espera la salida de su siguiente novela con las mismas preguntas en la mente: ¿Será capaz de mantener el nivel de sus anteriores trabajos? ¿Se habrá superado? ¿Me decepcionará?
Pero no, el gallego no decepciona, y esta vez ha tenido un amplificador para llegar a más lectores: la editorial Base.
El tiempo como enemigo empieza con una chica y una maleta. Una maleta que hay que enterrar. Tras este intrigante capítulo, Vilas nos muestra una ciudad de Vigo un tanto gris que encaja de lujo en el tono de la novela (dejando atrás las ficticias Lantana y Simetría). Carlos, el protagonista, llega allí tras recibir un extraño mensaje de texto que reaviva sus esperanzas de encontrar a su novia, desaparecida dos años atrás. En la ciudad le esperan Raúl, su amigo y socio en un negocio un tanto turbio, y Dena, su nueva casera; tan misteriosa e hipnótica como bella. La chica de la maleta. Y no solo eso, porque en esta historia hay un fantasma, y quiere algo de Carlos.
Darío Vilas hace gala de una prosa envidiable, y aunque ha suavizado su característico estilo, hay frases tan lapidarias que te dejan con el culo torcido. «El tiempo se percibe como enemigo cuando el balance de una vida arroja saldo negativo. ». Además, nos va introduciendo tan elegante y sutilmente en el misterio de la historia, que cuando nos queremos dar cuenta estamos atados de manos y pies y con una mordaza presenciando una resolución cuanto menos sorprendente.
¿Tiene pegas esta novela? Aunque para mí no ha sido un problema, la novela es corta, y hoy en día, cuando parece que la literatura se vende al peso, la extensión puede ser un handicap a la hora de decidirse o no a comprar la novela (aunque el precio es muy atractivo).
En definitiva, una muy buena historia con grandes dosis de misterio y drama que no decepcionará a los lectores habituales de Vilas y que conseguirá atraer a un nuevo público.