Jesús Cañadas a propósito de ‘Pronto será de noche’, su último libro

«Pronto será de noche, pero no habrá diferencia. El cielo seguirá teniendo ese color incómodo. El fuego que baila en las ventanas sacará a la ciudad de su ceguera. Será de noche, pero no estará oscuro. Caerán pájaros muertos del aire. Golpeando el suelo con un sonido de guantes empapados».

noche
Pronto será de noche, de Jesús Cañadas.

Jesús Cañadas (Cádiz, 1980) es escritor y gestor cultural. Siempre vinculado a la literatura de género, sus relatos han aparecido en antologías como Ácronos, Charco Negro, Retrofuturismos o Presencia Humana. Ha publicado dos novelas, El baile de los secretos (2011) y Los nombres muertos (2013) que demuestran su enorme habilidad para sorprender y atrapar al lector. Sus obras, traducidas al portugués y al inglés, le han granjeado nominaciones a los premios Scifiworld, Nocte, Ignotus y Celsius. Ahora, con su última novela, Pronto será de noche (Valdemar, 2015), empuja al lector a una escapada desesperada y agobiante donde el crimen vienen marcado por el miedo y el paso lento de las horas que podrían hacerse interminables.

Pronto será de noche. Jesús Cañadas. Editorial Valdemar, 2015. 256 páginas. 19,50 €

Miles de coches se encuentran atrapados a la salida de una gran ciudad. Todos huyen, y entre ellos Samuel, un impetuoso policía. Dejan atrás la negrura de un mundo que se derrumba y del que no quieren formar parte. El brutal atasco intoxica la mente desasosegada de la persona. El calor sofoca y el aire es de barro. En medio de esa nube de angustia, un conductor ha aparecido estrangulado. Samuel necesita descubrir quién ha sido, y sobre todo por qué precisamente ahí. Mientras la oscuridad avanza y el tiempo se acaba, un simple acto puede bastar para darle sentido a todo… La única salida parece ser volver al coche, encerrarse dentro y mantenerse despierto… Porque cuando caiga la noche, cualquiera podría ser el siguiente.

.

P.- Terror, suspense, intriga, muerte, crueldad, sangre, investigación criminal… ¿De dónde surgen las ideas para escribir un libro así?

De mi afición al suspense, a la sangre, a la crueldad, a la muerte… Como lector, cosa que soy mucho antes que escritor, me gustan las historias terroríficas, aunque no sea ni de coña lo único que consumo. Hacía tiempo que tenía ganas de escribir un policiaco, sobre todo porque nunca lo había hecho antes y quería saber si era capaz. El resto de las cosas truculentas que mencionas se colaron dentro de la historia desde el minuto cero. Supongo que estoy enfermo, ¿qué le voy a hacer? De todos modos, las ideas no vienen de un solo sitio. Se te meten en el coco imágenes, conversaciones, personas que conoces o fragmentos de ellas, además de películas, series, música, libros, cómics… todo ese batiburrillo se mezcla en tu cabeza y acaba de una manera u otra en la novela.

P.- Algo oscuro y apocalíptico está sucediendo en Madrid, de ahí la huída que relatas. Pero no concretas la razón por la que huyen. ¿El miedo es aún mayor cuando no se sabe su origen?

¡Claro! Ese es el truco más viejo del manual. Mira, tú imagínate que esta noche llegas a tu casa. Enciendes la luz del salón y, de pronto, oyes un ruido en el dormitorio. La puerta está entreabierta. Esa puerta es más terrorífica que cualquier cosa que pueda haber detrás de ella, porque mientras te acercas a asomarte, detrás podría haber un loco con un hacha, o un monstruo, o un vampiro, o un fantasma… o, esto es lo importante, algo mucho peor. Mientras no te asomes, será todo eso a la vez. Una vez descubres lo que hay detrás, por terrorífico que sea, se eliminan las demás posibilidades.

Esto, que Stephen King explica mucho mejor que yo en uno de sus ensayos, es en esencia lo que pasa con el fin del mundo en Pronto será de noche. Mientras no te muestre cuáles son las causas del apocalipsis, a un cierto nivel serán todos los apocalipsis imaginables. Además, te centrarás en lo que a mí me interesa: las consecuencias. Cómo la gente se enfrenta a esa doble amenaza: por un lado el fin del mundo y por otro un asesino.

P.- Consigues transmitir desazón, pánico y claustrofobia en un ambiente totalmente abierto como es una carretera… Eso sí, en pleno atasco. ¿Te gusta afrontar el «más difícil todavía»?

Lo que me gusta es meterme en jardines, eso está claro. No sé, cuando te planteas la novela, empiezas a tomar decisiones sobre el tono, el narrador, los puntos de vista, la el estilo… yo tenía claro dónde iba a situar la historia, y tenía que conseguir que el lector se viese a sí mismo atrapado ahí en medio. Eso lo he intentado a través de la prosa. Y me vas a permitir que no tenga abuela, pero creo que ha salido de puta madre. Aunque mi trabajo me ha costado.

P.- Y cuando llega la noche, otro asesinato acontece… sin piedad, violento, desatado. Todos sospechan de todos, pero… ¿qué busca el protagonista, además de resolver los crímenes?

Esa es una de las preguntas clave de toda la novela. ¿Por qué te pones a buscar al asesino si esto es el fin del mundo, si todos estaremos muertos en horas o días? ¿Qué más te da? Pero claro, la otra pregunta clave es: ¿por qué matas a gente si esto es el fin del mundo, si estaremos muertos en horas o días? ¿Qué más te da? E incluso por encima de estas dos, hay una tercera que es más importante, una que espero que el lector se haga: ¿qué harías tú?

Jesus-Cañadas
Jesús Cañadas.

P.- Las piezas protagonistas del libro guardan muchos secretos por desvelar. ¿Por qué esos personajes concretos? ¿Buscabas darles alguna simbología en especial?

Te va a sonar raro, pero antes de empezar a escribir hice una especie de casting mental para ver quién acompañaría a Samuel y al asesino en esta huída a ninguna parte.

Tú fíjate en los coches que te rodean si alguna vez te pilla un atasco: cada uno es de su padre y de su madre. A veces te preguntas qué vida tendrá la persona que de pronto se va a pasar minutos o incluso horas a tu lado. Para Pronto será de noche, tenía claro que quería personas muy diferentes. De ahí que haya figuras tan dispares: desde el yonki a la embarazada o el anciano o el hippie encerrado en su caravana o la profesora beata que lleva un autobús con cincuenta y tres niños. Cada uno se enfrenta de una manera distinta a esa doble amenaza que te mencionaba arriba.

P.-No te cortas a la hora de dibujar el halo sórdido, cruel y sucio que desprende el escenario donde se desarrolla la historia. Te gusta provocar el malestar y el desasosiego en el lector.

Claro. Pero es que se trata de eso. Estás atrapado en una carretera en ninguna parte, en medio del fin del mundo, y encima con un asesino entre la gente que te rodea. No le habría hecho ningún favor a la novela si hubiese dado momentos de respiro a los personajes. Mira, los anglosajones tienen un término para un tipo de historia muy concreto: cozy apocalypse. Son ese tipo de novelas o películas apocalípticas en las que los protagonistas encuentran un supermercado, o un refugio, o una cabaña en un lago alejada de todo el horror que se está extendiendo a su alrededor. Ahí el autor suelta el acelerador, les deja irse a pescar, conocerse mejor, quizá dos de ellos se acuestan para que la historia tenga su puntito romántico… no te diré que no sea válido, pero no es mi tipo de historia. Esto es el puto fin del mundo, aquí no hay concesiones.

P.- Tus diálogos destilan rabia y desesperación. Llevar al límite al personaje es clave en Pronto será de noche. ¿Qué pasa cuando se acaba la esperaza?

¡Uf, pues pasa de todo! Piensa en las cosas que hace la gente cuando les diagnostican cáncer. Yo lo sé porque he sufrido varios casos en mi familia. Como dice un personaje en la novela, uno hace de todo para no pensar en la muerte. A lo largo de fase de redacción, le hice esa misma pregunta a mucha gente: ¿qué harías si el mundo se acabase mañana? Y las respuestas eran de todos los colores: desde follar hasta rezar, pasando por beber, meterse todas las drogas que no han probado, etc. Pero hay otras reacciones; un amigo mío me respondió sin dudarlo: “pasaría el resto del tiempo con mi hija pequeña”.

P.- Novela muy cinematográfica y visual, ¿te has planteado hacer un guión para que algún director valiente la lleve al cine?

Hombre, no nos engañemos: que hagan una película de tu novela es el sueño húmedo de todo escritor. Pero si me metiese yo mismo a hacer el guión, el resultado sería el mismo que si intentase arreglar un motor o desatascar un váter: una catástrofe y un montón de mierda. El cine es un medio muy distinto y, la verdad, no me atrevería a adaptar nada yo solo. Para eso ya hay cantidad de profesionales. De todos modos, creo que la cosa no estaría tanto en encontrar un director valiente como un productor colgado que pusiera pasta. Por eso no me como el coco con estas cosas. Prefiero disfrutar de que una editorial como Valdemar haya decidido apostar por el libro y seguir escribiendo, a ver a quién engaño con la siguiente.

P.- Aunque trabajas en Alemania, tu historia transcurre en España. ¿Aquí el género de terror e intriga está mejor valorado? ¿O quizá somos más impresionables?

Pues, desde mi punto de vista, ni lo uno ni lo otro. En países como Alemania un autor de suspense puede hacerse una masa de fans suficientemente grande como para dedicarse a escribir por completo; y eso en España es imposible. Yo me he traído aquí la historia… pues eso, porque me gusta meterme en jardines, y porque me apetecía. Mi anterior novela, Los nombres muertos, transcurría entre Estados Unidos, Europa y Asia en 1932. Ahora quería un cambio de aires y dar el salto a algo más chungo.

P.- ¿De qué fuentes literarias bebe Jesús Cañadas a la hora de escribir?

A la hora de escribir Pronto será de noche, he tenido tres referentes en cuanto a forma: por un lado, Julio Cortázar y su cuento Carretera al Sur, que también trata de gente atrapada en un atasco y que quizá es incluso más triste que lo mío. Por otro, Buñuel y su Ángel Exterminador, por el tema de gente atrapada en un lugar que en principio no está cerrado. El tercero, por lo inmóvil y lo minimalista del entorno, sería el Dogville de Lars von Trier. Eso en cuanto a forma. En cuanto a fondo, el referente es uno y no podría ser más claro: Juan Rulfo. En cuanto se empieza a leer Pronto será de noche se entiende por qué.

P.- ¿Tienes ya algún nuevo proyecto narrativo entre manos?

No suelo contar en qué ando metido hasta que no he puesto punto y final al primer borrador. Al menos, no por escrito. A las tres de la mañana y con dos litros de cerveza en la barriga, eso ya es otra cosa. En cualquier caso, te puedo decir que me lo estoy pasando de puta madre escribiéndola y que me he vuelto a meter en otro jardín: no tiene nada que ver con las anteriores. Bueno, nada excepto el terror, el suspense, la intriga, la muerte, la crueldad, la sangre…

.

Por Benito Garrido (@benitogarridog).

.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *