El egoísmo de la poesía
Por Elena Muñoz.
¡Ah! Pero si la poesía no vende, no se lee… ¿Y por qué?
Si fuera capaz de contestar a ese interrogante poetas y editores ya me habrían hecho rica, pagándome sustanciosas cantidades de dinero para que revelara la respuesta a esta constante pregunta.
Obviamente no tengo la fórmula magistral pero creo, que como en tantas cosas, existe una pésima pedagogía frente a la lectura de poemas, culpa a veces de los propios poetas que se sienten dichosos de formar parte de una élite de malditos.
Es curioso constatar como en las edades más tempranas son muchos los adolescentes que vuelcan toda su sensibilidad acrecentada hormonalmente escribiendo poemas, que en la mayoría de los casos no son más que ripios. No obstante consiguen el resultado de paliar esos males de amores que hace que se desangren en romanticismo.
Pero poco a poco, con el pasar del tiempo, esa cercanía a la poesía se va convirtiendo en distancia y aquellos que permanecen en ese afán de querer convertir sus palabras en lírica van siendo los menos, pasando al club de la minoría.
La poesía no se entiende, dicen algunos. La poesía es para cuatro frikis, dicen otros… El caso que los unos por los ajenos, la casa sin barrer.
No sé si porque esta vez me toca muy cerca el tema pero si que en estos últimos tiempos reflexiono mucho sobre cómo encontrar ese “truco” que acerque a más lectores al mundo poético, que sin lugar a dudas está lleno de belleza, de sensibilidad, de pasión.
El día 12 de este mes de junio he presentado mi primer poemario Momentos de Arena y Hielo (Editorial Neopatria). Para muchos que me conocen como narradora no ha dejado ser una sorpresa, aunque para otros, los más cercanos, solo ha resultado un escalón más en mi vida literaria, en mi necesidad por expresar.
Por eso quisiera servirme de esta oportunidad no solo para acercar esta nueva publicación a los amantes de la poesía sino también la de despojar de todo elitismo y falta de sencillez a esta maravillosa forma de hacer llegar la palabra.
Siempre me he considerado narradora, una buena narradora en opinión de algunos. Por eso cuando empecé a escribir poesía, hace unos tres años, fui la primera que me deje llevar por una especie de asombro y entonces me hice la segunda pregunta del millón ¿Por qué escribir poesía?
A pesar de que podría haber varias respuestas, las resumiría en dos: para poder expresar las emociones y para comprender cuál es el resultado en mí de esas emociones.
El acto de escribir poesía es egoísta, el la supremacía del YO. No existe entrega al lector, como en la narrativa, de una historia. En un poema vierto las emociones para poder sentirlas, tocarlas, olerlas, y volverlas a hacer mías.
Entonces, ¿cuál es el milagro de la poesía? Pues que en ese proceso egocéntrico, repito, cuando los versos se trasladan al libro o la rapsodia en un recital y, por no sé sabe qué causalidad, llegan al centro del que lo lee o escucha se produce una sinapsis, como la de las neuronas cerebrales, pero en este caso emocional. Algo parecido a la colisión de dos planetas, que forman la razón de ser del poema. Y ya no es mío, sino de los demás, creando más egos poéticos.
Queridos lectores: sed egoístas y leed poesía. Daros ese gustazo, vivir ese placer; paladead las palabras, degustad las imágenes, miraros vuestro ombligo literario. Pensad en el gran Bécquer cuando dijo que “podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía”.
La poesía no ha dejado de interesar a los buenos lectores. El problema es que se editan y autoeditan demasiados libros de un determinado tipo de Poesía. No solo existe la Poesía del yo, no hay más que leer a Eliot, Kavafis o Pessoa. El problema es que se puede escribir, como ellos, sobre el mundo y temas universales, no solo sobre nuestro yo y lo que sentimos. Ese es el problema: a la gente le cansa ( salvo a los que escriben de lo mismo – empieza a haber más «poetas» que lectores de buena Poesía – y nos cuentan sus emociones y su vida) por eso hay tanto libro sobre lo mismo. Y algunos se salvan pero la mayoría son un espanto. Yo creo que sobran «poetas»… y faltan verdaderos escritores entre los aficionados a verter sus «cosas» en poemas. Saturación..exceso de cursiladas y amores. Se ha confundido la Poesía con el «lirismo» romántico. Yo creo que la gente escribe mucho… y lee poco. Saludos.
Estoy de acuerdo contigo Emilio que podemos estar a veces saturados de publicaciones que no respoden a una calidad determinada. Pero lo que quiero señalar en mi artículo es sobre todo la motivación de escribir y leer poesía que es la emoción, y esa se contruye desde el yo. Parami es fundamental ese egoísmo poético, que creo existe en toda poesía, sea de la escuela o corriente que sea.
Gracias por tu comentario.
Abrazos.
Emilio Porta si me permites el comentario refuto la idea de Elena al mencionar que «El acto de escribir poesía es egoísta, es la supremacía del YO.» Incluso cuando se escribe sobre el mundo y temas universales los codiciosos poetas expresan sus sentimientos y sus emociones como si uno sintiera lo mismo que ellos por tal cosa o como si uno tuviera la misma opinión sobre lo otro. No son mas que desinteresados escritores expresando en un papel la maldita o gloriosa cuestión que les tiene portentosamente consternados, y de acuerdo con Elena y su articulo, hasta que fortuitamente su singular expresión llega a nosotros, hasta que colisionan estos dos mundos (los sentimientos del autor, y los nuestros)el poema tiene razón, y debemos de ser egoístas como fue el poeta y darnos el gusto de dejar que nuestros sentimientos y emociones sean arrastrados y revolcados.
estimada Elena estoy de acuerdo en tu punto de vista, yo soy aficionada a la escritura me gusta el cuento pero luego comence por aprender mas sobre poesia, porque para mi se nace con ella pero todo requiere diciplina y aprendizaje.Asi llegue a escribir algunas poesias cuando antes de meterme a dar a concer algunas pedia sugerencias y escuchaba a los poetas que no son egosutas y vuelcan su deseo de ayudar. Aqui donde vivi Australia la gente edita libros de poesia y luego se los canjea entre ellos mismos, a veces son tan malas antologias que ni regaladas las acepta el lector. Aqui se niegan a formar telleres literarios los mayores y yo sufro por eso,pero tampoco aceptan sugerencias mias y yo me muero por mejorar lo que escriben para los periodicos por respecto al lector. Salud y Suerte