Cuestionario literario: Fernando Olmeda
Es bien cierto que para muchos de los que nacimos en los años ochenta Fernando Olmeda fue, del 2001 hasta el 2007, el presentador del telediario de Telecinco. Sin embargo, tan injusto es reducir la figura de Olmeda al concepto de “presentador de telediario” como reductivo es definirle únicamente como periodista, puesto que su amplio recorrido profesional, sin duda marcado por su formación periodística, abraza campos tan dispares como la novela, el documental o el ensayo. Hablar de Fernando Olmeda es, ante todo, hablar del que sin duda en uno de los ensayos más relevantes entorno a la memoria histórica: El látigo y la pluma, donde Olmeda reconstruye la historia de la represión, de los castigos y la persecución a la que fue sometida durante el franquismo la comunidad LGTB. Considerado por muchos como el ensayo que más peso ha tenido para la comunidad LGTB en tanto que, como el propio autor reconoce, es un libro que restituye el honor robado a todos aquellos que fueron ultrajados por su condición sexual a la vez que da voz, reivindicando su recuerdo, de unas víctimas todavía hoy demasiado olvidadas y silenciadas. La importancia histórica de El látigo y la pluma, sin embargo, no se debe circunscribir a la comunidad LGTB, todo lo contrario: el trabajo de Olmeda implica a la sociedad en su conjunto, pues se trata de la recuperación de una historia que nos acomuna a la vez que es un claro alegato en contra de la homofobia y a favor de la libertad y el respeto. Un alegato que ha marcado la trayectoria profesional de Fernando Olmeda, ejemplo de ello son sus ponencias, recogidas posteriormente en distintos volúmenes, de las que destacamos: Homosexuals i transsexuals: els altres represaliats i discriminats del franquisme, des de la memòria histórica y Cultura, homosexualidad y homofobia. En este marco, cabe destacar el que, sin duda, es el trabajo audiovisual por excelencia de Olmeda: El viaje de Carla, un espléndido documental acerca Carla Antonelli, entorno a su vida, a su lucha y su compromiso político-social. Si bien El viaje de Carla es el trabajo documental más destacable de Olmeda, cabe recordar Josep Pla y Rafael Azcona, dos documentales realizados para TVE en los que el periodista no sólo demuestra, una vez más sus dotes como director de documental, sino en los que deja translucir su pasión y conocimiento por la literatura y su historia. No extraña, por ello, que Fernando Olmeda haya dado el salto a la narrativa, en el 2006 con Contraseña íntima y ahora con A seis pasos de ti (Espasa), novela con la que se afirma definitivamente en nuestro panorama literario. A seis pasos de ti es una novela coral que en su estructura y planteamiento recuerda la película de Robert Altman, Vidas cruzadas. Vidas que, sin aparente conexión entre sí, se entretejen, se encuentran inesperadamente en un mismo hilo narrativo: como Altman como el Almodóvar de Todo sobre mi madre, pero también como John Kennedy Tool de La Conjura de los necios, Olmeda consigue armar una narración compacta, donde la fragmentariedad dada por las múltiples historias termina por converger en una trama unitaria y sin fisuras, una trama que se convierte, asimismo, en metáfora de la novela: nuestras acciones tienen consecuencias, de la misma forma que nuestro pasado y nuestra historia nos condiciona, nuestras acciones, nuestra manera de ser en un mundo interconectado, no son nunca en balde.
¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?
No tengo una idea, soy perfectamente feliz con bastante frecuencia, con esto te lo digo todo.
¿Cuál es su gran miedo?
Uno no, varios. Sobre todo, temo aquellas circunstancias de la vida cotidiana que hacen aflorar la peor versión de mí mismo. Quien diga que no tiene Cara B miente. Y luego, los miedos propios de un señor de cincuenta y tres años, aunque no aparente semejante edad. Pero vamos, no soy miedoso, soy bastante valiente.
¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?
Lo políticamente correcto. Y aquello de “un error lo tiene cualquiera”.
¿En qué ocasiones recurre a la mentira? (en el caso que confiese mentir)
Nadie recurre a la mentira porque, en la vida social, casi todo es impostura, postureo. Luego están las mentirijillas, que son una falta de educación y además no sirven de nada, son ridículas. Nadie recurre a la mentira porque se miente todo el rato, para obtener lo que ansiamos, para ser aceptados socialmente… Por tanto, yo miento como un bellaco, como todos. Luego, con la gente a la que quiero, soy el hombre más sincero del mundo.
¿Se muerde la lengua antes de expresar determinadas opiniones por temor al qué dirán?
Cada día me la muerdo más. Lo bueno es que ya no me atraganto ni me enveneno, como hace años. Ahora es un placer. Además, es inteligente callar.
¿Cuándo fue la última vez que tuiteó o publicó algún comentario en las redes sociales con plena libertad?
Hace un minuto.
¿Qué es para usted la libertad?
La conecto, por ejemplo, con la coherencia individual, es decir, vivir acorde con tus principios. Integridad, aunque traiga consecuencias indeseadas. Ese es el coste, y el valor de la coherencia. Hablo por experiencia. Sí, es una forma de vida. Libertad y felicidad conectan. El intento de armonizarlas es el desafío.
¿Siente el ser una persona reconocida públicamente le resta libertad con respecto a la persona anónima?
Una cosa es ser famoso, otra ser popular, otra ser conocido… y otra ser reconocido. Prefiero esto último, que se me reconozca por mi trabajo, por mis compromisos sociales y, a fin de cuentas, por ser como soy. Y así puedo seguir haciendo lo que me apetece, en mi calidad de ciudadano.
¿Hablar y expresar públicamente opiniones políticas o silenciarlas?
Depende de la posición relativa en que te encuentres, no es lo mismo opinar desde un puesto de observación alejado del campo de batalla que dirigir a las tropas o estar en primera línea pegando tiros. Pero la tendencia actual es a expresar, más que a silenciar. Eso está bien, muy bien. Y si hablas alto y claro, se te valora más, te siguen más en Twitter e incluso puedes ser concejal. Y si gritas tus opiniones, te contratan como tertuliano de televisión, que eso ya es lo más de lo más, famoso, popular y conocido… Reconocido es otro tema.
¿Activismo público o compromiso privado?
Milito en ambos, y ambos dan muchas satisfacciones. Contribuir a cambiar la sociedad (porque hay que seguir mejorando) solo es posible trabajando en el día a día del barrio, del colegio, de la asociación de vecinos, de la parroquia (yo no voy, pero respeto a los parroquianos de base), del centro de trabajo, y amplificando posteriormente tus ideas y tus valores en los espacios públicos donde eres escuchado o leído.
¿Informarse o ser informado?
Las dos cosas, pero sobre todo seguir haciéndonos preguntas, no perder la capacidad de sorpresa.
¿Qué es para usted y qué valor tiene la información?
Entendida “información” como ejercicio del periodismo, ha recuperado una de sus funciones clásicas, la de control del poder, concebido en sentido amplio. De ahí la importancia del periodismo en la actualidad. Gracias a él estamos conociendo la podredumbre que hay bajo las alfombras. Felicidades, por cierto, a los compañeros de profesión. Ahora bien, tan desbordados de información estamos, todo nace y muere de manera tan compulsiva, que ese flujo termina perdiendo interés para el público. Y luego está la ciudadanía en su conjunto, que bastante tiene con llegar sin apuros a fin de mes.
La cultura, ¿cuestión de esnobismo o conocimiento transversal?
Debería de ser conocimiento transversal, pero en muchas ocasiones es esnobismo, postureo total, como he dicho antes. Pero vamos, casi todo es así. Sucedáneo.
¿Todo es cultura? O, mejor dicho, ¿qué no es cultura para usted?
“Cultura (en latín: cultura, ‘cultivo’) es un término que tiene muchos significados interrelacionados (…) En el uso cotidiano, la palabra «cultura» se emplea para dos conceptos diferentes: Excelencia en el gusto por las bellas artes y las humanidades, también conocida como alta cultura. Los conjuntos de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social, incluyendo los medios materiales que usan sus miembros para comunicarse entre sí y resolver sus necesidades de todo tipo”. Lo he copiado de Wikipedia, estos días se puede hacer, les han dado el Premio Princesa de Asturias de Cooperación.
¿Sus referentes culturales son literarios, musicales, artísticos, cinematográficos…?
Claro, está la memoria de lo vivido, lo vivido es, lógicamente, referencial. Ese magma al que se refieren todos los que responden a este cuestionario. Me sumo. Estoy al día en casi todo, pero no soy especialista en casi nada. Así no peco de pedantería
¿Un autor para releer?
José Saramago.
¿Un autor recién descubierto?
José C. Vales, Lea Vélez, Guillermo Roz, Ernesto Pérez Zúñiga…. Yo suelo barrer para casa, así que menciono a los amigos, que además escriben mucho mejor que yo. Aunque lo mejor de ellos es lo majos que son.
¿Una película, una obra de teatro o un espectáculo recientemente visto y que no olvidará?
“Intocable”, de Eric Toledano y Olivier Nakache. Bueno, no es muy reciente, pero me gustó muchísimo. Y las películas de Alejandro González Iñárritu, que sirvieron de referencia para “A seis pasos de ti”. Ya, tampoco son recientes.
La creación, ¿un arte, una pasión o un oficio que se puede aprender?
No concibo la vida sin pasión. Por tanto, el motor de la creación es vivir apasionadamente ese momento en que algo nace de la nada. Luego viene el resto.
¿Todos podemos escribir un libro?
Desde luego, todos tenemos historias que contar. Animo a todo el mundo a que se siente ante el ordenador y que trate de escribirlas. Comprobarán qué sensación tan especial, tan placentera y mortificante a la vez. La cuestión no es escribir un libro, es atreverse a escribir el segundo.
¿Todos podemos publicar?
Ahora mismo está al alcance de cualquiera. Otra cosa es ganar dinero con ello, o que el libro llegue a tener algún lector, más allá de la familia, los amigos y algún compañero de trabajo. Quien tenga trabajo, claro.
¿Todos podemos ser artistas?
Artistas son las madres, los parados y paradas, los familiares de personas dependientes, los que pelean la vida a diario para llevar un sueldo a casa… Hay mucha gente con mucho arte. Luego están los que quieren vivir de su talento creativo, como músicos, bailarines, diseñadores, trapecistas… La mayoría son bastante buenos, los admiro, yo soy absolutamente incapaz.
El éxito, ¿personal o profesional?
El éxito es la mirada indescriptible de mi hija cuando vio “A seis pasos de ti” en la mesa de novedades de El Corte Inglés. Y su abrazo posterior. Me pareció que estaba bastante orgullosa de su padre. Lo demás son fuegos artificiales.
El éxito, ¿fama, dinero, reconocimiento o no necesariamente?
Para mí, quien verdaderamente tiene éxito es quien hace algo útil para terceros, para el conjunto de la sociedad. Pero si hablamos del “otro” éxito, creo que llega… y luego se va tal y como llegó. Aparte, están quienes lo consideran propio y lo retienen a cualquier precio, por su temor a no ser nadie, si cambian las tornas. En todo caso, en teoría el éxito mayor sería fama+dinero+reconocimiento. Solo está al alcance de unos pocos, y si se exponen demasiado, gastan alocadamente y cometen algún error de bulto, terminan perdiéndolo.
¿Cuál considera que es su gran logro?
Uno no, tengo grandes logros en mi haber… Ahora en serio, me alegro de haber hecho muchas cosas bonitas en mi profesión. Ser un buen padre, imagino.
¿Cuál es su lema?
“Vive y deja vivir”, “Carpe diem”… En fin, unos cuantos, pero no quiero ser cansino. Mejor actuar que hablar.