Cuestionario literario: Lea Vélez
No era extraño que Lea Vélez, escritora y guionista de larguísima trayectoria, encontrara en la escritura el anclaje y la tabla de salvación ante la dolorosa pérdida de su marido, tras años de enfermedad. La escritura, para ella, no sólo fue el lugar del refugio, la escritura fue sobre todo el lugar del recuerdo, el lugar en el que sobreviven aquellos que ya no están. A esta necesidad y a esta batalla contra el olvido responde El jardín de la memoria (Galaxia Gutemberg), una novela –insiste la autora- en la que se entrelazan tres historias: dos narraciones vinculadas a la historia personal y familiar de la autora dialogan, de forma brillantemente armónica, con la historia de Francesc Boix, el fotógrafo catalán que con sus fotografías clandestinas consiguió testimoniar las barbaridades cometidas en el Campo de Mathausen. Boix fue el único español en testificar en el proceso de Nuremberg, aquel que con sus fotografías consiguió dar voz y presencia a todas las víctimas del holocausto. Las fotografías de Boix se convierten –y así lo fueron- en el lugar de la memoria, al igual que la escritura de Lea Vélez: en El jardín de la memoria la autora, entablando un diálogo entre tres narraciones temporalmente distantes, homenajea a la memoria, como espacio personal y colectivo, como espacio atemporal y eterno, como espacio de salvación. Y este homenaje a la memoria y el recuerdo se convierte a través de la prosa de Vélez en un elogio de la escritura: la palabra como custode imperituro de aquello que ya no está, pero cuya presencia la palabra consigue salvar.
Léa Vélez firmará en la Feria del Libro de Madrid el próximo domingo 14 de 12 a 14 horas en la caseta 177 de Galaxia Gutemberg.
¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?
La libertad perfecta.
¿Cuál es su gran miedo?
Que no se entienda mi ironía.
¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?
Qué pena que no me hayas preguntado la virtud menos valorada porque esa la tengo clarísima: “la buena educación”
¿En qué ocasiones recurre a la mentira? (en el caso que confiese mentir)
Nunca miento. Lo hacía fenomenal, pero lo dejé al mismo tiempo que el tabaco. Las dos cosas matan lentamente.
¿Se muerde la lengua antes de expresar determinadas opiniones por temor al qué dirán?
Me muerdo las uñas. La lengua no, que duele un montón. Las dos o tres veces que me la he mordido vi las estrellas. Además, cuando te la muerdes una vez, es una putada porque luego no puedes dejar de morder y morder y morder.
¿Cuándo fue la última vez que tuiteó o publicó algún comentario en las redes sociales con plena libertad?
La plena libertad sólo existe sin conexión a internet, a unos dos metros bajo tierra.
¿Qué es para usted la libertad?
Una forma de vida que muchas veces se puede escoger.
¿Siente el ser una persona reconocida públicamente le resta libertad con respecto a la persona anónima?
Creo que los famosos, en general, hacen lo que les da la gana. Sí eso no es libertad… Dicho esto, yo no soy famosa y también hago lo que me da la gana porque sólo vivimos está vez. No hay segunda vuelta.
¿Hablar y expresar públicamente opiniones políticas o silenciarlas?
Mis opiniones políticas son complicadas. No pueden reducirse a las redes, a una charleta o a una entrevista telegráfica. Tampoco las he silenciado en el contexto adecuado.
¿Activismo público o compromiso privado?
Mi activismo está en los textos que escribo, que son públicos o publicados, y que muestran claramente mis ideas.
¿Informarse o ser informado?
Informarse para informar.
¿Qué es para usted y qué valor tiene la información?
Creo que la información que se genera actualmente en nuestro país está altamente sobrevalorada.
La cultura, ¿cuestión de esnobismo o conocimiento transversal?
Odio la palabra esnob porque nunca me acuerdo bien de lo que significa, así que escojo “transversal”. ¿He acertado?
¿Todo es cultura? O, mejor dicho, ¿qué no es cultura para usted?
De siempre se usa la palabra cultura muy alegremente. Se dice “la cultura del fútbol”, “la cultura de la ignorancia”, “la cultura de la guerra” “la cultura de la bicicleta”. Puedo asegurar sin temor a equivocarme que ninguna de esas cosas es cultura. Una bicicleta es una bicicleta, y oye, está genial que sea una bicicleta, no querríamos que una bicicleta fuese una vicetiple. No rodaría bien. La palabra cultura se ha convertido en un cliché que vale para todo, hasta para ir de una calle a otra y no, los clichés ni son cultura, ni son bicicletas. Cultura de verdad es todo aquello que va más allá de lo que yo soy capaz de hacer o escribir por mí misma. Cultura es decir lo último que se piensa, no lo primero. Todo lo que admiro y me deslumbra, me entretiene, me enamora, me hace darme la vuelta, me emociona, me hace sentir feliz de no haber nacido animal de granja, oveja, por ejemplo -con todo el respeto a las ovejas, que son muy necesarias para hacer rebecas de lana- es cultura. Esto es lo que creo yo que es cultura y que no es cultura. Esta vez sí que he contestado a tu pregunta. ¿A qué sí?
¿Sus referentes culturales son literarios, musicales, artísticos, cinematográficos…?
Mis referentes culturales son todas las películas, todas las novelas, todos los ensayos del universo y todos los cómics de Flash Gordon porque todo, absolutamente todo es parte de un tejido del que no podemos desprendernos.
¿Un autor para releer?
Acabáis de sacarme de Comala para esta entrevista. Estaba con Rulfo.
¿Un autor recién descubierto?
Ya sé que llego tarde, pero acabo de descubrir Stoner de John Williams. Tengo la excusa de dos hijos pequeños y una laguna de unos tres años sin leer.
¿Una película, una obra de teatro o un espectáculo recientemente visto y que no olvidará?
Nunca hay un espectáculo recién visto. Salgo muy poco. Tengo niños pequeños y vivo sola con ellos en medio del campo. Me gusta El discurso del rey. (La obra teatral, se entiende)
La creación, ¿un arte, una pasión o un oficio que se puede aprender?
Una pasión que se tiene que convertir en oficio para no perder el buen humor. También te digo que se aprende a crear bien practicando. Igual que el talento innato no enseña a tocar un instrumento o a cantar ópera sin practicar. El secreto de cualquier arte es practicar, practicar y practicar.
¿Todos podemos escribir un libro?
No. Por suerte, todos podemos leerlo.
¿Y publicar?
Depende de a lo que se llame publicar, pero en general, no.
¿Todos podemos ser artistas?
No, pero tampoco podemos ser neurocirujanos o concertistas de Violonchelo (¿se escribe así violonchelo?)
El éxito, ¿personal o profesional?
Personal y profesional son la misma cosa en un artista y creo que en cualquiera.
El éxito, ¿fama, dinero, reconocimiento o no necesariamente?
No me puedo tomar muy en serio eso del éxito, de verdad que no. Verás, lo que pasa es que ahora se ha burocratizado hasta el éxito. Para llegar a ese éxito temible, moderno, que es como un loft de cristal en pleno paseo de Recoletos, los dioses del éxito se han empeñado en que hay que hacer unas colas horrorosas frente a un mostrador en una oficina cutre en el que nunca atiende nadie y si te atienden es para echarte la bronca por tener éxito y mandarte venir una vez al año a renovarlo. Yo no tengo tiempo de hacer la cola para renovar el éxito. La vida es demasiado corta. Esto no contesta a tu pregunta ni por lo más remoto, ¿verdad?
¿Cuál, considera, es su gran logro?
Los gags con los que mis hijos me matan a carcajadas cada día. Me costó muchísimo entrenarlos.
¿Cuál es su lema?
Pues mira, me alegra mucho que me hagas esa pregunta porque la gente -a no ser que seas un caballero medieval con escudo de armas, y tal- no suele tener un lema y en cambio, yo sí, sí, tengo lema y es muy bonito y fácil de poner en práctica. Además es útil y barato, verás como te gusta: “La sonrisa es la llave de todos los corazones”. Aunque la mayor parte de las veces, los corazones pueden abrirse también con abrelatas.