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Dani Karavan y su obra land se expone en Céret

Por Carlos Toribio.

 

Dani%20Karavan%201De Israel a Céret y de Portbou a Céret. Tres lugares diferenciados en la geografía y un mismo nombre en común: Dani Karavan. Realizar un inventario de las obras del artista israelí Karavan, enumerar los materiales utilizados suena como un largo poema, revelación de la ambición universal que anima el pensamiento artístico de Karavan (condecorado en 2014 como Caballero de la Legión de Honor en Francia). Todo esto, nos lleva al concepto de escultura, estatua, monumento, que tanto trató de analizar en su momento Rosalind Krauss, conjuntado con el bronce, la pizarra, el hormigón o el vidrio, además de vincularlo con elementos naturales del hombre: el árbol (sobresaliendo el olivo o la acacia en la trayectoria del artista), la hierba, agua, viento o los rayos de sol.

Con estos conceptos, mezclados y unidos, todos a una, vamos a parar a la exposición temporal “Dani Karavan” del Musée d’Art Moderne de Céret, que se podrá visitar y degustar con gusto minimalista hasta principios de junio, haciendo binomio con una visita por este pequeño pueblo al sur de Francia. Karavan nació en Israel (1930), apasionado del teatro, la ópera y la maniera de crear del Renacimiento. Realmente sobresale por su faceta de escultor, pero también lo podríamos catalogar como pintor, diseñador, escenógrafo, arquitecto y paisajista. La exposición gira alrededor de dos ámbitos, divididos por un gran olivo, colocado en medio de las salas. La primera parte explica su obra más conocida dentro del territorio español, la única, titulada Passagen, y la segunda, con un gran despliegue de obras, sus esculturas en terracota que realizó en 2014 para la Galeria Jaeger Bucher de París.

Es tarea más ardua honrar la memoria de los seres anónimos que

la de las personas célebres. La construcción histórica está consagrada a

la memoria de los que no tienen nombre

Karavan tenía en Portbou, la ocasión perfecta y el lugar idóneo para poder narrar la historia de Walter Benjamin con ayuda de la naturaleza, con los elementos ya existentes. La obra Passagen (1990-1994), se vincula directamente con la corriente artística del land, lo que Smithson en su día entendía por arte en la tierra, “lugares preexistentes en el paisaje e intervenciones artísticas que marcaban, atravesaban, construían o demarcaban un territorio”.Dani%20Karavan%203

Benjamín se había suicidado en 1940, tras huir del terror nacionalsocialista, en la pequeña localidad de Portbou, en la frontera entre España y Francia. En este recóndito lugar se erigiría un monumento en memoria al filósofo alemán y de las víctimas del fascismo. Este municipio, a orillas del mar Mediterráneo y justo al lado de los Pirineos, transpira de manera importante el elemento de los transitorio, una aura de temporalidad, y relacionado, todos los objetos envuelven en ellos buena parte de la vida que han tenido. Las maletas, por ejemplo, tienden a tener una vida propia por su capacidad de memoria, indicio de desplazamiento, siendo posible vestigio de un drama o expectativa de una ilusión. El mismo Benjamin decía que, en las cosas, hay siempre alguna cosa de la mirada que la ha contemplado, y la maleta es exilio, pero también retorno, perdida y futuro. La maleta de Portbou es la maleta de Benjamin. Y aquí Karavan tendrá un papel importante para homenajear su figura.

Céret realiza un trabajo exhaustivo sobre los trabajos y dibujos posteriores (realizados en 2004), a la obra realizada que narran a la perfección la complejidad de Passagen, un pasillo descendente de acero corten pegado a las rocas de la costa, donde atrae la mirada de las olas del mar. Una serie de escalones nos lleva a una placa de vidrio donde aparece grabado la cita de Benjamin anteriormente transcrita. Por encima del pasillo, unos escalones de acero dirigen la mirada hacia un olivo, símbolo de paz. Así, el paisaje se convierte en escenario teatral de una tragedia humana y evoca de por sí un difícil equilibrio completamente fútil. El título de la obra, hace referencia a la fragmentación del legado de Benjamin y la orientación de la obra, un tránsito de caminos, escaleras y pequeñas placitas, con el elemento del paisaje siempre como elemento artístico.

En las dos siguientes salas, después del gran olivo y de dos instalaciones de tierra colocadas en el suelo, hay un vídeo con los cincuenta años de Karavan con el arte público (tiene obra esparcida por medio mundo, como es el caso de Francia, Italia, Japón, Alemania…), para llegar al bosque de esculturas de tierra realizadas en 2014, cortesía de la Galerie Jaeger Bucher de París, donde sobresalen por sus formas diferencias, en forma de escaleras, torreones, torres onduladas, formas cuadradas, piramidales, que nos evocan, algunas, a los zigurats de Mesopotamia, a tótems, o incluso a la aguja en espiral que realizó Borromini a Sant’Ivo alla Sapienza de Roma. Estas piezas son las más recientes de Karavan, piezas donde prevalece el elemento de la verticalidad, vinculado al concepto de tierra y cielo. En ningún momento deja de relacionarlo con la experiencia sensorial y moral con el elemento natural.

Dani%20Karavan%208Con esta exposición, el Musée d’Art Moderne de Céret, explora la figura de este artista excepcional del siglo XX y XXI, pero además, con esta visita es un momento único para pasearse por sus salas, respirar el aire de Céret que tantó anhelaron los artistas, todo tomando un café en el Grand Café. Céret, pueblo muy cercano a la frontera catalana, capital del Vallespir, y a tocar del Canigó y Collioure (lugar de residencia del fauvisme de Matisse y Derain), fue la cuna del cubismo, lugar donde vivieron Picasso, Jacob, Gris, Pichot, Braque y sobre todo Manolo Hugué. Se ha hablado de la escuela pictórica de Céret, pero nunca hubo una escuela o corriente como tal, eso sí, todos vivían en una gran casa, desmantelada, llena de goteras, medio arruinada en esta pequeña población. Picasso llegaría a Céret en 1913 y la abandonaría en 1915. Más adelante, seria Chaïm Soutine quien viviría en Céret, entre 1919 y 1922. El Musée d’Art Moderne, acoge piezas de gran envergadura pictórica, sobresaliendo las obras de Joan Miró que expuso en los setenta, de Picasso y su vinculación con la tauromaquia (gran exposición temporal realizada en 2014, bajo el título “Le peintre et l’arène”), algunas de calidad de Chagall, Masson o Gris. De artistas más recientes o actuales, alberga obra de BEN, Brossa, Perejaume o Tàpies.

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