Cuestionario literario: SARA MORANTE
Si bien intencionalmente malinterpretado durante el clasicismo, Horacio no dudaba cuando, en su Epístola a los Pisones, equiparaba la poesía y a la pintura: dos expresiones artísticas destinadas a cautivar por igual al individuo, dos formas de escritura, trazos distintos, pero ambos destinados a captar la belleza, incluso la más melancólica belleza, que sólo puede expresarse a través del arte. Sara Morante, heredera –consciente o incosciente de la lección horaciana- convierte en poesía sus ilustraciones y, asimismo, hace de las ilustraciones un relato, poéticamente melancólico. La vida de las paredes (Lumen) es algo más que una novela y es mucho más que un libro ilustrado: son escenas de vida aquellas que recrea Morante, escenas de una vida no ajena al dolor y a la soledad, escenas cruzadas por momentos de felicidad y de empatía, de amistas y a veces de desprecio. Escenas inscritas entre las paredes de un edificio de vecinos y escondidas tras las puertas de cada uno de los pisos. Tras cada puerta un rostro, una historia, una vida. Las paredes son testigo de cada una de las historias que Sara Morante relata con palabras; los dibujos son los grabados, los flashes, las imágenes que, como las paredes, conservan cada una de estas vidas: las imágenes ilustran aquello que no vemos, aquello que la palabra no puede narrar, pues acontece tras la puerta. La vida de las paredes son dos relatos que, en un progresar paralelo, dibujan conjuntamente la vida cotidiana, donde hay muy poco por celebrar.
Sara Morante firmará en La Feria del libro de Madrid el próximo sábado 6: de 12 a 14 horas en la caseta de Atticus-Finch (310) y de 19 a 21 horas en la caseta de Lumen (235)
¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?
Encuentro felicidad en momentos muy sencillos y cotidianos. Creo que la felicidad es una combinación de satisfacción, bienestar propio y de los más cercanos, y alegrías bien dosificadas.
¿Cuál es su gran miedo?
La enfermedad.
¿Cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?
El cinismo (sí, hay quien lo considera virtud)
¿En qué ocasiones recurre a la mentira? (en el caso que confiese mentir)
No me gusta la mentira. Y cada vez menos la mentira piadosa.
¿Se muerde la lengua antes de expresar determinadas opiniones por temor al qué dirán?
Pienso lo que voy a decir, y valoro antes de hablar si mi opinión es interesante dicha en voz alta. A veces nosotros somos nuestros mejores interlocutores.
¿Cuándo fue la última vez que tuiteó o publicó algún comentario en las redes sociales con plena libertad?
Eurovisión 2015, Twitter. Me dejé llevar por el entusiasmo de unas amigas y me solté la melena sin pudor. Era mi primer Eurovisión en veinticinco años…
¿Qué es para usted la libertad?
Tener la posibilidad de decidir y elegir sobre mi vida, y de poder expresarme en voz alta.
¿Siente el ser una persona reconocida públicamente le resta libertad con respecto a la persona anónima?
En mi pueblo, en la frontera francesa, casi nadie sabe a qué me dedico. En las redes sociales me comporto de la misma manera que en la calle, aunque es cierto que no voy por mi pueblo hablando sola sobre lo que me está costando hacer este dibujo o escribir esta frase.
¿Hablar y expresar públicamente opiniones políticas o silenciarlas?
Cuando se trata de ideología considero que es algo personal, y es muy legítimo que otras personas lo traten de forma más pública. En demasiadas ocasiones lo que hacemos público es nuestro descontento con la forma de gestionar cuestiones sociales, económicas o culturales, ahí sí considero que hay que expresarse de forma más abierta y sin ataduras ideológicas.
¿Activismo público o compromiso privado?
Me comprometo y colaboro en privado, pero puedo manifestar este apoyo de forma pública sin problema, también.
¿Informarse o ser informado?
Ambas cosas son complementarias. Mi abuela tenía una buena costumbre. Cada mañana bajaba al quiosco y compraba todos los periódicos del día, sin importar el ideario de cada uno, si lo hubiere. Pasaba parte del día comparando el tratamiento de la información de unos y de otros, y luego sacaba sus propias conclusiones.
¿Qué es para usted y qué valor tiene la información?
De los datos se extrae la información y luego con ella se hace una valoración. No se puede valorar sin información, y no hay información sin datos.
La cultura, ¿cuestión de esnobismo o conocimiento transversal?
La cultura nos da una base que nos ayuda a valorar y tomar decisiones, nos da un bagaje que en ocasiones es ajeno, porque lo ha vivido otra persona, la que lo está contando, de una manera personal y a veces subjetiva, a través de la pintura, la vídeocreación, la literatura, la música, la fotografía… Pero la cultura no sólo se encuentra en las artes o en actividades creativas. Hay cultura en una conversación y en un partido de petanca. La cultura son datos.
¿Todo es cultura? O, mejor dicho, ¿qué no es cultura para usted?
Todo es cultura. Manque me pese decir esto. Odio los “realities shows”, y como sé que los odio, porque me parecen abominables, pero son cultura si entendemos la cultura “como un conjunto de conocimientos”, positivos y negativos, “que permite a alguien desarrollar su juicio crítico”. Y mostraría mi descontento en público si recibieran más apoyo institucional que otras actividades culturales más provechosas, como el arte, la ciencia, la música, la literatura, la petanca…
¿Sus referentes culturales son literarios, musicales, artísticos, cinematográficos…?
Mis referentes culturales abarcan todo lo posible. Soy muy receptiva cuando escucho a las personas, a mis mayores, por ejemplo. La cultura puede estar en muchas partes, luego cada uno hace una composición con lo que va recopilando, para futuras referencias.
Alice Munro, Miguel Delibes, Sénder, Edith Wharton, Patricia Esteban Erlés, Umbral.
¿Un autor recién descubierto?
Alice Munro.
¿Una película, una obra de teatro o un espectáculo recientemente visto y que no olvidará?
La Pianista, de Haneke. Vale, no la he visto recientemente, pero no la olvidaré.
La creación, ¿un arte, una pasión o un ofició que se puede aprender
Las tres cosas. En mi caso, fue una pasión hasta que aprendí cómo convertirlo en oficio y me profesionalicé. Ahora, sin haber perdido esa pasión esencial por crear, confieso que me entretengo en mi tiempo libre con cosas menos creativas, como comer paella y dar paseos escuchando la radio. Es lo que tiene la profesionalización.
¿Todos podemos escribir un libro?
Todos podemos escribir, terminarlo es otra cosa, pero con tesón no veo por qué no.
¿Todos podemos publicar?
Eso ya depende del resultado final del libro, del criterio de las editoriales y del mercado.
¿Todos podemos ser artistas?
Creo que sí. Todos podemos crear en mayor o menor medida, desde un niño hasta un jubilado que pinta en el parque. Entrar en el mercado del arte es otra historia, porque arte y mercado del arte no son la misma cosa.
El éxito, ¿personal o profesional?
Yo me sentí muy realizada en lo personal cuando conseguí aquel trabajo como secretaria de dirección en una empresa de Dublín. Había vencido handicaps como el idioma o la falta de experiencia en ese puesto. Era mercenaria en una oficina, estudiaba Arte y Diseño en el “college” nocturno, pero me sentí estupendamente tanto en lo personal como en lo profesional. Los logros han de sentirse así.
El éxito, ¿fama, dinero, reconocimiento o no necesariamente?
El éxito puede ser todo eso y también puede simplemente ser un logro personal, algo que no es nada desdeñable, aunque se viva en la intimidad y no se comparta con nadie, se celebra con el mismo entusiasmo.
¿Cuál considera que es su gran logro?
Mi vida y mi familia, los últimos quince años.
¿Cuál es su lema? “Paella mixta y caña. Mejor en la terraza“