«Famélica» de Juan Mayorga: risas saludables por estupendos actores
Por Horacio Otheguy Riveira
Mayorga ríe en una parodia que se busca a sí misma por caminos a veces complicados. Su sentido del humor se revela en esta función con mucho brillo durante gran parte del texto hasta decaer con discursos altisonantes y confusos. Sin embargo, la habilidad del director y el talento de sus intérpretes parece hacerle al texto un efectivo boca a boca con irresistible chispa e impecable talento.
Escribe Juan Mayorga:
He escrito esta obra para la compañía La Cantera, en diálogo permanente con Jorge Sánchez y sus estupendos actores, quienes han ido levantando teatro a partir de esbozos garabateados en el reverso de cuadernos contables, a partir de borradores llenos de tachones que pergeñé en horas de melancolía en medio de la euforia de los mercados, a partir de esquemas cuya famélica base es una vaga intuición acerca de lo que temes y deseas y ocultas.
Acerca de lo que temes y deseas y ocultas cada mañana cuando ves ante ti las puertas del edificio corporativo.
De la propuesta original queda mucho o poco o algo o quizás importe más lo que vaya a ir surgiendo que lo conseguido hasta ahora.
Desde luego es un experimento interesante planteado por gente muy profesional, entendiendo por esta palabra, tres cosas fundamentales: disciplina, seriedad, aunque se trata de una sátira, o mejor aún, seriedad «porque» se trata de una sátira y búsqueda de un nuevo lenguaje por el cual uno se pueda reír de los revolucionarios de café: hay aquí una gran invención en una revolución disparatada pero apetecible («Un mundo en que los nada tomamos el poder») dentro de una empresa convencional, altisonante y burocrática. Para lo cual se arremolinan muchas historias que confluyen en un toma y daca de risa grotesca que alterna con una comedia amable, e incluso de enredos en torno a los más celebrados teóricos de la revolución (Rosa Luxemburgo, Antonio Gramsci…), con glorioso himno incluido y con un sorprendente giro dando omnipresencia a un gran personaje ausente, el anarquista estelar y trágico de la guerra civil española, Buenaventura Durruti.
Hay hallazgos de humor absurdo, en gran medida por sus formidables intérpretes quienes se ríen del mundo de los actores con brillantes chascarrillos. La pega es que hay demasiado discurso típico del autor en la recta final. Sin embargo, prevalece el buen humor, ya que el propio dramaturgo se autoparodia, salpicando guiños por aquí y por allá, con alguna broma sobre Stalin (ahí está su obra «Cartas a Stalin», libremente inspirada en los últimos años del escritor Bulgakov), y —lo más divertido— sobre Teresa de Ávila, la santa a la que le ha dedicado —y dirigido— su función «La lengua en pedazos».
Se mire por donde se mire, asistí a un estreno que promete y deja en el aire la esperanza firme de que, función a función, irá mejorando porque está en manos de un equipo formidable, al que le deseo los mayores parabienes posibles… e imposibles.
Famélica
Dramaturgia: Juan Mayorga
Dirección y puesta en escena: Jorge Sánchez
Ayudante de dirección y producción: Marta Cuenca
Intérpretes: Nieve de Medina, Juanma Díez, Xoel Fernández, Rulo Pardo
Diseño escenográfico: Carmen Lara Cuenca
Lugar: Teatro Lara
Fechas: Jueves 28 de mayo y varios de junio y julio. Consultar cartelera.