La fragilidad del neón, de Juan Laborda Barceló
Por Marisa Arias.
Editorial: Al Revés (Edición 2014) Encuadernación rústica
Precio: 18 euros
Páginas: 238
Esta historia es la demostración de que a veces todo pende de un hilo. Los sueños se pueden romper de repente y entonces todo cambia. Pero veamos dónde empieza todo en la historia que nos ocupa, ‘La fragilidad del neón’: la trama arranca con Ramón Sandoval, un inmigrante refugiado y excombatiente que en la actualidad trabaja como chófer y guardaespaldas en el bello París. Por tanto, nos situamos en los años 60 y qué suerte la suya que con la llegada de una actriz famosa de Hollywood, Linda Darnell, su vida se ve envuelta sin querer en otro mundo muy distinto al que tenía. Como si de un rollo celuloide de 35 milímetros se tratara, el mismo Ramón e incluso el lector -algo que no me extraña, dada la pasión y conocimiento de su propio autor, Juan Laborda, de este mundo y de la Historia-, se empapan de cultura cinéfila lo cual hace muy interesante la novela. Que aparezcan personajes reales con su ‘minuto de gloria’ es anecdótico y lo hace más atractivo. Como dato en el que se enmarca su momento histórico, nos situamos en el conflicto argelino por el que pasa Europa y con la situación particular de que esta actriz famosa se pueda convertir en diana de un atentado de la FLN con fines políticos. Indudablemente estos hechos hacen que sus vidas se compliquen. La desilusión, el pasado, la conciencia, los sueños rotos, la libertad, la justicia, los ideales, las emociones… tienen mucho que ver a la hora de ir conociendo a los personajes de esta novela. Se convertirán en sus particulares batallas. Son las píldoras de las que se alimentan desde los hermanos Sandoval a Maurice Papon, el jefe de policía.
Cuando leí esta historia, hace algún tiempo, admito que me asombró especialmente a la hora de hacerme con una novela negra pero ‘humana’; es decir, la ideología del ser humano se cuestiona y llega al desencanto. Los medios para llegar a un fin se pueden llevar por delante nuestras creencias; ideales rotos como cristales que dejan al descubierto el corazón humano y preguntarnos: ¿hasta dónde podemos llevar nuestros ideales? ¿Podemos sacar lo mejor y lo peor de cada uno llegado el momento? Pero, sin dejarme de preguntar por otro lado, ¿qué sacrificaríamos? ¿El hombre por encima de cualquier ideología? Y nunca mejor dicho. La obra está clasificada en el género negro, pero, ante todo, está cargada de sensualidad y delicadeza porque está hilvanada con historias humanas. La propia conciencia juega su papel. No por ser más maduro o sabio se es más humano. Para dar quizás con la clave recomiendo ‘La fragilidad del neón’. En ella se encierra una gran historia para analizarla en su fondo y, por tanto, hallar su contestación. Y ahí lo dejo porque destripar más de su trama es tarea del lector.
Sin duda, sus grandes dosis de historia y buena ambientación hacen viajar al lector en el tiempo y el espacio. La narración se hace ágil, rápida y el lenguaje llega con facilidad. La buena conjugación de todos los elementos en sus 40 capítulos provoca un disfrute de la novela y un afán por seguir leyendo con entusiasmo hasta el final debido a su emoción y a la aceleración última de los hechos.
Allá cada uno con sus propios sueños, unos más frágiles que otros, pero, eso sí, para quedarse con el momento feliz de cada uno de ellos. Es lo que enseña la vida misma. Es una historia que aseguro entretiene y lo da todo al que busca una gran historia para no olvidar. ¡Con eso me quedo!