Rapaces, una obra de Ignacio González Orozco
Por Pilar Martínez.
Si un escritor consigue transportarte a los lugares más recónditos del planeta, no tengas ninguna duda, estás ante un gran narrador.
Un escritor no es aquel que consigue un gran número de ventas o una fama mundial, es aquel que se entrega por completo a su obra y a su público, aquel que en cada una de sus creaciones deja una parte de sí mismo. Ignacio González Orozco consigue todo ello y mucho más.
En su nueva novela, Rapaces, se muestra ante nuestros ojos los recovecos más imperceptibles de un pueblo ficticio de la comarca de Migjorn, en la zona de Mondragó, al sur de Mallorca. Nos teletransportamos principalmente a la Mallorca de los años 70, pero viajando página tras página a diferentes épocas como el siglo XVII o el siglo XXI.
Entre las calles de este pueblo se desarrolla la historia de un ornitólogo que regresa a dicha isla para recibir un homenaje académico, su vuelta servirá para despertar los espectros que aún habitaban en los lugares más recónditos de su memoria. Sin ni siquiera saberlo, muchos de los personajes de la isla ocultan un secreto compartido, cuyo descubrimiento desembocará en una tragedia, surgiendo así el único enigma no compartido.
Encontramos así un mundo de bandoleros, caciques, y de una gran diversidad tanto cultural como histórica. A través de múltiples juegos de palabras, estructuras y recursos literarios, tenemos en nuestras manos una obra que emociona hasta el extremo. Una obra que se ve, se huele, se saborea, se toca, y sobre todo se siente, una creación cuya trama y personajes penetran en nuestra alma cual agujas se tratasen, consiguiendo en nosotros pinchazos de dolor, emoción, y suspense.
El carácter de la trama, la profundidad de sus pensamientos e ideas, y la claridad de su escritura es tan fascinante como la propia historia que nos propone Ignacio González Orozco, sazonada con una urdimbre de intriga, una concisa narración histórica, y una esmerada evaluación y presentación psicológica de los personajes. Su carga política es innegable a la vez que maravillosa.
Una novela que se muestra más allá del tiempo y de las modas, una obra cuya sutileza literaria y grandeza perdurarán durante mucho tiempo. Sin lugar a dudas tanto Rapaces como Ignacio González Orozco se han ganado un puesto de honor en este fascinante mundo de la literatura.