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«Un nuevo caso de plagio crea polémica en la literatura en español»

Por Mónica Maristain

Arturo Pérez-Reverte pidió una disculpa pública a la mexicana Verónica Murguía, pero negó el plagio. Foto: Facebook
Arturo Pérez-Reverte pidió una disculpa pública a la mexicana Verónica Murguía, pero negó el plagio. Foto: Facebook

“Este es el Don Quijote, con anotaciones de Sealtiel Alatriste, firmado por Arturo Pérez Reverte y prologado por Alfredo Bryce Echenique”: la humorada del escritor mexicano Jorge F.Hernández en Facebook originó una centena de likes.

Se refería así a tres sonados casos de plagios en la literatura en español, el último de los cuales involucra al famoso Arturo Pérez Reverte, autor de El maestro de esgrima, La carta esférica y Las aventuras del Capitán Alatriste, entre otros.

Efectivamente, se supo en la semana que el también periodista y ex corresponsal de guerra de la TVE había sido acusado por la mexicana Verónica Murguía de plagiar su artículo “Historia de Sami”, que ella publicó en 1997 en la revista El laberinto urbano.

Pérez Reverte, nacido en Cartagena en 1951, dio a conocer un año después en El Semanal un texto similar al que llamó “Un chucho mejicano”, reproducido ahora en el libro de Alfaguara Perros e hijos de perra, un hecho que le permitió a Murguía –según revela un artículo del periódico La Jornada-, darse cuenta de lo que ella considera un plagio.

El escándalo no tardó en estallar con visos de parodia, al defenderse el español de la acusación diciendo que él solo había reproducido la anécdota que le contó el escritor mexicano Sealtiel Alatriste, quien como se recordará tuvo que devolver su premio Xavier Villaurrutia, debido al descontento de sus padres Gabriel Zaid y Guillermo Sheridan, que vieron plagio en su novela Ensayo sobre la ilusión y su ensayo Geografía de la ilusión.

El 15 de febrero de 2012, luego de haber dejado el cargo como Coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, Sealtiel Alatriste renunció al Premio Xavier Villaurrutia, aunque nunca admitió ser “un plagiario”, como había dicho Sheridan en su acusación pública.

“Los méritos que pudieran tener mis libros para obtener ese premio no tienen nada que ver con lo que se me imputa. Descalificarme por una parte y un error reconocido me parece desmesurado”, dijo, al aceptar que se equivocó al usar citas sin referir la fuente, negando al mismo tiempo que eso constituya un delito de plagio.

En los cuentos de Pérez Reverte / Murguía todo se parece peligrosamente, “con la excepción de que yo la protagonicé con el pobre perro, que además dudo que haya visto (como lo menciona en el libro) porque murió poco tiempo después de haber escrito mi artículo”, dijo la autora al periódico La Jornada, el medio que dio a conocer y luego hizo seguimiento de la noticia.

“No quiero dinero ni voy a entablar una batalla legal con un hombre que es mucho más poderoso y rico que yo. No soy ni poderosa ni rica, pero por esas razones me parece de lo más horrible que alguien haga pasar un documento como suyo, cuando es una persona que tiene una carrera hecha y derecha y no necesita nada y le publican donde sea. Lo que quiero es una disculpa pública, que retire el texto del libro, y si no lo hace entonces que done una parte de las ganancias a un refugio de perros en México”, agregó Murguía.

NO ES LA PRIMERA VEZ

Los medios españoles, entre ellos la agencia EFE y el periódico El País se han mantenido al margen de la polémica entre Verónica Murguía y Arturo Pérez Reverte y no hicieron mención alguna al episodio, quizás porque no es la primera vez que el famoso autor español, miembro de la Real Academia de la Lengua, se ve envuelto en un caso de plagio.

En 2011, el cineasta Antonio González-Vigil entabló una demanda judicial al escritor, acusándolo de robarle el argumento de su película Corazones púrpura, para hacer su filme Gitano.

El juicio duró años, hasta que luego de varias recusaciones Pérez Reverte se vio obligado a pagar 200 mil euros a al demandante, según un dictamen de la Audiencia Provincial de Madrid.

Lo de Murguía no llegó a juicio y de hecho, también en La Jornada, la escritora mexicana aceptó las disculpas públicas que expresó el escritor en un comunicado y dio por zanjada la cuestión.

En dicho texto, dice sentirse “asombrado por la desmesura” con que la prensa mexicana trató el tema y si bien admite que “la información básica” de su artículo “provenía de un texto original de la señora Murguía, en ningún momento puede considerarse escrito con mala fe ni planteado como plagio, término que se refiere a apropiaciones más literales, descaradas y concretas, con ocultación maliciosa de la autoría real, y palabra de la que en este triste asunto se está abusando en exceso”.

“Sería absurdo un plagio en el que el supuesto autor incluyera, como fue el caso en mi viejo artículo, el nombre de la plagiada. Junto con mi irritación por el uso a mi juicio excesivo de esa palabra, he presentado públicamente mis disculpas a la señora Murguía por la evidente similitud de ciertas expresiones contenidas en algunas líneas del artículo con algunas líneas de su texto original, de las que sin duda éste es origen, reiterando la ausencia de mala fe tanto por mi parte como por la de quien me refirió la historia. No tengo nada más que decir sobre este asunto, y apelo a su buena voluntad para darlo por aclarado.”, concluye.

EL CASO BRYCE ECHENIQUE

En septiembre de 2012, el escritor peruano Alfredo Bryce Echenique fue honrado con el Premio FIL de Literatura que anualmente entrega la Feria Internacional del Libro en Guadalajara.

Dicho galardón, como se sabe, Se trata del que antes era llamado Premio Juan Rulfo y que perdió el nombre del autor del Llano en llamas en 2006, cuando la viuda del escritor jalisciense y sus hijos reaccionaron frente al otorgamiento del galardón al poeta Tomás Segovia (1927-2011), quien en su criterio “disminuyó la obra y la persona” del escritor.

Alfredo Bryce Echenique, un tema paradigmático en el debate sobre el plagio en la literatura. Foto: Especial
Alfredo Bryce Echenique, un tema paradigmático en el debate sobre el plagio en la literatura. Foto: Especial

Al saberse que la distinción había quedado en manos del autor peruano, entre otras, de Un mundo para Julius, en las redes sociales comenzaron a multiplicarse las quejas , haciendo referencia a los problemas de plagio que había tenido que enfrentar en el pasado.

Así es, en 2009, Alfredo Bryce Echenique fue multado por el máximo organismo de control de la propiedad intelectual peruano, el INDECOPI, por haber plagiado 16 artículos a dos diarios y una revista, La Vanguardia, el Periódico de Extremadura y Jano, todos medios españoles.

El autor fue pasible de una multa de 60 mil dólares y la excusa que dio entonces para justificar los plagios denunciados a principios del 2007 fue que “se trató de un error de mi secretaria y por el apuro por acabar mi última novela…”.

La polémica fue creciendo y el escritor se vio impedido de venir a Guadalajara a recibir su cheque de 150 mil dólares, un acto que se concretó en octubre de 2012 en su casa de Lima, Perú.

Cosas veredes, Sancho, que no crederes.

One thought on “«Un nuevo caso de plagio crea polémica en la literatura en español»

  • Me parece ridículo y absuro que se juzgue a un persona por un error cometido en el pasado y del cual en teoría ya se resarció; Bryce tiene una gran trayectoria como escritor en latinoamérica y esta demás que se le juzgue y lapide por un error cometido años atrás.O es que acaso las personas que lo señaralaron son libre de polvo y paja? hipócritas!

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