Entrevista a Alejandro Feito por «La caricia del verdugo»
“Hoy en día es difícil ser original cuando se escribe sobre el mundo del crimen. Por ello, desde el principio, quise introducir un elemento exótico que diferenciase mi novela de las cientos de novelas criminales que se publican cada año”.
Alejandro Feito nació en Oviedo, donde sigue residiendo, en 1983 y es licenciado en Ingeniería Superior Industrial. Actualmente trabaja en la industria del metal, aunque su verdadera vocación han sido siempre las artes, particularmente las letras. Se declara fanático de la literatura, el cine, los cómics y los videojuegos, que considera medios tan diferentes como únicos de contar historias. Su debut con La caricia del verdugo es el resultado de un proceso creativo de varios años en el que, más que escribir una simple novela, ha intentado inventarse a sí mismo como escritor, encontrar su propio estilo y construir un imaginario sólido y creíble en el que desarrollar futuras creaciones.
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La caricia del verdugo. Alejandro Feito. Click Ediciones, 2015. 460 páginas. Epub 4,99 €
Radu Dumukrat no es un sicario cualquiera, es tal vez el último de los mulobeng, una antigua casta de guerreros y asesinos de etnia romaní. Santiago Matesanz, alias el Segador, es un criminal convicto, antiguo miembro de la organización corsa conocida como la cofradía de Partinello. Diferentes, aunque igualmente letales, ambos se ven forzados a aceptar sendos trabajos que les llevarán a sumergirse en una cruel lucha de poder entre los más poderosos cárteles de la droga de la Costa Azul; una guerra que teñirá de sangre las calles de la vieja ciudad de Marsella. Antagonistas mortales a pesar de no haberse conocido siquiera, cada uno deberá enfrentar los más oscuros secretos de su pasado al verse inmersos en un intrincado dédalo de engaños, mascaradas y traiciones. ¿Quién es realmente el enigmático Lauda? ¿Qué se oculta tras el legado de los mulobeng, descendientes de la antigua estirpe guerrera hindú de los kashary, los nacidos del fuego?
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P.- ¿Qué te atrajo del mundo literario para entrar de lleno en la escritura?
Muchas historias. Algunas me llegaron a través de los libros, otras las conocí mediante películas, series de televisión, cómics, videojuegos… Algunas las he olvidado, otras las recordaré toda mi vida pero, de una manera o de otra, parte de todas ellas se ha quedado dentro de mí y entre todas han hecho germinar historias nuevas en mi interior. Creo que eso es lo que me trae hasta aquí, la necesidad de contar mis propias historias.
P.- ¿Qué crees que te distingue de otros autores noveles?
Creo que todos los años que me he pasado completamente desconectado de la literatura contemporánea. Siempre he leído lo que me gustaba, sin seguir ninguna moda ni corriente emergente, de modo que muchos de los autores más importantes del panorama actual son completos desconocidos para mí. Mi estilo de escritura, por tanto, viene influido por una amalgama completamente ecléctica de autores de distintos géneros y épocas, por lo que dudo que pueda alineárseme con ninguna tendencia literaria actual. En ese sentido creo que soy bastante anacrónico.
P.- Tu formación (ingeniero industrial) ¿qué te aporta a la hora de escribir?
Al principio me aportó mucho: empecé a escribir porque me aburría mortalmente en clase, así que creo que puedo agradecerles a mis profesores de ingeniería el haberme descubierto una vocación completamente opuesta al contenido de sus clases. Hablando en serio, me gusta ser bastante meticuloso con los detalles tecnológicos en mis novelas y con la credibilidad técnica de lo que quiero narrar, algo que me resulta más fácil al tener esa formación.
P.- ¿Qué es La caricia del verdugo?
Es una historia sobre criminales, sobre narcotraficantes, asesinos y matones; personas que se ganan la vida al margen de la ley y cuya moralidad (de tener alguna) no tiene nada que ver con la que generalmente aceptamos en nuestra sociedad, pero personas al fin y al cabo. A mí me gusta definirla así. Se desarrolla principalmente entre Barcelona, Marsella, Bucarest y la costa oeste de Córcega; aunque también hay escenas sueltas desarrolladas en otros lugares de España, Reino Unido e incluso Uruguay.
P.- ¿Cómo definirías brevemente a los protagonistas de tu novela?
Radu Dumukrat es un sicario de origen gitano, descendiente de una antigua estirpe de guerreros y asesinos. Frío y sistemático, pero también humano, y por tanto imperfecto. Santiago Matesanz es un criminal convicto, antiguo cabecilla de un poderoso cártel de la droga Marsellés. Aunque puede ser violento y peligroso, aspira a rehabilitarse y abandonar el mundo del hampa.
P.- ¿Qué te atrajo de los ambientes que describes?
En parte fueron los parajes en sí, tanto Córcega como Marsella me parecen estéticamente espectaculares a la par que inquietantes, pero principalmente fue su sociedad. El mundo del crimen marsellés me fascina desde hace muchos años debido a mi pasión por el cine de Jean Pierre Melville, Jacques Deray… me encantan esas películas protagonizadas por Belmondo y Alain Delon. La sociedad corsa, por otra parte, me ha interesado desde mucho antes por sus peculiaridades y su hermetismo, sin embargo no ha sido apenas reflejada en el cine, por lo que me pareció muy interesante escribir una novela protagonizada en parte por criminales de origen corso y ambientada en parte en la isla. La historia de Córcega, como espero haber reflejado en mi novela, me parece apasionante.
P.- La genealogía criminal de alguno de tus protagonistas se remonta a siglos atrás… ¿no hay nada nuevo bajo el sol?
Efectivamente, hoy en día es difícil ser original cuando se escribe sobre el mundo del crimen. Por ello, desde el principio, quise introducir un elemento exótico que diferenciase mi novela de las cientos de novelas criminales que se publican cada año. En ese sentido, pocos pueblos ofrecen un trasfondo cultural tan rico, cosmopolita y antiguo como el gitano. No me resultó difícil crear parte mi imaginario a partir de las leyendas que envuelven de este pueblo tan polifacético y, por desgracia, tan vinculado históricamente al mundo del crimen.
P.- ¿Por qué estas tramas tan oscuras tienen tantos seguidores?
No puedo hablar por los demás, en mi caso, lo que realmente me interesa de las novelas no es otra cosa que los personajes en sí. Por encima de la trama, lo que me atrapa de una novela siempre acaba siendo la forma en que los protagonistas reaccionan ante ella, su personalidad y su desarrollo psicológico a medida que avanza la historia. En este sentido, siempre me han resultado más interesantes las personalidades límite, no las personalidades normales y anodinas, y en pocos géneros pueden encajarse tantas personalidades límite en conflicto como en el criminal. Por otra parte, se trata de personajes que pueden vivir muy cerca de nosotros aunque no los reconozcamos. El criminal común puede ser nuestro vecino, un habitual del bar que frecuentamos o incluso un familiar cercano. Por tanto es mucho más fácil identificarse con el entorno de un criminal que con el de un caballero medieval, un playboy millonario o un superviviente posapocalíptico.
P.- La trama parece albergar los conflictos más antiguos del Viejo Continente… ¿qué hace de Europa un escenario atractivo para un escritor?
El trasfondo, por supuesto. Aunque esos conflictos a los que te refieres pueden parecernos manidos y carentes de interés por exceso de explotación, no podemos negar que la sociedad en la que vivimos es hija de dichos enfrentamientos pasados. La herencia de la guerra fría está muy presente en la mayor parte de organismos gubernamentales y agencias de seguridad de la Europa de hoy en día, y el entramado de hilos que relacionan instituciones tan dispares como los cárteles de la droga del Mediterráneo, las diversas organizaciones terroristas, tanto islámicas como occidentales y los cuerpos de seguridad de los distintos estados europeos; es tan sumamente denso e intrincado que un escritor puede encontrar material en él como para escribir novelas durante tres vidas.
P.- ¿Qué autores han influido de manera decisiva en tu forma de escribir?
Sería imposible citarlos a todos, me han marcado tanto escritores como cineastas, guionistas de cómic e incluso de videojuegos; pero voy a hacer un intento. Al primero que debo citar es a Frederick Forsyth, Chacal y El manifiesto negro son dos obras que han marcado la forma en que mi ficción se relaciona con la realidad; en ese sentido no existe, para mí autor más magistral que Forsyth. En cuanto a la psicología criminal, mis referentes son Dickens, Conan Doyle, Allan Poe y sobre todo, Dostoievsky. Creo que son los autores que mejor supieron retratar el pensamiento criminal de su época. En lo referente a narración en sí, he de nombrar a Steven Savile: su maestría a la hora de manejar el ritmo narrativo me parece absolutamente espectacular, en ese aspecto, no hay autor al que más me gustaría parecerme. Si hablamos de la gestión de la trama, la manera de ir soltando las pistas y presentando los giros, me quedo sin duda con Hideo Kojima, creador de la saga de videojuegos Metal Gear y, en mi modesta opinión, uno de los mejores contadores de historias que han existido nunca. Y si se trata de diálogos, tengo que mencionar al guionista de cómic, Peter David. Siempre he considerado que los guionistas de cómic escriben mejores diálogos que los escritores convencionales, tal vez porque, a la hora de narrar la historia, dependen de ellos mucho más.
P.- Publicas en Click, un sello digital de Planeta. ¿Echarás en falta el papel?
Me hubiese gustado que me publicasen en ambos formatos a la vez, pero estoy muy contento con la edición digital de La caricia del verdugo y, si tuviese que elegir entre publicar exclusivamente en papel o exclusivamente en digital, no me cabe duda de que habría elegido el formato digital.
P.- ¿Mejor una editorial que la autoedición?
Sin lugar a dudas. Mi editorial me ha proporcionado el espaldarazo que necesitaba, el que un equipo de personas completamente ajenas a mí haya valorado objetivamente mi obra y decidido que merecía la pena invertir en ella es, para mí, un paso de una importancia capital. Significa que un grupo de profesionales contrastados del sector cree en mí como escritor profesional, y eso no tiene precio. Por otra parte la ayuda y el apoyo que vengo recibiendo de mi editorial desde el primer momento tienen un valor enorme.
P.- ¿Estás ya embarcado en algún nuevo proyecto narrativo?
Sí, de hecho ya estoy trabajando en la segunda entrega.
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