La inconcebible aventura del hombre que fue otro, de Manou Fuentes

Por Marta Marne de Leer sin prisa. @Atram_sinprisa.

Hay rasgos que nos marcan durante toda nuestra vida: una nariz más grande de lo normal, el color del pelo, nuestra estatura, nuestra forma de hablar. O nuestro apellido. En ocasiones el destino nos juega una mala pasada y crea combinaciones de apellidos de lo más ridículas. O te toca en suerte un apellido que ya de partida resulta objeto de burla para todos los que te rodean, especialmente en la infancia.

Eso es lo que le sucede al protagonista de La inconcebible aventura del hombre que fue otro, Édouard Pojulebe. Cada vez que los profesores pasaban lista en clase, la sola pronunciación de su apellido era motivo de risas entre sus compañeros. Ese sentimiento de vergüenza debe guardárselo, no quiere ofender a su padre por haberle legado ese apellido tan ridículo. Y eso marcará su carácter. Se convertirá en un hombre anodino, que solo recuerda haberse reído una vez, sin amistades, con una vida seria y ordenada. Y con un punto paranoico en cuanto algo se sale de esa rutina tan marcada que tiene.

De pronto un día esa rutina se ve vapuleada. Al salir del restaurante donde come cada día un hombre cae sobre sus espaldas como una maldición. Parece ser que está enfermo o que está sufriendo algún tipo de ataque. Intenta comunicarse con nuestro protagonista indicándole que mire en sus bolsillos, pero Édouard está tan contrariado que no es capaz de reaccionar. Este aparentemente inocente acontecimiento cambiará su vida para siempre.

Resulta que el hombre que le aborda por la calle no ha caído sobre él por accidente. Lleva tiempo buscando a Édouard porque da la casualidad de que ambos comparten ese extraño apellido y quiere conocerle. Tras una serie de calamitosas casualidades, Édouard acudirá al hospital y visitará a su homónimo en la sala de reanimación, ya que parece ser que está en estado grave.

La novela arranca con una mezcla de humor y de ironía, transmitiendo con sorna las paranoias de nuestro personaje, obsesionado con que le siguen, con que algo no va bien, con que no puede dormir, con que siente ansiedad… Aunque los fármacos consiguen aliviarle en un primer momento toda la trama se complica mucho más haciendo a Édouard tomar una decisión drástica: huir de su propia vida.

Toda la novela es un viaje, una transformación de Pojulebe, partiendo de una mentalidad paranoica a una adaptación a las circunstancias y al medio. Un aprendizaje que le llega demasiado tarde. ¿O no? ¿Hay un punto en el que es demasiado tarde para cambiar el rumbo de nuestras vidas? ¿Para tomar las riendas? ¿Para despojarnos de la careta que nosotros mismos nos imponemos? En ocasiones, gestos tan aparentemente nimios como despojarnos de algunas pertenencias, dejarnos crecer la barba, cambiar nuestro tono de piel al sol, son solo el reflejo exterior de cambios que estamos llevando a cabo en nuestro interior.

Con una trama de intriga como trasfondo, Manou Fuentes consigue que mantengamos el interés sobre el destino y el viaje de nuestro extraño amigo. Como remate, cada capítulo de la novela está iniciado con una cita de algún autor de renombre: Sartre, Camus, Molière, Flaubert, Kant… Y hasta Woody Allen. Citas con una importante carga narrativa para la novela y que le aportan un toque de reflexión aún mayor a los capítulos. Una novela divertida pero que también hace que te pares a reflexionar sobre algunos de los temas que trata, en especial sobre nuestra propia identidad. ¿Cuánto de nosotros mismos es como es por culpa de quienes nos rodean?

 

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