El escritor de sombras
Por Telmo Avalle @telmoavalle
El parlamento y la controversia han terminado despojando a Giovanni Troilo del World Press Photo. La organización del certamen ha decidido retirarle el primer premio en la categoría de Temas de Actualidad con el que fue reconocido en la última edición por su relato ‘El corazón oscuro de Europa’. El jurado, que hasta ahora había apoyado la versión de Troilo, ha expuesto desde la incómoda tesitura del que se desdice que el italiano quebrantó los valores del concurso al mentir sobre el origen de una de sus imágenes. El error fue detectado en un pie de foto y, puestos a retractarse, la organización también ha lamentado “la grave falta de ética del autor”.
Visto desde el visor, que es la ventana a través de la cual un fotógrafo busca entender el mundo, la indignación entre los profesionales del gremio resulta lógica. Son bastantes los fotoperiodistas que han lanzado un alegato en contra de Troilo y su reportaje. Se trata de una serie de imágenes en las que retrata la supuesta dureza y degeneración que compromete a Charleroi, un municipio industrial belga conocido también como el “país negro”, y donde se denuncia la presencia de elementos que laceran los principios del documental gráfico.
La crítica se ha encendido al constatar, viendo el resultado de las fotografías, que Troilo desnaturalizó los escenarios reales por medio de juegos de luces y puestas en escenas. Todo, se presupone, con el único objetivo de dramatizar una realidad, debió pensar, demasiado plomiza a simple vista.
El caso es que todas esas deformaciones, como el ’cameo’ planeado de un primo del autor en una de las instantáneas, han transgredido el principal dogma sobre el que se asienta el fotoperiodismo. Éste no es otro que reflejar la realidad con la claridad más absoluta. Servir como un espejo sincero y sereno, sin ficciones. Persistir como el último refugio del periodismo libre de manipulación, sin más cercos que los impuestos por la velocidad del obturador.
Aunque de la anatomía del término fotógrafo se extrae el sobrenombre de ‘el que dibuja con la luz’, la idiosincracia del fotoperiodismo obliga a los fotoperiodistas a retratar entre penumbras, a veces incluso envueltos en sombras y poniendo en riesgo su propia luz. De Giovanni Troilo nadie niega, ni siquiera sus mayores críticos y hasta la organización del World Press Photo, que si bien no es fotoperiodista, sí puede reconocerse el talento artístico de su trabajo. Sin embargo, y pese al ‘despremio’, ’El corazón oscuro de Europa’ logró por unas semanas hacer más difusa todavía la frontera que define la fotografía de prensa.