«Los fantasmas del invierno», Kate Mosse
Editorial: Suma de letras
Año de edición: 2011
Género: miedo y nostalgia.
País: Inglaterra
Escrito en: 2009
Páginas: 307
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-No fue entonces, sino más tarde. El hundimiento, el colapso, el petir mal, la neurastenia, los nervios…, da igual cómo quieran llamarlo. No sucedió de inmediato. No fue, de hecho, hasta que llegué a la edad que tenía George cuando murió. Hasta el día en que cumplí veintinún años (pág. 141).
Entre tanta aflicción, se le ocurra la brillante idea que ahogar sus penas viajando solo por Inglaterra y Europa para que no le moleste nadie. Y ahí es donde le pilla la gran nevada, entre montañas plagadas de pinos blancos. Consigue refugiarse en un pueblo misterioso. Pero esto no ocurre al principio, no. Pasas al menos cien páginas hilando escenas y frases en busca del miedo. Cuando parece que asoma un fantasma y te alegras, no, resulta que es el un simple reflejo; cuando parece que una luz se oculta entre las tumbas, no, es la ilusión de su hermano muerto. Y así pasas hojas y hojas hasta que las hojas inundan tu paciencia de nieve blanca.
Portada de la edición inglesa, 2009-2010 |
Pero, lo confieso, mientras leía, buscaba una mujer que le quitase el lamento al pobre Freddi. Un amor de estos que te quitan todos los males. Y sí, aparece, pero es que, o se pasa o no llega. Freddi se enamora perdidamente de una mujer en unas horas, tanto, que será la leitmotiv que guíe sus pasos hasta el final del libro. Un final que guarda un detalle que me gustó. Creo que si ese detalle se hubiese empleado de otra manera en la novela, el resultado final habría causado mayor impacto.
Lo gracioso del libro es que los conatos de miedo ya dejan de asombrar y cuando de verdad ocurre algo ya está tan manido dentro del género de miedo que te acuerdas de la escritora, la modelo y su posible parentesco. Un pueblo que al narrador le resulta extraño o, como él dice, es como si entras a una casa y uno de los cuadros del comedor está torcido; calles desiertas, personajes parlanchines sobre misterios del pasado, y a tu lado Juan Rulfo elevando una ceja.
Es conocida principalmente por su novela de 2005 El laberinto, traducida a más de 37 idiomas, y que le valió el Premio British Book de 2006. Sus novelas bestsellers han vendido millones de copias en más de 40 países. En 1996 co-fundó el Premio Orange, del que también es Directora de Honor. En el año 2000 fue nombrada European Woman of Achievement (Mujer europea de éxito) por su contribución a las artes. Sus novelas, de ficción histórica, contienen abundante aventura y misterio, y menos fondo histórico, con buen desarrollo de la trama y acertada conjugación de los hechos. Ha cosechado gran éxito en todo el mundo, con numerosas traducciones, siendo acreedora a varios premios.