Reivindicando A Roald Dahl y “Las brujas”
Por Israel Moreno
Si alguien menciona el nombre de Roald Dahl probablemente muchas personas no sabrán quién es. Pero si decimos que es el famoso autor de narrativa infantil de títulos tan celebérrimos como Matilda, Charlie y la fábrica de chocolate o James y el Melocotón gigante ahí cambia la cosa porque es muy difícil no haber tenido noticias de estos clásicos de la literatura. Dahl nació en Llandaff al sur de Gales en 1916 y su forma de escribir narra cuentos de corte infantil y juvenil (aunque un adulto las pueda disfrutar igualmente) donde crea mundos de imaginación, fantasía y grande dosis de humor y crueldad que le han convertido en un autor de culto. Entre todas estas famosas obras hoy me dispongo a reivindicar una de las más desconocidas: “Las Brujas” que tuvo una notable versión cinematográfica.
Dicha novela reza con un argumento donde las brujas de todo el mundo, bajo la apariencia de señoras corrientes que están celebrando su convención anual en el hotel Magnífico. Deciden alquilar a todos los niños convirtiéndoles en ratones con una apestosa poción, el ratonizador de Acción Retardada. Pero en ese mismo hotel también están el protagonista de esta historia y su abuela que conseguirán vencerlas gracias al ratonizador mágico.
Nos encontramos aquí con una novela clásica donde aparece el tema común de la lucha del bien y del mal con un planteamiento también muy tradicional con su planteamiento, nudo y desenlance. Se caracteriza por una simplicidad estructural pero un cuidado efectismo visual propios del cine por eso me parece adecuado centrarme en su versión cinematográfica que puede invitar a todo lector a querer descubrir este pequeño gran libro. En el año 1989 todos aquellos que casi dejábamos de ser niños nos encontramos en los cines con esta película que fue una auténtica sorpresa. Acudíamos entusiasmados a cada estreno semanal esperando rememorar las inolvidables experiencias vividas con otras obras recientes como Los Goonies, Los Gremlins o Una pandilla alucinante. Y aquí lo encontramos de nuevo. Dirigida por Nicolas Roeg, el film nos cuenta como un niño y su abuela se tienen que enfrentar a la terrible Asociación de Brujas de Inglaterra en un argumento realmente disparatado donde las fuerzas del bien y del mal libran una cruenta batalla. Su título “The Witches” aunque en España fue conocida como “La maldición de las brujas” .
El resultado final de la película es muy acertado. Resulta tan apropiada para niños como para adultos y la historia fantástica contiene suficientes elementos oscuros para que mantenga un equilibrio notable en sus pretensiones. A pesar de ello, sin ningún género de dudas, la película tiene dos partes bastante diferenciadas: los primeros cuarenta y cinco minutos, que son una auténtica delicia, donde se nos presentan al protagonista, a su abuela y el papel de las malvadas brujas en este mundo; y una segunda parte, un poco más floja, donde el infantilismo típico de Disney emborrona parte de la atmósfera casi terrorífica amasada al principio con la transformación de los niños en ratones. Aunque eso no es óbice para que deje de ser un divertimiento puro.
Especialmente memorable en esta magnífica primera parte resultan las narraciones de la abuela acerca de las brujas en forma de cuento nocturno de terror y, sobre todo, la gran reunión anual de las brujas celebrada en el hotel donde se destapa todo el pastel (donde se aprecia una crítica feroz hacia las personas o las sociedades que ocultan sus actividades ilícitas tras apariencias benéficas). Angélica Huston, como bruja jefe, está soberbia, y en la retina de todos queda la espectacular transformación en un alarde de efectos especiales donde se nos muestra el verdadero y terrorífico aspecto de la gran bruja. Dicha mutación deja en bragas cualquier elucubración extraña que nos quede en la retina del Mago de oz o del imaginario popular en forma de mujeres verdes de napia pinochera volando con sus escobas. Su aspecto resulta de lo más monstruoso, con una alta joroba, dientes podridos, manos alargadas y una preeminente nariz ganchuda.
A pesar de los halagos que aquí le proferimos podemos decir como curiosidad que el autor original de la novela no quedó satisfecho con el resultado. A Roald Dahl le asqueaba su final feliz. Fue el último de sus libros y murió poco meses después del estreno de la película. Hace poco se habló de un proyecto para grabar una nueva versión cuya pretensión es permanecer más fiel al espíritu de la novela. Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón tienen en mente realizarla en animación Stop motion, del que tenemos gratos recuerdos en obras recientes como Los mundos de Caroline o la imprescindible El alucinante Mundo de Norman. A ver si alguna distribuidora española se anima de un vez a editar esta joya en Bluray o DVD para rescatarla de su imperdonable olvido. Y, de paso, y no menos importante, leer la obra original que bien lo merece.
Israel Moreno es escritor, autor de la novela “Mañana es Halloween”
El libro Las brujas es lo MAs dibertido