Los filósofos de Hitler

«“No importa que un par de docenas de nuestras ciudades renanas fuesen pasto de las llamas. Cien mil muertos nada significarían si con ello se asegurase el futuro de Alemania”. El hombre que así deseaba la guerra tenía un aspecto bastante ordinario, vestía con manifiesto desaliño y deambulaba con austero semblante por el gris pavimento de una calle bañada por el último sol de verano. Por aquel entonces no era más que un simple político de provincias que alimentaba fantasías extremistas».

Actualidad editorial:

La profesora Yvonne Sherratt examina las bases ideológicas del Führer en su nuevo libro Los filósofos de Hitler (Ediciones Cátedra, 2014). El líder nazi profesó verdadera adoración por Nietzsche y simpatizó aún más con las interpretaciones alemanas de Darwin. Encontró hebras de antisemitismo en la filosofía alemana y utilizó la idea de la raza, la fuerza y la guerra para legitimar su proyecto. Durante más de setenta años el mundo ha estado preocupado por el horror del nazismo, y en las décadas transcurridas desde entonces, se han contado muchas historias sobre heroísmo, colaboración, tragedia y traición difíciles de olvidar… Pero ciertas investigaciones han revelado que muchos funcionarios, trabajadores ordinarios, médicos y maestros de escuela, lejos de ser espectadores inocentes, desempeñaron un papel capital en la consolidación del poder del tirano, incluso artistas y músicos han figurado vergonzosamente entre los colaboradores. No obstante, nadie ha examinado aún el papel que tuvo un grupo pacífico y no comprometido: los filósofos.

La filosofía siempre ha sido un icono de la cultura alemana. Pero ¿por qué resultaba tan atractiva para Hitler? ¿Por qué tuvo la colaboración de filósofos como Schmitt -redactor de la constitución legal de los nazis- o Heidegger? Probablemente vieron en ello la oportunidad de ascenso dentro de las universidades alemanas. Pero, ¿cuáles fueron sus historias y por qué se adhirieron al racismo y a la guerra? ¿Qué hay, por ejemplo, de la curiosa historia de Hannah Arent, judía alemana enamorada de un nazi convencido? Una estudiosa como es Yvonne Sherratt analiza, con el estilo de un docudrama minuciosamente investigado, el trabajo y la influencia de aquellos pensadores que circundaron a Hitler antes, durante y después del Holocausto; se incluyen entre ellos influencias involuntarias, colaboradores y adversarios. Explica Sherratt que “los filósofos eran celebridades; lo que ellos hicieron, cómo actuaron y qué ideas promocionaron, ha ejercido una poderosa influencia en la imaginación alemana”. Y como el dictador se llegó a considerar a sí mismo como “Filósofo Fürher”.

De Kant a Nietzsche, de Alfred Bäumler a Kurt Huber, de Theodor Adorno a Walter Benjamin, todos estos filósofos debatieron en torno a las mismas ideas que fueron utilizadas por el dictador alemán para sus propósitos. Cosecharon las recompensas de una colaboración rentable y ocuparon puestos prestigiosos en las más importantes universidades alemanas. ¿De qué trasfondos provenían, cuáles fueron sus circunstancias personales y por qué se sumaron al movimiento? La autora profundiza en el tema y analiza no solo las vidas de las víctimas judías, sino también de sus adversarios intelectuales. El libro concluye con los juicios de Nuremberg, examinando si algunos filósofos fueron enjuiciados, si las universidades alemanas fueron purgadas de nazis después de 1945, y planteando una pregunta que surge inevitable: ¿Se hizo verdadera justicia? Yvonne Sherratt es miembro de la Academia y doctora por el King´s College de Cambridge. Entre sus libros anteriores destaca La filosofía continental de las ciencias sociales. Colabora con diversas revistas como BBC History Magazine, History Today o Times Literary Supplement. Además, imparte charlas en Southbank Center y varios programas de radio.

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Los filósofos de Hitler.  Yvonne Sherrat.  Traducción de Manuel Garrido y Rodrigo Neira.  Editorial Cátedra, 2014.  336 páginas.  20,00 €

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