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«Una isla en la luna» de William Blake, por primera vez en español

«Hay en la luna, junto a un poderoso continente, una pequeña isla que curiosamente guarda cierto parecido con Inglaterra. Pero aún más extraordinario es que allí la gente se asemeja tanto a los ingleses y el lenguaje es tan parecido al de ellos que te creerías que estás con tus amigos. En esta isla habitan tres filósofos: Succión el Epicúreo, Quid el Cínico y Sorbesopas el Pitagórico».

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Una isla en la luna, de William Blake.

Actualidad editorial:

Por primera vez en español ve la luz Una isla en la luna (Ediciones Cátedra, 2014), breve sátira del clásico inglés William Blake (1757-1827), que es a la vez autorretrato de la juventud del poeta y texto fundamental para su posterior estudio. La obra está dividida en once capítulos muy dispares en cuanto a extensión y contenido, y un párrafo final que parece no tener continuidad con los anteriores. Los personajes, casi todos ellos con nombres festivos, protagonizan una serie de diálogos paródicos y escenas de costumbres sin un hilo conductor más allá de mostrar cómo se divierten los pequeños burgueses de Londres. El libro proporciona abundante información literaria, esencial para comprender la obra que Blake escribió con posterioridad. Se trata, además, de un texto de su puño y letra, como el llamado Cuaderno del poeta y el Manuscrito Pickering, escrito a mediados de la década de 1780, y antes de imprimir sus Canciones de inocencia (1789, en las que ya emplearía su particular método de las ediciones iluminadas). Precisamente en este texto incluyó Blake las primeras versiones de tres poemas de aquellas canciones.

La posibilidad de que se hubiera escrito en 1784 vendría avalada –entre otras referencias– por la elevación de los primeros globos aerostáticos en el Reino Unido, que a finales de 1783 y comienzos de 1784 dio lugar a la moda de los sombreros-globo mencionados con envidia por uno de los personajes en los capítulos finales; o el fallecimiento ese año del doctor Samuel Johnson, a quien puede verse en el infierno protagonizando un paso de comedia. Retrospectivamente puede observarse cómo la obra marcó el inicio de una trayectoria literaria en la que lo satírico, de manera más o menos explícita iba a estar siempre presente, suponiendo un cuestionamiento del misticismo que le caracterizaba. En esta obra, en edición bilingüe, además de encontrar un poeta serio y maduro, se vislumbra un escritor satírico y burlón que cincela un retrato en clave de su círculo de amigos y conocidos, entre los que se asigna el papel de cínico. Este Blake de humor escatológico que hace constantes juegos de palabras, que se burla de sabios y científicos al mismo tiempo que proclama inmensas ambiciones literarias y comerciales, es el mismo poeta visionario de Milton y Jerusalén, y es también uno de los escritores más divertidos de la literatura inglesa de su tiempo. Esta edición contiene además un interesante estudio y análisis del manuscrito original, así como de algunas de sus inscripciones.

William Blake fue un escritor y artista inglés de origen londinense que vivió a caballo entre el siglo XVII y el XIX. Su escritura está vinculada siempre con las ilustraciones y grabados, que solía realizar para sus propios poemas o para clásicos literarios. Se educó como grabador y trabajó para varias imprentas. Junto a su hermano Robert montó la suya propia, lo que le facilitó el acceso a muchos artistas, intelectuales y científicos de la época. Su poesía iba de la ingenuidad al desengaño, de Canciones de Inocencia (1789) a Canciones Profanas (1794). Sus versos, inspirados por visiones místicas, se encuentran entre las más originales y proféticos de la lengua inglesa, y suponen el rechazo de las ideas del movimiento ilustrado en favor del romántico.

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Una isla en la luna.  William Blake.  Traducción de Fernando Castanedo.  Ediciones Cátedra, 2014.  240 páginas.  15,70 €

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