Franz Kafka, la metamorfosis de un escritor

Por Pilar Martínez.

Un escritor siempre pone un trozo de su ser, de su esencia en cada una de sus obras, o al menos eso es lo que hasta mis oídos ha llegado en numerosas ocasiones. Siempre que suelo coger un libro y comienzo a devorar sus páginas intento imaginarme a su autor escribiendo en su escritorio, a veces de roble, otras de pino, pero siempre concentrado en sus escritos y rodeado de miles de paginas garabateadas y plegadas en múltiples ocasiones, rodeado de fracasos que dieron lugar a innumerables éxitos. En este caso me imagino a un joven judío, nacido en Bohemia y que escribe en alemán, originario de una familia rústica, con frecuentemente algún que otro problema económico y cuyo nombre es Franz Kafka.

Su obra es considerada una de las más influyentes de la literatura universal. Llena de arquetipos sobre la alineación, formada por diferentes temas y caracterizada por su brutalidad tanto física como psicológica, marcaron un antes y un después en el mundo de la novela así como en la vida de su propio autor.  Con su peculiar estilo literario, su obre y personalidad, ha sido ampliamente asociada a la corriente filosófica de carácter artístico llamada existencialismo. Muchas posturas han nacido en torno a la cuestión de como interpretar al autor, algunos de ellos hablan de una posible identificación con la ideología antiburocrática o incluso de una religiosidad mística, mientras otros analizan de manera precisa y profunda el férreo contenido psicológico que encontramos en sus obras. Además de ello, observamos también como característica ineludible los conflictos entre padres e hijos, así como la inmersión de personajes en aventuras terroríficas.

Entre los múltiples escritores que fueron influenciados de manera clara por el escritor Franz Kafka, encontramos nombres de amplio reconocimiento y fama como el fallecido Gabriel García Marquez o  Jean_Paul Sartre entre otros. Hasta tal punto fue clara y fuerte su influencia que se creó y utilizó el término Kafkiano para hacer referencia a aquellos escritos de gran carácter surrealista, aquellos con infinitas semejanzas a las obras de Franz Kafka.

La mayoría de los escritores y críticos del siglo XX hicieron numerosas referencias a la figura del escritor. Se han realizado multitud de estudios, e incluso hoy en día se siguen realizando para intentar encontrarle sentido a la obra de Kafka, interpretándola así en función de diferentes escuelas como la realista mágica o la modernista. Además, algunos han catalogado la satirización de burocracia que Kafka lleva a cabo en algunas de sus obras como El proceso o El castillo de clara influencia marxista, mientras que otros apuntan al anarquismo como primera influencia.

El mundo de la literatura consideró la obra de Kafka como la más expresiva de todos los tiempos, en ella se definen y ejemplifican las ansiedades y la alineación del siglo XX como en ninguna otra. Ha sido constante también la creación de su obra a la luz de la biografía del propio autor, debido a diferentes acontecimientos y circunstancias que pueden permitir proporcionar ciertas directrices y orientaciones que nos pueden abrir la puerta a una mejor interpretación de su obra.

Sin lugar a dudas, la obra que marcó la personalidad y producción del autor fue La metamorfosis, un relato por cuya extensión entraría dentro de lo denominado como novela corta. Muestra cómo cambia la vida del joven Gregorio Samsa, un sencillo viajante de comercio, cuando al despertar una mañana tras un sueño intranquilo se encontró en su cama convertido en un monstruoso insecto. A partir de ahí, la novela cuenta el camino que sigue el protagonista desde que toma conciencia de su nueva situación, y cómo la asume también su propia familia, hasta su muerte y liberación que ésta supone para los que le rodean.

A lo largo de dicha obra, Kafka no solo nos muestra los pensamientos o el afán de supervivencia del protagonista, sino también y de manera más importante, las reacciones de todos aquellos que rodean al personaje. En esta novela encontramos al más puro Kafka, ya que encontramos lo más significativo de su estilo en cuanto observamos sus características más esenciales, así como el simbolismo y el valor metafórico que puede darse su contenido.

A pesar de lo extenso de su obra, solo una pequeña parte de ella fue publicada en vida. Por ello fue tras su muerte en 1924 provocada por un tuberculosis de laringe, cuando su fama creció de manera vertiginosa. Todo ello gracias a su amigo Max Brod, quien se encargó de publicar las diferentes obras del autor, así como diferentes escritos e incluso algunos que estaban incompletos, ignorando así afortunadamente para todos nosotros los verdaderos deseos del autor de que sus manuscritos fuera destruidos.