El talento de Mr. Ripley (Patricia Highsmith)
Por Manuela, en colaboración con Entre mis libros.
En «El talento de Mr. Ripley», la más célebre novela de Patricia Highsmith, aparece su más fascinante personaje: el inquietante y amoral Tom Ripley, figura prototípica de un género que Patricia Highsmith ha inventado, que se sitúa entre la novela policíaca y la novela negra, entre Graham Greene y Raymond Chandler, donde el más trepidante suspense se aúna a un vertiginoso análisis psicológico. Mr. Greenleaf, un millonario americano, le pide a Tom Ripley que intente convencer a su hijo Dickie que está viviendo una bohemia dorada en Italia para que regrese al hogar. Tom acepta el encargo, y de paso pone tierra por medio a posibles problemas policiales, y encuentra a Dickie y a su amiga Marge, con quienes establece una turbia y compleja relación.
LA AUTORA
Patricia Highsmith (Fort Worth, Texas, 1921 – Locarno, Suiza, 1995) fue una novelista estadounidense famosa por sus obras de suspense.
Se graduó en 1942 en el Barnard College, donde estudió literatura inglesa, latín y griego. Concluidos sus estudios, se dedicó a redactar guiones de comics hasta su debut literario con Extraños en un tren (1950). La creación del personaje de Tom Ripley, ex convicto y asesino bisexual, la que más satisfacciones le dio en su carrera. Su primera aparición fue en 1955 en El talento de Mr. Ripley, y en 1960 se rodó la primera película basada en esta popular novela, con el título A pleno sol, dirigida por el francés René Clément y protagonizada por Alain Delon. A partir de allí se sucederían las secuelas: La máscara de Ripley(1970), El juego de Ripley (1974), El muchacho que siguió a Ripley (1980), entre otras.
MI OPINIÓN
No se me ocurre título mejor para esta novela con la que me estreno con la reina del suspense, Patricia Highsmith, y es que el protagonista, Mr. Ripley, no cabe duda de que tiene talento y mucho, aunque lo dirija hacia objetivos inadecuados, amorales, punibles… se me ocurren unos cuantos adjetivos.
Tom Ripley es un joven tímido que sobrevive gracias a pequeños y variados trabajos que alterna con alguna que otra estafa de poca monta. Es una persona gris, anodina, que no está conforme con su vida y que desprecia a aquellos que dicen llamarse sus amigos. Este Tom Ripley será el que un día conocerá a Herbert Greenleaf en un bar, el cual le hará una propuesta: viajar a Italia con todos los gastos pagados para intentar convencer a su hijo, Dickie, de que regrese a Nueva York. Tom encontrará así la oportunidad de salir de su monótona vida y de escapar a una más que probable denuncia por sus estafas.
Será en Italia, en la localidad costera de Mongibello, donde Tom se encontrará con Dickie Greenleaf, un joven rico, atractivo y divertido. Todo lo que Tom no es y todo lo que desearía ser porque Dickie lleva una vida despreocupada en Italia, dedicándose a navegar, a pintar y a divertirse junto a Marge, una amiga con quien mantiene una relación de amistad muy especial y que está enamorada de él en secreto.
Tom Ripley es un personaje fascinante. A lo largo de la novela iremos descubriendo que su infancia, huérfano de padres y criado por una tía, fue muy dura, nunca nadie le dio cariño y siempre se sintió despreciado. La inseguridad y el poco aprecio que por sí mismo tiene están perfectamente reflejados en el libro, pero llega un momento, cuando Tom conoce a Dickie, en el que se rebela contra quién es deseando ser el otro, ser Dickie, esa persona por la que siente una mezcla de admiración y envidia y de quien a lo largo de la novela se insinúa, aunque nunca se dice abiertamente, está enamorado. Esta homosexualidad insinuada es aprovechada por la autora para hacer crítica de una sociedad homófoba que desprecia, e incluso teme, a aquellos que tienen otras tendencias sexuales.
El desarrollo de este personaje y su evolución en la novela es lo más destacable que he encontrado en esta lectura, porque si bien los personajes secundarios están perfilados en su justa medida, ni demasiado para quitar protagonismo a Ripley, ni tan poco como para no llegar a conocerlos, con Tom Ripley el dibujo es minucioso y la autora demuestra verdadera maestría a la hora de desarrollar el diálogo interno del personaje a través del cual iremos conociendo el funcionamiento de su mente y nos adentraremos en la psiquis de una persona con un grave complejo de inferioridad unido a una envidia que lo llena de ira y que domina sus impulsos.
Los problemas de identidad de Tom quedan perfectamente reflejados en varias escenas de esta magnífica novela y la profundidad psicológica del personaje va creciendo conforme avanza la lectura. Ésta es la primera entrega de una saga de cinco libros, aquí conocemos al chico tímido que termina siendo el personaje perverso, amoral y visceral que me ha tenido pegada a las páginas del libro, pero no puedo dejar de preguntarme qué Mr. Ripley nos encontraremos en las posteriores novelas, será interesante ir descubriéndolo.
La autora utiliza un narrador omnisciente en tercera persona con una prosa tan concisa que me ha resultado un tanto fría y que hizo que me costara un poco entrar en el libro. Tampoco me ayudó que aproximadamente la primera mitad de la novela se dedicara exclusivamente a presentar a los personajes sin que realmente ocurriera nada muy especial, pero aún así sigue siendo una lectura ágil ya que los diálogos son muy abundantes. Será precisamente el acontecimiento de un hecho muy relevante el que hará que el ritmo de la novela cambie y el libro gire hacía el género policíaco y de suspense y nos adentre en el círculo de engaños, mentiras y suplantaciones de identidad de Tom Ripley, un personaje con una amoralidad tal que es imposible no terminar seducido por sus recovecos y aristas. Un personaje que en un momento parece que va a desmoronarse para, minutos después, resurgir con una ira que llega a asustar.
La autora no se detiene excesivamente en describir los escenarios donde se desarrolla la acción a pesar de que son unos cuantos: Mongibello, Roma, París, Venecia… Da la descripción justa para situarnos en el lugar y en lo que sí se detiene un poco más es en la descripción de los ambientes desenfadados y llenos de lujo en los que se mueve habitualmente Dickie y, por lo tanto, Tom.
Un libro que me ha sorprendido muchísimo. Me enfrenté a él sin ninguna idea preconcebida ya que ni siquiera he visto ninguna de sus adaptaciones cinematográficas, la más conocida y reciente de ellas protagonizada por Matt Damon, Jude Law y Gwyneth Paltrow. A Patricia Highsmith la tenía catalogada casi como “una de esas autoras que a mí no me gustan” y probablemente si Meg, Marilú y Ana Blasfuemia no hubieran propuesto a principios de este año el Reto Escritoras Únicas, jamás me habría acercado a ella.
Da igual que la trama en ocasiones resulte poco creíble (¿de verdad nadie baraja nunca la posibilidad de…?) porque como decía al principio, lo mejor de esta novela es el talento de Mr. Ripley para construir un entramado de mentiras y vivir durante meses en él. Talento para justificarse a sí mismo sus propias acciones por deleznables que éstas sean. Talento para seducir, atraer y repeler al mismo tiempo al lector y conseguir que, al menos en mi caso, alguna vez no es que haya estado de su parte pero sí haya temido por él hasta llegar a un final que sólo puedo calificar de perfecto, podrá gustar más o menos, pero es sencillamente perfecto.
Ficha técnica
Título: El talento de Mr. Ripley
Autora: Patricia Highsmith
Traductor: Jordi Beltrán
Editorial: Anagrama
Nº de páginas: 286
ISBN: 9788433930057
Tom Ripley es un psicópata narcisista integrado de manual.