Julia Navarro: Dispara, yo ya estoy muerto
Por Marina Alonso Cortés.
JULIA NAVARRO: DISPARA, YO YA ESTOY MUERTO.
“Dispara, yo ya estoy muerto” es la última novela de Julia Navarro en la que nos transporta a momentos claves de la historia desde el siglo XIX hasta mediados del siglo XX: la última etapa zarista, la persecución de los judíos a lo largo de los años, la época de Hitler y la polémica entre árabes y judíos que perdura en la actualidad.
La historia se centra en dos familias: los Zucker, que se ven obligados a abandonar Rusia por ser judíos y los Ziad, unos árabes a los que conocen al llegar a la Tierra Prometida y a los que compran sus tierras. Entre ellos surge una preciosa amistad que parece dejar de lado las diferencias religiosas, una amistad en principio sólida que se mantiene de generación en generación.
Es una novela llena de historias en la que se nos cuentan los diferentes hechos que trascurren, desde dos puntos de vista: el de cada una de las dos familias que protagonizan esta historia. A pesar de esa amistad lo cierto es que el libro está lleno de prejuicios y de intolerancia por las dos partes, en un momento vemos como dos personajes, uno de cada familia, se enamoran pero deben renunciar a tener una relación sólo por pertenecer a religiones y culturas diferentes.
Trata un conflicto entre árabes y judíos que continua en la actualidad y que a través de la ternura que desprenden las historias narradas en el libro te lleva a pensar en lo absurdo de una lucha basada en la religión y la intolerancia, te das cuenta de que al fin y al cabo no son tan diferentes aunque ellos no se den cuenta, unos luchan por sentir que por primera vez en su vida tienen un hogar, los otros por no perder su tierra, sus raíces.
“La vida os ha colocado en bandos opuestos y ambos habéis sido leales a vuestra causa, él lo sabe y tú también, pero ni siquiera el haber combatido en bandos tan diferentes te ha llevado a considerarle tu enemigo. Estáis unidos por lazos que ni tú ni él podréis romper por más que os empeñéis.”
Este trocito, en mi opinión, resume la verdadera esencia de la novela: esos lazos que unen a dos personas y que están por encima de cualquier cultura o religión, por mucho que la vida se empeñe en lo contrario.
Julia Navarro dijo que los personajes de esta historia la enseñaron mucho, que ya formaban parte de su vida personal. Después de leer el libro me sucedió lo mismo.