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Seminci 2014: 3ª Parte

 

Por Miguel Martín Maestro.

otel.loHoy ha sido un gran día en la Seminci, pero no se fíen, no hablo de la sección oficial, hablo de tres extraordinarias películas españolas que merecerían haber participado a concurso en sus respectivas secciones, y secciones no faltan en este festival. En el mismo día se han proyectado Paradiso de Omar Razzak, Sobre la marxa de Jordi Morató y Otel.lo de Hammoudi al-Rammoun, queda dicho, sobradamente lo mejor de los últimos dos días de festival y convenientemente ninguneadas en una sección que nació para dar a conocer el cine español a la crítica y distribución extranjera, pero eso era cuando la había, pues cada vez es más escasa.

Como una maldición bíblica uno sigue tragando películas como las vacas que pastan, que no se sabe si vienen o van, o simplemente se quedan, apenas queda nada que ofrecer a punto de acabar el pase de películas a concurso. Escaso bagaje, encefalograma muy plano en la sección oficial donde, o la cosa remonta mañana con una comedia británica y un sugerente experimento estadounidense o la sobredosis de cine convencional terminará afectando mis ritmos cerebrales, ya bastante alicaídos.

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kuzu 2KUZU de Kutlüg Ataman, turca, cuya traducción es “El corderito”, para ser el día de Turquía en la Seminci, escaso favor hace esta película al concurso oficial y al país al que representa. Tampoco vamos ahora a ponernos exquisitos y a defender que la cinematografía turca tiene un peso de calidad extraordinario. Paralelamente se desarrolla una sección que muestra una selección de 18 películas de la última década en la que se advierte una estética muy uniforme en las que he visto y un exquisito cuidado por fotografiar la naturaleza, esta Kuzu podía haber formado parte de esa selección pero su propuesta desbarra de tal manera que, aun estando impecablemente fotografiada, la historia se transforma en un sinsentido cuando el marido que se resiste a endeudarse para celebrar la fiesta de circuncisión de su hijo, de la noche a la mañana, se empeña hasta las trancas por una “artista” que llega al pueblo. Ese cambio de comportamiento inexplicable, que no se justifica por el hecho de sentirse acosado por su esposa, para la que la celebración de la fiesta es una forma de integrarse en la comunidad, se hace más irreal cuando elegimos para esposa a una mujer que aparenta una modelo mientras la “artista” tiene como 20 años más que el marido. Inexplicable selección para el concurso, eso sí, no hay película que no se lleve su salva de aplausos al terminar la proyección.

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risse im betonRISSE IM BETON, o “Grietas en el hormigón”, de Umut Dag, director austriaco con raíces kurdas, cuyo anterior trabajo, La segunda mujer, ha tenido este año distribución comercial en España, tiene un inicio impactante, una mujer madura, cercana a los 60, abofetea repetidamente a un hombre joven con cuerpo de culturista. El inicio de la película es espléndido, pero solamente eso, el inicio, el planteamiento de la historia, lo que parece que van a ser flashbacks contándonos una historia juvenil de bandas que han formado al protagonista de la película recién salido de la cárcel, rápidamente el director lo transforma en un drama convencional, encargándose de desvelar la realidad cuando el joven y el adulto que creíamos la misma persona, comparten plano, a partir de entonces asistimos a la enésima historia de padre e hijo que no se conocen, de padre que intenta actuar de ángel guardián para evitar que su hijo cometa los mismos errores sin identificarse como tal, algo que se revelará en el momento que se cree oportuno, de expiación de pecados. Estamos ante otro globo que se desinfla rápidamente, no llega a ser una mala película pero sí una película en la que, aun quedándote dormido, serías capaz de contar a tus amistades todo lo que ha pasado entretanto.

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parkoloPARKOLO, de Bence Miklauzic, propuesta húngara de cierto interés, imperfecta y mal concluida, o concluida de forma muy convencional a tenor de lo que hemos visto hasta entonces, dos hombres enfrentados por una plaza de aparcamiento, el dueño del parking del título que mantiene un espacio sotechado en el que no deja aparcar a nadie, y el ejecutivo acostumbrado a conseguir todo lo que quiere y que pretende aparcar su Ford Mustang en esa plaza cueste lo que cueste o haciendo todo lo posible por desequilibrar al hombre de pasado convulso y que se ha creado una isla artificial en medio de Budapest, en la que cree que no será molestado por nadie. Ese duelo interpretativo entre ambos actores se encuentra al nivel que ofrecieron Dussolier y Arestrup en esta Seminci en Diplomatie, obviamente me quedo con estos dos últimos, pero en  la actuación de Ferenc Lengyel como “El legionario” y de Tibor Szervet como Imre hay un buen ejemplo de duelo fordiano, de western urbano. Quien gane no es relevante, el porqué sí lo es, los espacios de libertad apenas existen, y desde luego son difíciles de mantener cuando alguien se propone acabar con ellos, es una lástima que la historia venga remarcada por tramas paralelas insignificantes que nada aportan y afean el conjunto, el niño, la vecina con problemas conyugales, que sólo sirven para otorgar una coartada final y que todos queden contentos, pero ¿era necesario que aunque todos pierdan todos consigan algo?

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mita tovaMITA TOVA de Tal Granit y Sharon Maymon, la propuesta israelí es una de las candidatas al premio del público, a su favor: tratar con cierto respeto, pero sin obviar el drama ni el sentido del humor, un tema como la vejez, la soledad y la muerte, la muerte mediante la eutanasia cuando la vida ya no es digna de continuar para quien tiene que soportar la supervivencia. Pese al entusiasmo del público no alcanzo a comprender el mismo, la película es divertida en su primera media hora, pero se va volviendo “mortecina”, nunca mejor dicho, previsible y convencional. No deja de fastidiar que el personal se ría por ver a dos hombres que se quieren acostados en una cama, parece que todavía quedan muchas cosas por cambiar en este país. Al menos los directores saben terminar la película en “su momento”, esto no significa que la película no sea larga, como la mayoría, pese a que su duración apenas alcance la hora y media, no hay peor cosa que saber lo que va a pasar desde un principio.

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Como conclusión, y a falta del último día de películas a concurso, lo mejor visto en estos dos días ha sido Hermosa juventud de Jaime Rosales, un repaso lúcido y fino a nuestra juventud desinformada, a nuestros políticos que miran hacia otro lado, a la dureza de la vida diaria para millones de jóvenes, maduros y viejos que sobreviven de chapuzas, de hacer porno, de pequeños trabajos sin seguro ni seguridad, y que piensan que en Alemania regalan el dinero, el final es tremendo y muy significativo, te has marchado de tu casa, de tu familia, de tu hija y terminas teniendo que hacer lo mismo que no querías hacer aquí. ¿Seguro que no queremos ver cine español? Pues mira que lo hay y bueno.

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