Las diez mejores películas de terror de los últimos años
Joven nostalgia por el momento donde nos encontramos. No calienta todavía el siglo y poco sabemos de lo que nos espera dentro de este género cinematográfico adorado por la audiencia. Pero por lo pronto, hagamos un recuento.
Por medio de esta lista nos damos cuenta que la década pasada nos ofreció un considerable puñado de maldiciones antiguas, presencias sobrenaturales y naturales repletas de instintos animales, que por medio de nuestro inconsciente se vuelven amenazas reales.
1) El Exorcismo de Emily Rose (Scott Derrickson, 2005) – La mejor cinta de terror de la década, magistralmente dirigida en todas sus dimensiones, con un claro control de los elementos. Gracias a que se apoya en otros géneros, tiene el don de sorprender a la gente habituada a las cintas de posesión satánica, presentándonos una película de tribunal e investigación. El personaje que interpreta Laura Linney, la abogada Erin Christine Bruner, sienta precedentes como fuerte presencia femenina que guía la trama, una suerte de Erin Brockovich educada. Bruner está encargada de la defensa fiscal de un sacerdote acusado del asesinato de una adolescente que murió durante un exorcismo. El film está lleno de inquietantes escenas donde la bruma es una personaje más, mismas que permanecerán con el que mire la cinta mucho después de experimentarla, por lo regular alrededor de las 3:00 a.m.
2) Los Poseídos / A Tale of Two Sisters (Kim Jee-Woon, 2003) – Cinta coreana que traza un bello relato tipo Hamlet, con su toque de Cenicienta; la película salta ágilmente del terror psicológico al de fantasmas, no estamos seguros de lo que estamos viendo; ¿serán alucinaciones o realidad? Dos angelicales niñas que apenas acaban de salir de tratamiento psiquiátrico, después de algunos sucesos traumáticos que van quedando claros a medida que avanza la trama, se mudan a vivir con su padre y madrastra (quien les inspira terror). Interesante juego de percepción que no se sucede a la sombra, sino bajo la plena luz del sol en hermosos exteriores.
3) Adentro / À L’Interieur (Alexandre Bustillo, Julien Maury, 2007) – El primer acto de esta cinta que reinventa la venganza en el slasher de forma muy femenina, es un interludio sorpresivo donde la presencia del género del terror parece no existir. Me refiero al espectacular accidente automovilístico de Sarah (Alysson Paradis), al estrellarse con otro auto, cuya pasajera regresará años después a cobrar venganza. Con aspecto de thriller, termina siendo el mejor logrado slasher de la década pasada.
4) In-Sectos / Bug (William Friedkin, 2006) – El horror de la paranoia y la obscura faceta de las drogas químicas más intensas, enredadas con los pensamientos obsesivos sobre una conspiración. Una magnífica fábula sobre el terrorífico lado obscuro del New Age. El experimentado director del Exorcista (William Friedkin, 1973), adapta una obra de teatro para darnos una profunda lección de cómo estamos malgastando nuestro tiempo en esta nueva era.
5) La Maldición / Ju-On (Takashi Shimizu, 2002) – En Japón este tipo de películas de maldición tuvo gran éxito con la audiencia. Un ju-on es una maldición que queda en un hogar tras la muerte de alguien de forma violenta, su furia queda atrapada en las paredes, y la persona que irrumpe es contagiada de estás presencias como si se tratara de un virus. Una década nos ha impedido olvidar ese pequeño niño fantasmal, con todo el cuerpo maquillado tipo bailarín de Butoh.
6) Mártires (Pascal Laugier, 2008) – Anna (Morjana Alaoui) es una pequeña niña perdida que fue encontrada en un shock amnésico, caminando en estado catatónico. Ahora ha crecido y le toca descubrir porque fue elegida por una obscura secta y cual es su destino final. Impactante e implacable violencia destila en cada sangriento corte, claro representante de esté tipo de cintas francesas que marcaron una época.
7) El Orfanato (J. A Bayona, 2007) – Un drama familiar vuelto relato de maldición fantasmagórica en un lugar apartado, al más claro estilo clásico. Muy en la vena de la maravillosa Los Inocentes (Jack Clayton, 1961), se guía por un subtexto de cuento de hadas, aludiendo en especial Peter-Pan, y desde ahí dimensiona el conflicto también por parte de los niños del orfanato.
8) Actividad Paranormal (Oren Peli, 2007) – El sub-género de terror conocido como “metraje encontrado”, nos regaló varias muchos años antes de que se pusiera de moda tras el éxito de The Blair Witch Project (Myrick y Sánchez, 1999). Este “video casero” nos presenta a un matrimonio que se cambia de casa, capturando la intimidad de su habitación. Y sí, en efecto la película te hace saltar de la butaca en la más lograda construcción de una casa de sustos de feria. De vuelta al principio del cinematógrafo, el nuevo espectáculo socializacivolvemos real. de. togrestila en cada sangriento corte so apropiado por medio de la socializacivolvemos real. de. en la obscuridad personalizada del nickelodeon.
9) Amer (Hélène Cattet, Bruno Forzani, 2009) – Horror abstracto que solo en apariencia es un Giallo, casi parece haber estado filmado en la década de los 70’s. Aquí las formas, los colores, el montaje, pero sobre todo el uso del sonido nos colocan en otra dimensión, donde nuestros sentidos se dislocan y pueden experimentar sensaciones de otros mundos; es casi una experiencia de planetario, alucinante. Llena de paisajes genéricos clásicos que nos dejan con una sensación de un constante deja vu.
10) El Descenso (Neil Marshall, 2005) – Un grupo de mujeres que disfrutan de deportes extremos planean un viaje al interior de una profundas cavernas, sin sospechar que dentro se encontrarán ancestrales amenazas que imposibilitarán volver a salir con vida. La película es inteligente y su conflicto es no tanto la amenaza externa, sino la interna entre ellas. La violencia femenina explorada por medio del celuloide genérico.
Dos bonus que definieron lo que fue el horror psicológico fantasmagórico en la década pasada:
Voces del Más Allá / White Noise (Geoffrey Sax, 2005) – La necrofilia por ondas de radio, la sensualidad de los recuerdos por medio de la tecnología digital, y la empática presencia de un anti-héroe, casi salido de las líneas de Edgar Allan Poe e interpretado por Michael Keaton (el mejor Batman). La cinta nos presenta un nuevo sub-género, el filme de fantasmas digitales. Un arquitecto desea tanto tener contacto con su esposa muerta, que lo consigue por medio de sus aparatos electrónicos.
Agua Turbia (Hideo Nakata, 2002) – El expresionismo en la década pasada creo pocos ambientes tan hipnóticos como esta obscura y líquida cinta japonesa, dirigida por la mente brillante que estuvo también detrás de la versión original de El Aro. Uno sale empapado cada vez que mira la cinta, donde el agua funciona como conductor de la obscuridad.
Y finalmente un extra bonus que representa lo que les sucedió a las cintas clásicas de monstruos en este nuevo siglo:
Cloverfield (Matt Reeves, 2008) – Con un excelente uso del metraje encontrado, estamos mirando un casete digital que contiene dos historias encimadas porque la segunda se grabó sobre la que fue previamente utilizada. Estamos ante una interesante y post-moderna especie de mezcla de Godzilla (Honda, 1954) con L’Aventura (Antonioni, 1960). Es muy interesante la sensación que provoca el viaje, con esta mujer que vemos en los recuerdos, como un fantasma que hace avanzar la trama. El terror de perder el amor de la vida ante nuestros más obscuros instintos, representados por ese gigantesco monstruo peludo.
Tras este repaso constatamos que en la década pasada, el miedo estuvo apoyándose en la duda de lo que es real y lo que no, la frontera entre lo que imaginamos y lo que está allá afuera. El terror muchas veces proviene del pasado, por medio de los recuerdos, no es una amenaza real pero nosotros la volvemos real al actuar impulsivamente. Nuestros instintos muchas veces son nuestro peor aliado, no hay un uso apropiado por medio de la socialización sana. La obscuridad se sigue comunicando con el hombre por medio de situaciones del pasado que se repiten, actos karmáticos colectivos, que son un eco incesante.
Fuente: Faena