40 originales dedicatorias de libros
Dedicar un libro es un arte en sí. Cuántas veces hemos abierto una novela y al leer la dedicatoria pensado: “este libro me va a gustar“; casi como si esta fuera una declaración de intenciones.
Hay muchos tipos de dedicatorias: desde la inexistente, hasta la típica “para mi padre, mi madre, mi querida fulanita, etc.“… Algunas de estas son muy sentidas y poéticas, no cabe duda, pero mi intención ha sido recopilar aquellas que son singulares, distintas, que se apartan de lo convencional.
Allá van:
Las dedicatorias más singulares y originales
A Colin Firth. Eres un gran tipo, pero estoy casada, así que creo que debemos ser sólo amigos.
Más o menos con el mismo espíritu con el que Matthew Salinger, de un año de edad, le insiste a un compañero de mesa para que acepte un haba fría, insisto yo a mi editor, mentor y (Dios le ampare) mejor amigo, William Shawn, genius domus de The New Yorker, amante de la probabilidad remota, protector de los poco prolíficos, defensor de los extravagantes sin remedio, el más insensatamente modesto de los grandes editores-artistas natos, a que acepte este librito más bien escuálido.
E.E.Cummings tenía una colección de poemas, 70 Poemas, que fue desestimada por varias editoriales. Finalmente, pidió prestados 300 dólares a su madre y publicó el libro con el nombre de No gracias, y lo dedicó a las 14 editoriales que lo habían rechazado. Rizando el rizo, los nombres de esas editoriales formaban una urna funeraria.
Para Anna, que abandonó El Señor de los Anillos para leer este libro. (¿Qué más se puede pedir a una hija?). Y para Elinor, que me prestó su nombre, a pesar de que no lo necesitaba, para una reina elfa.
Dedico este libro a George W. Bush, mi comandante en jefe, cuya impresionante carrera a pesar de su incompetencia lingüística me inspiró a creer que yo podría escribir un libro.
A Luis León Rupp, a quien siempre recibo en mi casa con una etiqueta negra en el whisky y el corazón en la mano.
Camilo José Cela
Dedico esta edición a mis enemigos, que tanto me han ayudado en mi carrera.
La primera edición de La familia de Pascual Duarte estaba dedicada al dramaturgo Víctor Ruiz Iriarte. En 1973 la dedicatoria fue sustituida por la que vemos arriba.Con motivo de la Feria del Libro de Madrid de 1995, ABC Cultural invitó a una veintena de autores a realizar una dedicatoria. En la imagen contigua podemos ver la de Cela:
A los mozos del reemplazo del 37, todos perdedores de algo: de la vida, de la libertad, de la ilusión, de la esperanza, de la decencia. Y no a los aventureros foráneos, fascistas y marxistas que se hartaron de matar españoles, como conejos y a quienes nadie había dado vela en nuestro propio entierro.
Esto no es para ti.
A Steve, así de sencillo.
A Marcial, que hizo sitio a mis cosas.
Para Phyllis, que me hizo meter los dragones.
A la memoria de mi padre (1897-1971), que fue químico y buena gente.
Dedicado a la persona más fuerte que conozco: yo.
Carmen Martín Gaite
Para Hans Christian Andersen, sin cuya colaboración este libro nunca se habría escrito.Y en memoria de mi hija, por el entusiasmo con que alentaba semejante colaboración.
Para el alma que ella dejó de guardia permanente, como una lucecita encendida, en mi casa, en mi cuerpo y en el nombre por el que me llamaba.
Para mi hermana Anita, que rodó las escaleras con su primer vestido de noche, y se reía, sentada en el rellano.
Este libro está dirigido a los hombres jóvenes y dedicado a las mujeres maduras; y la relación entre unos y otras es mi propuesta.
A mi mujer Margarnit y mis hijos Ella Rose y Daniel Adam, sin los cuales habría terminado este libro dos años antes.
Mi primer padrastro solía decir que con lo que no sé se podría llenar un libro. Aquí está.
Charles Bukowski
Esto se presenta como un libro de ficción y no está dedicado a nadie.
Dedicado a la mala escritura.
Para mi madre, Nedda Previtera Cashore, por su gracia especial con las albóndigas, y para mi padre, J.Michael Cashore, dotado con la gracia de perder (y encontrar) sus gafas.
A Conchita, mi mujer desde hace cuarenta años. Nuestro amor es ya casi un incesto.
Empecé este libro para Holly, lo terminé para Maddy.
¿Se puede dedicar un libro a una gota de agua salada?
Aquí debería estar tu nombre.
A un viejo amor que murió sin darme tiempo a pedirle perdón.
Antoine de Saint-Exupéry, El Principito
A LEÓN WERTH
Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Pero tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños.
Tengo una tercera excusa todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene, por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada. Si no fueran suficientes todas esas razones, quiero entonces dedicar este libro al niño que fue hace tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan).
Corrijo, por consiguiente, mi dedicatoria:
A LEÓN WERTH
cuando era niño
Al imaginario lector que podría pagarme medio paquete de cigarrillos si comprara mi libro. Te advierto que no sólo no me identifico con ninguno de los personajes, sino que además, de ninguno de ellos querría ser amiga… Cuidado con las sombras.
La idea para este libro me fue sugerida por un niño en un colegio que había ido a visitar, quien me pidió que escribiera un libro llamado El castillo ambulante. Escribí su nombre, y lo guardé en un lugar tan seguro que no he sido capaz de encontrarlo. Me gustaría darle las gracias.
A la memoria de Aguedilla, la pobre loca de la calle del sol, que me mandaba moras y claveles.
A Élmer Mendoza, Julio Bernal y César Batman Güemes. Por la amistad. Por el corrido.
JK Rowling dedica el último libro de la serie, Harry Potter, Las reliquias de la muerte, a su marido Neil Murray, a sus hijos, a su madre, a su hermana y a los todos los lectores que han permanecido fieles a la saga hasta el final.La dedicatoria es un verso que tiene la forma de rayo, un guiño a la cicatriz que Harry Potter tiene en la frente.
Para Pascual y Andrés, porque, tras largas y duras negociaciones, han ganado ellos. Y, a pesar de todo, les quiero.
A Susana, que supo rebatirme, una tras otra, las cinco razones de peso que le expuse para no escribir jamás la novela.
A mis hijos que, sin duda, jamás nacerán.
Dedico estas divagaciones eróticas a los amantes juguetones, y ¿por qué no?, también a los hombres asustados y a las mujeres melancólicas.
Dedicado a lo constantemente nuevo, a la duda metódica, a la timidez desafiante, al siempre es ahora mal que le pese al después, a la complejidad, en fin, dedicado a Alicia.
La dedicatoria se suprime a petición de parte.
Woooow ¡estupendas dedicatorias! BUENISIMAS
Que’ interesante y agradable artículo, dedicatorias que no había visto o no recordaba. ¡ me encanto’ !
Gracias.
Me encantan
Toda dedicatoria lleva implicita, nuestras sensaciones que pueden si o no llegar. El tiempo de pensarlos y dedicarlos Vale. Felicito al Autor de este articulo que tambien Bien lo Vale !