Claves para diseñar a tus personajes
Por Tomás Navarro.
Empiezo esta colaboración con Culturamas con mucha ilusión y agradecido por brindarme la oportunidad de compartir mi conocimiento sobre las personas y las emociones. En breve publicaré un libro de no ficción sobre psicología, pero ya hace prácticamente dos años que estoy trabajando en una novela, por lo que me gustaría compartir la metodología de trabajo que utilizo, las inspiraciones que recibo y las técnicas en las que baso mi trabajo.
Creo que el área en la que más puedo aportar es en la referente a la creación de los personajes, de su personalidad, de sus miedos y sus deseos, de sus emociones, de su manera de relacionarse y comunicarse, de su evolución y de sus interacciones. Al fin y al cabo cada día estoy analizando y estudiando comportamientos y personas…
Cualquier novela tiene parte de realidad y parte de ficción. Nuestra experiencia, ejemplos cercanos o historias robadas suelen inspirar los más bellos pasajes novelescos. De la misma manera, los personajes que desarrollamos en nuestras obras suelen estar basados en personas reales, a menudo cercanas y otras veces anónimas, lo que supone una ventaja y un riesgo.
La realidad siempre supera a la ficción, por lo que podemos encontrar una buena dosis de inspiración tan solo con mirar a nuestro alrededor. Yo no paro de observar continuamente a las personas que me rodean. ¡Es maravilloso! ¡Tenemos tantas vidas interesantes a nuestro alrededor!
Pero cuidado, cuando creamos un personaje corremos el riesgo de que se convierta en un collage incoherente de comportamientos de diferentes personas y personalidades; lo que supone un elevado riesgo de que el protagonista de nuestra novela pueda albergar contradicciones o que nuestra obra pierda solidez e intensidad. A veces mezclamos comportamientos de una persona, con pensamientos de otra. Otras veces mezclamos lo posible con lo probable o la realidad con el miedo y el deseo, por lo que los personajes pueden ser parciales, inconsistentes o incoherentes.
¿Por qué motivo es interesante definir bien a los personajes de tu obra? Pues por muchos motivos, pero especialmente para ganar empatía con nuestro lector. Buscamos que nuestro lector se sienta identificado con algunos de los personajes y que por lo tanto siga enganchado a la trama de la novela. Queremos que el lector sienta lo mismo que el personaje, que proyecte en el sus miedos y deseos, que se sienta identificado, que piense como él, que lo comprenda y que necesite sentirlo cerca. El gran maestro Humberto Eco es capaz de hacernos respirar al mismo ritmo que Guillermo de Baskerville y su pupilo Adso de Melk. Recuerdo cómo esperaba que llegara la noche para reunirme con mis nuevos amigos, para poder saber de ellos y para poder descubrir de su mano los misterios de la abadía.
Uno de los éxitos de la trilogía de Grey es la proyección que el lector puede realizar en sus personajes. Millones de personas en todo el mundo han proyectado sus deseos y sus fantasías en los protagonistas de la exitosa trilogía. Anastasia y Christian han servido para satisfacer la curiosidad, despertar el interés o consumar una fantasía en millones de ávidos y en ocasiones noveles lectores.
¿Cómo podemos conseguir ese engadgement entre nuestros lectores y nuestra obra? Pues es relativamente fácil. A lo largo de mi colaboración os iré proporcionando claves para diseñar adecuadamente a un personaje. En diferentes artículos encontrarás las claves para tratar en profundidad aspectos relacionados con su personalidad, su estilo de comunicación, sus motivaciones, emociones, relaciones y un largo etcétera que te ayudará a crear un sólido e interesante personaje.
Si me lo permitís, y para entrar en materia, os voy a contar un pequeño secreto que espero que sea de vuestra utilidad. Cuando diseño a un personaje tengo en cuenta que las personas nos movemos en tres planos. Tu, yo y cualquiera de las personas que conocemos somos el resultado de lo que hacemos, pensamos y sentimos. A menudo nos olvidamos de que una persona se comporta como se comporta motivada por una emoción o un pensamiento. En otras ocasiones un comportamiento impulsivo genera una emoción y un pensamiento ad hoc como consecuencia o bien para justificarlo. Posiblemente conozcas a personas que sean mas sensitivas y que su discurso se mueva preferentemente en el terreno de las emociones; a personas más cognoscitivas y que sean profundamente analíticas y reflexivas o a personas más reactivas o impulsivas que prefieran la acción a las emociones o las reflexiones.
Si tu personaje piensa, siente y hace será capaz de captar el interés de estos tres tipos de personas. Pero es más, quizás no deba asumir toda la responsabilidad un complejo personaje. En mi novela he declinado esta tarea en diferentes personajes, de tal manera que uno de ellos se mueve preferentemente en el terreno de la acción, otro en el terreno de la emoción y un tercero en el de la reflexión y el análisis y, todos ellos, se relacionan con los protagonistas. Fíjate, en realidad los protagonistas muestran sutil y equilibradamente los tres planos descritos, mientras que los diferentes personajes de apoyo desarrollan y amplifican cada uno de las tres dimensiones descritas.
De esta manera el lector puede identificarse con el protagonista en discreto equilibrio o con cualquiera de los evidentes y polarizados personajes. ¿Qué te parece este recurso? Me gusta describir a mis personajes en una libreta, para cada uno de ellos tango un perfil psicológico definido que enmarca todos y cada uno de sus comportamientos, emociones y pensamientos. A medida que va evolucionando la novela voy incorporando nuevos elementos a la descripción de mis personajes, de tal manera que los hago crecer y madurar con la historia y con el lector.
Además de promover que el lector se sienta identificado, dedico especial atención a que el lector muestre un elevado interés y expectativa por ver como evoluciona el personaje con el que se siente más identificado, guiándole hacia un crecimiento y evolución positiva y facilitando la incorporación de nuevas habilidades o competencias que quizás no tenía. ¡No olvides que soy psicólogo!
Querido, querida, a lo largo de mi colaboración te iré proporcionando más recursos, será un placer poder compartirlos contigo y saber cómo los asimilas y aplicas. Te invito a que participes en este espacio que espero que sea un foro de debate e interacción. Queridos, os dejo, voy a aprovechar que estoy delante del ordenador para trabajar en un diálogo inspirado a partir de una conversación de café robada. ¡Buen trabajo!