¿Y por qué no?
Sueños pequeños…Grandes obstáculos
Sueños grandes… Obstáculos pequeños
Sueños imposibles… No hay obstáculos
¿Y por qué no? ¿Y si fuera verdad?
Septiembre es un mes ideal para soñar, para sentir la fuerza de la motivación y hacerlo a niveles muy elevados, por ello tengamos sumo cuidado con aquello que soñamos y no por el sueño en sí, sino por las acciones que debemos emprender para que se convierta en realidad. Nos quedan unos pocos meses para terminar el año.
No es que nuestros propósitos tengan que ser coherentes, ni tan siquiera razonables, somos nosotros quienes tenemos que serlo para con ellos, que es diferente… El esfuerzo, la dedicación, los sacrificios que hemos de realizar, somos quienes tenemos que ponderarlos y decidir ponernos en movimiento tomando las acciones pertinentes para que estos se conviertan en realidad.
Todos aquellos que escribimos, tenemos en mente el por qué lo hacemos, aunque muchos de nosotros no lo sepamos a ciencia cierta o sean razones ambiguas, el hecho es que quien escribe tiene un sueño y lo grande o pequeño que sea, es independiente de la actitud y el estado de ánimo con que lo encara, ahí reside la grandeza o la pequeñez del sueño y en realidad de todo lo que hacemos.
Donde encontramos desde frases magistrales, pasando por relatos sublimes a grandes obras que trascienden y elevan a los altares a quienes los han escrito; por ello no deberíamos pensar en géneros chicos o grandes, ya que lo importante es el “cómo” lo escribamos, que somos capaces de volcar en una serie de palabras ordenadas de tal manera que digan exactamente lo que queremos decir y con una carga “emocional” tal que atraigan y enganchen a todo aquel que lo lea.
Sobre la carga emocional me gustaría decir que aunque ha estado presente per se en muchas personas y desde siempre, pues es algo casi innato, muy pocas del resto de ellas decidían trabajarse esa faceta de motivación, crecimiento y superación personal e interior. Hoy en día somos muchos los que hemos averiguado que no solo de conocimientos vive el ser humano, si estos no se ponen en acción nuestros resultados son nulos y baldíos. Cuantas buenas ideas y proyectos han caído en el olvido por no ponerse a la tarea de la escritura.
Estamos, por supuesto sin despreciar el conocimiento al uso, a la búsqueda y captura de enseñanzas y aprendizajes que pongan nuestras emociones y sentimientos en un primer plano, creando un cordón umbilical y vínculos con los lectores que sean indestructibles. Os pongo un ejemplo que todos hemos vivido; quien no ha ido a la presentación de un libro y su autor ha querido hacer algo tan sesudo y concienzudo que ha leído cuatro o cinco folios (literal y desafortunadamente, porque leer es un arte) y desde la tercera línea la gente ha desconectado a pesar de los grandes conocimientos ofrecidos. Al contrario que quien no utiliza papeles y cuenta una historia llena de entusiasmo, de emociones (su tono, dicción son emocionales y hay cursos para ello), además de dejar que otros participen también en la misma línea creando un ambiente mágico: Pensemos en ello, por favor.
La formación y educación emocional une los conocimientos con las emociones que nos llevan a determinadas acciones y cuanto mayor es el equilibrio entre ellas, a mayores retos y desafíos, podemos hacer frente con la fuerza del escritor incansable que sabe que nada ni nadie lo va a detener, ni siquiera desviar de su camino o debería decir de sus sueños, ya que de eso se suponía íbamos a hablar, ¿verdad?
Cuando nuestra mochila del saber y de la experiencia está cargada y en equilibrio, nuestros sueños dejarán de ser pequeños y pasarán posiblemente de grandes a imposibles, dependiendo del compromiso que seamos capaces de adquirir con nosotros mismos y con la obra que pretendemos legar al mundo.
Somos seres privilegiados, normalmente las palabras se las lleva el viento, cuando hablamos, dicen; pero para aquellos que son capaces de plasmarlas negro sobre blanco, permanecerán para la eternidad en eso que llamamos escritos, textos, libros. Pensemos que cada vez que creamos uno de ellos, surge en nuestra mente el proyecto de algún escrito, tendríamos que adentrarnos en el con el máximo respeto, generosidad y agradecimiento, pensando que el mundo un día podría admirar lo que hemos escrito… Puede que sí, puede que no: ¿Quién sabe?
Por ello los sueños grandes tienen obstáculos pequeños, porque el propósito es mayor que cualquier adversidad que se cruce y cuando estos son imposibles por todo lo que ello implica, no existen los obstáculos, estos no es que desaparezcan es que pasan a formar parte del proceso de creación de realidades.
Decidamos que sueño es el que queremos tener y crear.