Buenas adaptaciones
Por Monty Brox.
En la actualidad ser una novela de gran aceptación entre los lectores se ha convertido en garantía de llegar a la pantalla, ya sea grande o pequeña. Y aunque la célebre frase de “un libro siempre es mejor que su película” se cumple al noventa por ciento, hay multitud de ocasiones en las que las adaptaciones están a la altura. Como las hay que son mucho peores que sus libros homónimos, y contadas en las que incluso su paso por la cámara las mejora. Hoy nos ocuparemos de algunos ejemplos que (en mi humilde opinión) hacen justicia a las novelas en las que se basan o al menos no son malas películas.
Una de las mejores adaptaciones dentro del panorama actual, sin duda, es la trilogía basada en “El señor de los añillos”. A pesar de que no puedo opinar lo mismo de la pre-cuela “El Hobbit”, de lo cual hablaremos más adelante. Las representaciones, los escenarios de ensueño y los personajes deliciosamente delineados, parecen sacados directamente de las páginas escritas por Tolkien. Los seguidores acérrimos de esta serie son los que más alto porcentaje de aceptación entre sus filas muestran. Yo me cuento entre ellos y ni siquiera pude lamentar durante demasiado tiempo los recortes, gracias a sus geniales extensiones para la pequeña pantalla y el formato en DVD. Cosa que no es de extrañar, más cuando los productores buscaron durante años representaciones (en maquetas, dibujos y reproducciones) la visión de sus legiones de fans. Pero lo más importante de todo es que las tres películas consiguen llevarnos a ese mundo épico, pero natural, haciéndonos vivir esa apasionante aventura sin héroes recargados ni artificios excesivos. Poniendo la guinda final en sus vestuarios y atrezos dignos de un museo, y la fidelidad a la hora de captar la textura y profundidad de sus personajes.
Otra perfecta adaptación que tiene a sus fieles locos de contentos, y que incluso ha logrado aumentar su inmensa cantidad de seguidores, la encontramos en los libros de Harry Potter. He de confesar que no había leído ninguno de los libros que componen la serie hasta haber visualizado, y disfrutado con ello, varias de sus películas, ya que los argumentos, basándome solo en lo que me trasmitían las sinopsis, me parecían demasiado infantiles para mi gusto. A destacar de ellas, se encuentra su buen uso de la magia, que en ningún caso es extravagante, y el haber sabido subir el nivel de oscuridad y complejidad al ritmo que sus libros homónimos, que crecían según lo hacían sus lectores. El lograr mostrar sus tramas más tenebrosas de forma adulta y misteriosa, entrelazadas con la actitud juvenil de sus infantes protagonistas, consigue a la perfección la calidad de las novelas de J. K. Rowling que tanto encandila a jóvenes y adultos.
Entre las más recientes dramatizaciones para el cine, no puedo dejar de mencionar las dos entregas que se han llevado al cabo de “Los juegos del hambre”. A pesar de que he comprendido a los no-lectores a los que nos les gustó la primera película, “Los juegos del hambre”. Estoy con ellos en que la trama no quedaba muy clara, si no tenían a nadie al lado explicándoles algunos pequeños detalles, y se hacía un poco lenta. Pero este punto negativo para quien no había leído los libros, era algo casi de obligación para los productores a la hora de contentar a los fans de la trilogía en papel. Ya que con el paso de los años, y quizá malacostumbrados a grandes producciones ricas en detalles como las anteriores, nos hemos vuelto muy críticos con los recortes. A pesar de esto, la película se deja ver, y son pocas las quejas que los amantes más exigentes de las novelas de Suzanne Collins han pronunciado. Y todo mejora en gran medida con la entrega de la segunda parte, “En llamas”. Lo más destacable es el buen trabajo que han realizado a la hora de trasmitir la angustia y la agonía que las páginas de estos libros desprenden, sin necesidad de recurrir a una violencia explícita que sobrepasara la edad de corte para visualizar las películas. Otro punto muy a favor de estas adaptaciones es el modo en que han mostrado la trama de los “Juegos” detrás de “las cámaras”. Así como la maestría con la que han aclarado y aumentado la intriga política y social de su argumento, que en los libros no tenía la suficiente relevancia.
“Divergente” sin entrar demasiado en lo poco que me gustó el desarrollo de esta sega en su segunda (y sobretodo en su tercera entrega), es de esas películas que hacen más que justicia al libro del que proceden. Era muy difícil dejar clara la diferencia entre esta trilogía y la anterior tratada “Los juegos del hambre”, debido a sus similitudes en temas básicos de argumento: novela juvenil, sociedad dividida en facciones o distritos… pero aun así, los encargados de dar vida en dos dimensiones a esta historia lo logran, mostrando un universo diferente por completo. Captando el aire urbano, e incluso industrial, en el que habitan sus protagonistas. La primera entrega logra enseñar a sus protagonistas y sus circunstancias casi con más nitidez que con la que lo hacen las palabras de Verónica Roth. Y confío en que estas pequeñas mejorías sigan mostrándose en posteriores entregas. Aunque de forma contraria a como lo consiguieron con “Los juegos del hambre” y “En llamas”, esperando que sepan dar más equilibrio entre trama personal y política/social.
Estos son solo algunos ejemplos de “buenas” adaptaciones, que no es que abunden pero hay muchos más buenos ejemplos. Lo que no escasean son las “malas adapataciones”, y de algunas de ellas nos ocuparemos muy pronto.
Información sobre los libros:
Trilogía “El señor de los anillos”. Autor: J. R. R. Tolkien Género: Fantasía épica. Editorial: Minotauro. Precio: 14,99€
Saga “Harry Poter”. Autora: J. K. Rowling. Género: Juvenil fantástico. Editorial: Salamandra. Precio: 7,00€
Trilogía “Los juegos del hambre”. Autora: Suzanne Collins Género: Juvenil, aventuras ciencia ficción. Editorial:RBA. Precio: 11,00€
Trilogía “Divergente”. Autora: Verónica Roth. Género: Juvenil distopía ciencia ficción. Editorial: Molino. Precio: 19,00€