Croqueta y Empanadilla
Croqueta y Empanadilla
Ana Oncina
La Cúpula, 2014
Por Gema Nieto @GemaNieto81
Una croqueta y una empanadilla han llegado para sustituir el antiguo maridaje por excelencia que nuestros padres pedían en los bares: el del boquerón y la anchoa. Y este hecho, aunque en principio pueda parecer insólito, se ha convertido más que en un relevo o un reclamo, en una absoluta representación de las parejas actuales, de la manera de convivir y compartir la rutina, los pequeños disgustos, los sobresaltos y las alegrías de nuestra generación. Tal vez por eso Croqueta y Empanadilla han dejado de ser simples placeres alimenticios para convertirse en símbolos reconocibles por todos.
Cada uno de nosotros hemos vivido alguna, muchas o incluso todas las anécdotas que recopila Ana Oncina en su divertidísima obra gráfica, asumiéndolas como propias e identificándonos con alguno de los dos personajes. No es casualidad que el que es el primer trabajo de la autora vaya ya (en menos de un año) por su cuarta edición y que resulte casi misión imposible no sonreír al hojear cualquiera de sus páginas.
Croqueta y Empanadilla somos todos, como peras o manzanas, lo mismo da, auténticos reflejos de la vida en pareja y la cotidianidad más trivial y por ello más caricaturizable. Es casi como vernos en un espejo y asentir ante lo que cualquiera que tenga o haya tenido pareja reconoce y comparte. Por eso queremos más aventuras de este nuevo y carismático matrimonio hipster: para seguir riéndonos de nuestra universalidad.