La prostitución es un trabajo (como cualquier otro)
Por Ignacio G. Barbero.
Todo trabajo asalariado consiste en llevar a cabo una labor a cambio de una compensación económica. El trabajador vende un talento propio, una parte de su ser, durante el tiempo que ha de dedicar a su asignada tarea. El ejercicio de la prostitución sigue exactamente este mismo esquema: la trabajadora suministra un servicio y solicita por él una cantidad de dinero determinada. Ese servicio es «prestado» por una dimensión particular de su persona, su capacidad sexual, a lo largo de un período temporal limitado.
A pesar de esta plena similitud, la profesión «más antigua del mundo» es denostada y reprobada sin cesar. Buena muestra de ello es el frecuente uso de palabras o expresiones intencionadamente hirientes y difamatorias que incluyen una referencia explícita y peyorativa a esa condición laboral: “Hijo/a de puta”, “eres una puta”, «me cago en tu puta madre», etc. Sorprende enormemente esta manera de dirigirse a otra persona, pues no hay nada censurable en ser una puta; no es diferente, en esencia, de ser una profesora, un escritor, un médico o una delineante proyectista. Sin embaro, esta igualdad laboral no es reconocida, como solemos ver, oír y expresar. El reconocimiento implícito de la desigualdad, por el contrario, es vehemente y rotundo; y puede ser sintetizado en dos tesis principales.
En primer lugar, se defiende que hay marcadas distinciones entre la prostitución y el resto de trabajos, ya que en algunas ocasiones, debido a explotadores sin escrúpulos, las putas no ejercen libremente su profesión y viven completamente sometidas. La llamada “trata de blancas”, por la que todos nos echamos las manos a la cabeza, es el ejemplo paradigmático de este argumento.
En segundo lugar, se afirma que, en el fondo, ninguna mujer quiere prostituirse. La mayoría de las prostitutas ejercen su profesión por necesidad extrema, porque no les queda otra salida y necesitan dinero, pero no por “gusto” o porque les apetezca dedicarse a ello.
La primera tesis expone a las claras un prejuicio, en mi opinión, muy común: que la explotación en el trabajo es algo propio de algunas profesiones y no de otras. Eso no se ajusta a la realidad, porque hay explotación en toda labor profesional como tal; en mayor o menor medida, con mayor o menor intensidad, más o menos evidente, pero desde que vendemos nuestra fuerza de trabajo a otro/a que nos dice lo que tenemos que hacer, sea un jefe o un chulo, estamos siendo enajenados. Por ello, si menospreciamos la prostitución porque puede darse -y se da en ocasiones- un severo y condenable abuso hacia las trabajadoras que la practican, hemos de menospreciar el resto de profesiones, sean estas cuales sean, porque puede darse en ellas -y se da- lo mismo.
La segunda objeción parte de la idea de que una persona es una puta, en la mayoría de los casos, porque no puede hacer otra cosa y su estado económico precario la ha obligado a emplearse como tal. Sería interesante analizar en qué medida uno trabaja por amor al arte y no lo hace para ganar dinero y, al fin y al cabo, sobrevivir. Trabajar por necesidad es lo que hacemos (o intentamos hacer) todos los mortales. Por la necesidad de comer. A veces nos gusta lo que hacemos por dinero y a veces no (eso depende de cada uno/a), pero no se puede argumentar con validez que ejercer determinadas profesiones es mejor, en esencia -salario aparte-, que ejercer otras. O todo trabajo es defendible o toda labor es denostable. Establecer una jerarquía laboral no tiene ningún apoyo racional justificable.
Si profundizamos en el origen de estos prejuicios, discriminaciones y clasificaciones, hallamos un núcleo moral social y culturalmente asumido que promueve la expulsión de la prostitución del ámbito del trabajo legítimo y de las «calles». Núcleo que se manifiesta en dos reacciones ante la realidad de las putas diferentes pero complementarias: la culpabilización y la victimización.
Con la culpabilización manifestamos que vender la capacidad sexual, y hacerlo sin remilgos, no es bueno ni loable. Quien lo haga desacata lo que “debe ser” una mujer civilizada y, por tanto, no está dedicando su vida a ejercer una profesión de verdad. Esa mujer queda, por tanto, estigmatizada a los ojos de los miembros de la sociedad en la que vive y trabaja.
Con la victimización tratamos a la prostituta como un“ser humano desvalido” al que hay que rescatar; ella tiene que ganarse la vida de esa manera porque no puede hacer otra cosa, pero en realidad no quiere. Hemos de sacarla de ese infierno; nosotros sabemos bien qué es lo mejor para ella.
Esta doble presión patriarcal y machista desposee a la puta del control pleno de su cuerpo y de la libertad para hacer con él lo que le parezca oportuno. La masa social y la ley son las que acaban decidiendo, en consecuencia, qué uso debe hacer toda mujer de su vida corporal y sexual, perdiendo ella toda autonomía en ese ámbito. Y es esta enajenación, esta represión, la que reproducimos diariamente cuando desconsideramos a las prostitutas haciendo comentarios despectivos sobre su condición laboral o usando su nombre peyorativamente para descalificar a otra persona.
La prostitución es un trabajo tan válido y respetable como cualquier otro. No lo olvidemos la próxima vez que cruce nuestra mente la palabra «puta», no lo olvidemos nunca.
En primer lugar llamar a la prostitución la “profesión más antigua del mundo” es pecar de ignorancia, no hay dato científico alguno que avale esto, al contrario, esta actividad aparece tardíamente en la historia humana.
En segundo lugar pretender que cuando hay un intercambio de dinero por un servicio o especie es trabajo es una visión demasiado superficial de profunda raíz neoliberal que solamente tiene en cuenta el beneficio económico individual y no las consecuencias sociales. Si fuera así la venta ilegal de armas, de drogas, el sicariato, la venta de personas, y otras, serían también trabajo.
No es necesario argumentar demasiado para reconocer que sí hay diferencia entre ser “profesora, un escritor, un médico o una delineante proyectista.” Solamente quien abusa de los conceptos o busca engañar pone en pié de igualdad el abuso sexual con una profesión. En las profesiones se pone en juego el conocimiento, se cobra por la fuerza de trabajo y producción puesta en juego, en la prostitución lo que se cobra es el uso del cuerpo, no hay en juego ninguna capacitación ni conocimiento específico. Mientras una médica tiene un saber especial, tener relaciones sexuales no implica esto.
También se desconoce que implica hablar de “explotación sexual”. Ello no se refiere a la venta de la fuerza de trabajo o la enajenación del mismo, cosa que aún desde estos conceptos rechaza la idea de la prostitución como trabajo, sino a la explotación del cuerpo que se hace por parte de los puteros o mal llamados “clientes”, esto sin hablar de los tratantes y proxenetas. Porque de lo que no se quiere hablar es de la existencia de la trata de personas, no se dice que más del 90 % de las mujeres en prostitución son víctimas de este atentado a los Derechos Humanos, lo que no se dice es que casi todas fueron iniciadas entre los 12 y 14 años, no se quiere hablar del abuso sexual comercial infantil (“prostitución infantil”) y de lo asociado que es la pornografía infantil, menos se quiere hablar de la enorme ganancia de proxenetas y tratantes, que en definitiva es el fin último que busca la reglamentación de la prostitución.
Se argumenta que en el fondo “hallamos un núcleo moral social” y este es un punto que me parece que hay que resaltar. Aunque el neoliberalismo con su pretención de ser exclusivamente una teoría que pretende el mayor rédito económico y por lo tanto prescinde de los medios de cómo se obtienen, toda sociedad tiene y es parte de su esencia, una base moral. Esta podrá ser cuestionada o modificada, pero existe. Toda persona, salvo que se sea psicópata, tiene un núcleo moral y es peligroso y diría antisocial pretender erradicar una postura ética tanto social como individual, porque eso significaría que todo es lo mismo y que mientras aporte dinero tanto se puede matar como curar, vender bebés o usarlos para la pornografía como ser ecologista.
Todo esto sin entrar a hablar acerca de la vida y los graves daños psíquicos y físicos de las personas en prostitución, no por el estigma social ni por otros motivos, sino exclusivamente por la prostitución. Tomar una postura favorable hacia una vida saludable y plena también es tomar una postura moral, a la que, al menos yo, no voy a renunciar.
En definitiva, argumentos como los que se presentan en la nota del sr. Barbero lo que hacen es sostener el patriarcado, la visión de que deben existir mujeres disponibles para satisfacer a los hombres, o sea que nada debe modificarse, sin decirlo, es la visión tradicional del patriarcado y la religión respecto de las mujeres en general y de la prostitución en especial.
Alberto B Ilieff
Excelente explicación y análisis, felicidades
Para ser conserje no se necesita capacitación y pones también el cuerpo. Tienes que estar presente en en lugar.
Alberto B Ilieff, dices que «en la prostitución lo que se cobra es el uso del cuerpo, no hay en juego ninguna capacitación ni conocimiento específico. Mientras una médica tiene un saber especial, tener relaciones sexuales no implica esto.»
El servicio que ofrecen las «putas» y los «chaperos» es profesional y, por lo tanto, sí que requiere una capacitación y un conocimiento específico. Una práctica sexual, ya sea «tradicional» (sexo oral y coito) o «distinta» (BDSM, roles, etc.), requiere un conocimiento y una práctica avanzada tanto física como psicológica. Es más, la prostitución, como otros trabajos «manuales» (lo digo frente a los llamados «intelectuales»), requiere también en la mayoría de los casos unos talentos y unas aptitudes físicas concretas y en la mayoría de casos muy definidas. Decir que prostituirse no requiere ningún tipo de conocimiento, aptitud o talento no sólo es falso, sino que demuestra una gran ignorancia sobre el tema que se pretende refutar.
Tampoco inventarse datos como que «casi todas fueron iniciadas entre los 12 y 14 años» o lo del «90%» sirve para subir el nivel del debate, al contrario. Y las demás críticas (explotación, trabajo infantil) son, lamentablemente, aplicables al resto de trabajos manuales (minería, obra, etc.). Así que como argumento, tampoco vale. Recomendaría que antes de hablar de un tema así -o de cualquier tema, en realidad- la gente pregunte e investigue de primera mano para no repetir falsos mitos y leyendas urbanas. Existen asociaciones como Hetaira y similares donde seguro estarán encantadas de explicarte qué es la prostitución, sus luces y sombras, de primera mano.
Siento no extenderme más pero no tengo mucho tiempo, sólo quería felicitar a Nacho por su texto.
Abrazos.
Me ha encantado ese explicación. Yo no lo habría explicado mejor.
Alberto ha descrito la realidad que yo conozco por estar acompañando, desde hace mas de 15 años, a mujeres que ejercen prostitucion. Por lo que esta realidad existe y es. Tal vez Diego tú conoces otra realidad que no dudo que exista. No podemos radicalizar las ideas o «nuestras verdades». Solo tenemos que ESCUCHARLAS a ELLAS.
Cristina, debemos escuchar todas las campanas, pero eso no significa que tengamos la obligación de hacerlas nuestras. Cuando se trata de violencia o de la franca violación a los Derechos Humanos tomar una actitud distante o no comprometida es aceptar, aunque indirectamente, la violencia.
Ya en el llamado Convenio de 1949 de Naciones Unidas «la prostitución y el mal que la acompaña, la trata de personas» (del Preámbulo) se fijó que estas actividades atentan contra la dignidad y el valor de la persona. Desde una ética de DDHH no es materia opinable, que en algunos casos atente contra la dignidad y en otros no.
Lamentablemente las personas en prostitución que son escuchadas son aquellas que replican la voz del amo, las que son sostenidas por las redes de trata y prostitución con sus medios económicos. Con su poder económico y político acceden a espacios desde los que hacerse oír, las otras, las que no se reconocen en la prostitución, no tienen poder y por lo tanto espacio en los medios.
Y a las indocumentadas, a las víctimas de trata fuerte, a las «ilegales» ¿quién las escucha?
Y repito, porque cuando se habla de este tema se soslaya decir que también implica el abuso sexual comercial infantil (prostitución infantil), la pornografía infantil, la trata de personas.
Alberto B Ilieff
Diego dudo que tener relaciones sexuales tal como cualquier otra persona podría tenerlas sea una capacitación. En todo caso acepto que sí se requiere poner en juego mecanismos psicológicos que serán los mismos que luego llevaran a graves consecuencias como la descorporalización.
Y aún concediendo que pudiera existir esa «capacitación», eso no es suficiente para convertir a algo en trabajo, en productor de un bien social.
En cuanto a datos como que la mayoría de las mujeres en prostitución fueron iniciadas siendo niñas, que gran parte de ellas fue abusada sexualmente durante la infancia, que el 98% si tuviera las condiciones dejaría la prostitución, que el promedio de vida es inferior al de la media poblacional, la incidencia de la drogadependencia en la actividad, y otras, no son un invento, en todo caso buscando informes oficiales, estudios académicos los podrás verificar.
¿le preguntarías a un lobo la ventaja de tener gallinas? Preguntar a Hetaria acerca de la prostitución es lo mismo.
Alberto B Ilieff
Como el señor Ignacio opina que la prostitución es un trabajo más, propongo que hagamos un ejercicio imaginario/práctico. Imaginemos que quien opina asi tiene una hija de 6,7 u 8 años. Imaginemos que la niña hablando con otros niños y niñas o con otros adultos (sus padres por ejemplo) discute sobre qué será cuando sea mayor. Alguien dice «a mi me gustaria que fueras profesora» y la niña u otra persona dijera por ejemplo » no, es mejor que sea puta»: «tiene más condiciones», «es muy mona», «será muy libre», «se gana dinero», «es un trabajo como otro cualquiera».
Otro escenario: Colegio. Educación primaria (6 a 11 años). En clase se explican las diferentes profesiones, algunos alumnos y alumnas realizan un trabajo sobre profesiones y se habla sobre que querrá ser cada uno cuando sea mayor. Se ve un powerpoint con distintas profesiones, bombero, médico, puta,albañil. Cada uno/a elige una profesión. La profesora o el profesor amplían información y enseñan las grandes ventajas de ser puta, en qué consiste el trabajo y que estudios se deben realizar, da un tríptico para que el padre y la madre de las estudiantes comprendan lo normal que es el trabajo de ser puta.
Otro escenario:Instituto. 4 de ESo. Se instruye a las chicas de 15-16 años sobre las salidas profesionales relacionadas con ser puta: opciones de trabajo ( local propio/ajeno, visitas domicilio,Barra americana, puticlub, actividades especiales, viajes a otros paises -trata de blancas-, competencia desleal), enfermedades de transmisión sexual, complacencia del cliente etc.
Es lo que dice D. Ignacio : Un trabajo como cualquier otro
Algo así como el trabajo de conserje: Complacencia de los clientes, peligro a que te agredan….
El local es moderno y muy bien iluminado, inclusive hay afiches de los shows que hay los fines de semana, los pisos son de porcelana y los baños son limpios, amplios y privados. Hace unos meses atras se habilito la zona VIP de las conejitas de carapongo en el segundo piso de local, por lo que para entrar a esa zona debes de pagar 20 soles la entrada y 100 soles en promedio el servicio sexual con la prostituta, pero segun me han contado, las chicas que estan ahi no valen el precio que se paga.
putas peruanas
macos elera: ninguna mujer vale el precio que se paga porque el ser humano/a no tiene precio, no hay dinero con qué pagar una vida.
Estas evaluando a una persona como si fuera un objeto para tu gusto y con eso estas dejando de lado su dignidad.
Cada vez que alguien «usa» a esas personas la esta dañando en su salud física, mental y social y por más dinero que pagues eso no tiene repuesto, el dinero no compensa los años de vida que se pierden.
La prostitución no es un trabajo, es una forma de violencia, de que existan mujeres vulneradas, excluidas, para ser usadas y desechadas.
Hay personas (hombres y mujeres) que se dediquen a la prostitución porque quieren. Muchos actores del porno son un ejemplo de ello. Además, todos los que consumimos porno desde luego estamos consumiendo una forma de prostitución. Pero, por desgracia, la prostitución en general es un mundillo desregulado, lleno de explotación e inmunidicia.
Con todo, les dejo un artículo desmontando algunos mitos sobre la forma de prostitución más extendida: la pornografía. Pinchen mi nombre si les apetece leer.
No es un trabajo como cualquier otro, ni es un trabajo. Yo soy prostituta, soy transexual, te marginan y te empujan a esto.
Luego vienen los señores casados a pagarnos para que accedamos a dejarnos manosear por ellos y a hacer el maric…entre cuatro paredes.
El 90 por ciento tiene pareja, novia o está casado y con hijos pequeños.
Desde cuando chupar penes es un trabajo? Desde cuando ponerse a cuatro en una cama y que te laman el culo es un trabajo?
Esto es una guarrada.
Yo me cuido mucho, oral con condón, no los beso ni nada porque veo como son ellos, que llegan y te quieren meter la lengua hasta no sé.
La mayoría de prostitutas ni se cuida, hace el oral sin condón, se tragan todo.
Hay que ser enfermo para dejar a sus parejas en sus casas e ir a revolcarse con una prostituta desvencijada, que a lo mejor está poblada de hongos, piojos o vaya a saber qué.
Hay muchas travestis con vih y ahí siguen eyaculando en la boca de los señores casados… de verdad compadezco a las mujeres que tiene por pareja un gay reprimido.
Me parece una falta de respeto ir a hacer cunnilingus a prostitutas, casi todos lo hacen.
Por qué no se quedan solos?
Yo estoy ahorrando euro sobre euro, para poder pagarme el cambio de sexo y dejar esta inmunda actividad.
Es que es asqueroso, tener que hacer sexo con gente que no te gusta, que ni te excita.
Hoy una amiga me decía que es como una violación, dice que tiene que atender un viejo asqueroso que no para de follarla toda la hora porque es el único cliente que se hace en el día.
Es patética esta clase de sexualidad, para nosotras no es sexo, es una molestia y para el putero? De verdad les llena pagar por sexo y hacer esto? Supongo que si, si no, no lo harían.
Se nota que se excitan con cualquier cosa, además de que hay prostitutas MUY feas y travestis horrendos y tienen clientes igual, el mal gusto impera entre los puteros.
Todos quieren pagar poco ahora, da igual que seas joven, guapa, rubia de ojos claros… les da igual eso, si un mono con peluca les cobra menos se van con el mono.
Noto que buscan afecto en nosotras y para mi esto es como una fábrica no sé, hacer orgasmos en cadena, entras y te largas, y siguiente.
Pero ellos se acercan ahí con la boca a intentar besar y yo los aparto, les digo que no, esto es sexo solamente.
Si quieren besos que paguen más, no es algo que me haga sentir cómoda entonces que me incentiven con más dinero!
Creo que tanto ellos como nosotras estamos medio pirados, una persona normal no se deja humillar por dinero, porque así nos sentimos casi todo el tiempo cuando tenemos que dejarnos manosear por viejos asquerosos, gordos, o tipos que nos dan asco.
Y ellos peor que nosotras ya que pagan por sexo, tienen una idea trastornada de lo que es la sexualidad, son como violadores de alguna manera, pagan y ya está. No les importa la otra persona.
Hola, Freya. Creo que hay asociaciones en las que puedes pedir ayuda. Te ayudan en conseguir otro trabajo o te dan formación laboral. Son asociaciones abolicionistas que dan soporte a la trabajadora sexual, (o esclava sexual), y condenan al putero. Soy de la creencia de que nadie debería hacer un trabajo que no quiere hacer.
Aunque yo he sido putero, o cliente de prostitutas. (Hace 11 años que no voy), no he intentado humillar a las chicas, y la mayoría con las que he estado eran muy guapas. Si, según cuentan las abolicionistas, he comprado un cuerpo y eso está penado, ya rendiré cuentas a la justicia. Yo he intentado tratarlas lo mejor que he podido, como si fueran mi novia, aunque solamente fuera por una hora.
Espero que tengas una mejor vida. Saludos.
Freya te felicito por tu valentía al contar lo que es realmente la prostitución desde tu visión de persona afectada.
Alberto B Ilieff
Para mi la prostitucion no es un trabajo. Es injusto que una chica gane mucha plata, por el simple hecho de tener sexo y que por ejemplo una señora que tenga que limpiar baños publicos, gane mucho menos. Es cierto que puede ser asqueroso, pero hay muchas chicas que elijen a sus clientes. No todas las chicas son victimas de tratas, hay muchas que viven de esto, por que se gana mucha plata y facilmente. No discuto ahora si esta moralmente bien o mal ( aunque para mi esta mal poner precio al cuerpo) A las pendejas de ahora ( no todas )solo les atrae la plata , y si la pueden conseguir facilmente y con placer, mejor. El que defienda que la prostitucion es un trabajo, que me explique el significado de trabajo y como encaja con la prostitucion.
Me parece interesante Sebastian tu pregunta porque, salvo que se obtiene dinero, la prostitución no encaja con ninguna definición de lo que es trabajo.
Es un mito que las personas en prostitución ganan mucho dinero, si lo hicieran, te aseguro que dejarían de serlo. Si siguen en prostíbulos, en las calles, y soportan el destrato y violencia es porque no ganan lo suficiente como para dejar esa actividad (en el caso que pudieran hacerlo y que las mafias y redes de prostitución no se lo impidieran). Por otro lado, pensá que gran parte del dinero se lo llevan los proxenetas y los tratantes.
También es un mito o una mentira que interesadamente algunas personas sostienen que se eligen los clientes. Donde hay comercio, interés económico, no hay elección de clientes y mucho menos en momentos de crisis.
También es un mito creer que es una manera «fácil» de ganar dinero. Poner el cuerpo para que alguien desconocido lo use a su gusto, eyacule en él, y eso repetido diez o vente veces por día, no me parece una manera fácil de ganar nada, al contrario. Los medios no nos dicen los graves daños a la salud física, psíquica y social que tienen las personas en prostitución, tanto que la edad promedio es menor a la del resto de la gente (la de las personas travestis puede ser de cerca de los 35 años de edad)Eso nos indica que no es una manera fácil. Te aseguro que si esas personas hubieren tenido en su infancia y adolescencia otras posibilidades y sostenimientos familiares y sociales, no hubieran permitido ser ingresadas a la prostitución.
Entonces, si comerciar con el cuerpo no es trabajo, ¿el modelaje, qué es?
Si Alberto, pero aca en Argentina, tengo compañeros que son de contratar servicios. Y por lo que me dicen, son chicas que trabajan un par de años, para pagar sus estudios, y otras siguen por que les gusta la forma en que ganan plata, y no tienen ningun proxeneta ni son esclavas, por que son chicas que eligen sus horarios, y el dia en que se quieren tomar descanso o dejar de trabajar lo hacen. Tambien, me dicen, que no atienden a todo el mundo, que ya tienen una clientela fija, pero recalco que puede ser asqueroso y todo, pero para mi el sexo esta mas relacionado con el placer que con el trabajo. Aunque, es cierto, que tambien hay chicas de las que vos contas
Sebastian
No acuerdo con vos en eso de “contratar servicios” porque el cuerpo humano no puede ser objeto de contrato alguno así haya consentido la persona pues esto va contra los Derechos Humanos y su principio fundamental que es la dignidad. Y no puede ser objeto de contrato porque no somos una cosa, porque el cuerpo no es algo distinto de la persona. Se nos quiere convencer que todo puede ser comprado y vendido y que el dinero justifica todo pero no es así.
Hace muchísimos años que estoy en este tema y estoy relacionado con las entidades de personas en prostitución o que lo estuvieron y que están luchando por su dignidad y te puedo asegurar que siempre hay proxenetas, algunas veces llamados “maridos” o simples fiolos y en otros casos empresas muy importantes. Aún en los mentados casos vip hay organizaciones muy fuertes y peligrosas.
En todo caso cuando se habla de prostitución no se esta hablando de las personas que la ejercen sino del tema social. Ellas están en ese lugar porque hay una sociedad que establece las condiciones para que lo estén y hay un sistema que favorece a que los hombres siempre tengamos a disposición, las 24 hs del día, todos los días del año, mujeres para nuestro entretenimiento. Mientras exista la prost estaremos muy lejos de la igualdad y de la democracia.
Lo que los hombres puteros, o sea los que pagan por satisfacerse con una persona sin pensar en su deseo o placer, en el fondo son misóginos, tienen odio hacia las mujeres y por eso sienten placer en someterlas, humillarlas, incluso hacerles realmente daño durante el acto. Entrá a las páginas -foros- donde ellos hablan de sus experiencias y te darás fácilmente cuenta.
En definitiva, acceder a una persona mediante pago es un acto de violencia, aunque la otra persona acceda “libremente”. Tené en cuenta que si no hubiera pago de por medio seguramente esa mujer no permitiría que le hicieran lo que los puteros desean tantas veces por día.
Es un tema muy complejo realmente. Intervienen factores de todo tipo, por eso no puede ser reducido a una simple cuestión de pago.
Relee el mensaje de más arriba de Freya, expone con claridad lo que es la prost.
Para Mi la prostitución si es un trabajo como cualquier otro..por que todo trabajo asalariado consiste en llevar a cabo una lavor a cambio de una compensación económica.
Bueno ya sabes dónde llevar a tus hijos a trabajar.
Isabella
Dudo aceptar que la prostitución sea un trabajo asalariado ya que éste no cumple netamente con los beneficios o ventajas que, bajo los principios del mismo, están señalados de acuerdo a la ley.
Esta excelente todo lo q dices…solo no concuerdo con algo y es que «puta» no es lo mismo q «prostituta» … quien se prostituye cobra por ello, recibe dinero por algo a cambio y la puta lo hace por el «amor al arte» . Creo q hay una diferencia para mi. Gracias!
Myriam. Estas exponiendo el punto de vista de los hombres sobre las mujeres, es un punto de vista interesado. Nosotros no hablamos de «putas» ni de «prostitutas» sino de personas -ante todo personas- en prostitución, o personas en situación de prostitución mostrando que es la situación la que condiciona, o personas prostituidas porque nadie se prostituye a sí mismo se requiere un otro que pague y acceda a esa persona. Una mujer que tiene relaciones sexuales libremente, sin coacción, sin violencia, sin pago de por medio, por deseo mutuo y con mutuo respeto, no lo hace «por amor al arte» si esto significa que es lo mismo que ver un programa de tv, esa mujer está ejerciendo su derecho a la libertad y a la elección de con quién, cuándo y cómo satisfacer su deseo por eso es denigrante llamarla de cualquier modo.
Hola como están abra un lugar para mi para trabajar urgente
Quien escribio esta mamada
Hay encerio que no les queda otra salida y
Se van a prostituir esa no es la salida eso no es trabajo que una mujer venda su cuerpo ademas siemore va haber trabajo para las mujeres como ir a un restaurante y trabajar o barrer ya que eso es mejor que prostituirse asi que la prostitucion no es un trabajo eso es pecado
La prostitución NO es una profesión, sino una mera actividad. La profesión no solo entraña recibir dinero por una actividad, sino una especialización científica en un área del conocimiento. Tampoco lo considero un trabajo, pues no entraña una actividad que contribuya a la economía de una nación, que es el concepto fundamental de «trabajo». Por último, no es una actividad DIGNA porque entraña el sacrificio de ella solo por obtener dinero. Una cosa distinta es que las prostitutas sean seres humanos y que tengan derecho a hacer lo que les plazca, incluso vender el cuerpo, pero otra es que esa actividad sea un trabajo o una profesión y que sea digna. No confundamos las cosas.
La prostitución debe ser considerada un trabajo por respeto a quienes la ejercen, pero no promovido debido a las múltiples inmoralidades que esta implica. Su abolición es incorrecta porque las/os prostitutas/os muchas veces dependen de esta labor como modo de subsistencia, y por el contrario su legalización establecería su regularización y con ella el respeto de todos los derechos con los que prestan este servicio deberían contar. No tenemos derecho a decidir que hace cada uno con su cuerpo, pero si optar por su libertad de elección bajo un marco de seguridad para su persona y dignidad físico psicológica.