Divertida parodia del ‘sexo fuerte’ ante «La curva de la felicidad o la crisis de los 40»
Por Horacio Otheguy Riveira
Quino sufre por Carmen, da vueltas una y otra vez, está solo, tiene un amigo de dudosa reputación, y dos nuevos amiguetes que le circulan con aviesos intereses, pero él necesita volar, volar muy alto, ser un nuevo hombre… Sobre todo ahora que «ella» le ha dejado. ¿Lo conseguirá? ¿Quiere de verdad volar con alas propias como si fuera un tipo fuerte y decidido?
Un tema recurrente en la comedia teatral, donde el neoyorquino Neil Simon es un maestro (La extraña pareja, Plaza Suite…) y muy buenos autores franceses le han sabido dar su toque de alocado vodevil, como Marc Camoletti, Barillet y Gredy o Max Regnier… También en España caben algunos ejemplos que rápidamente se vieron apagados por el ingenio, los estupendos diálogos y la eficaz parodia del machismo ibérico de esta Curva de la felicidad estrenada hace 10 años con Pablo Carbonell y Jesús Cisneros —que repite ahora— en un brillantísimo debut teatral.
Desde entonces ha recorrido países y lenguas con mucho éxito. Por poner dos ejemplos de culturas muy distintas, Grecia y Argentina: en cada caso, una adaptación perfecta para sus propios cuarentones: esos chavales ya muy crecidos con incipiente barriga y menos pelo cada día que de pronto se estrellan ante la fatalidad de comprender que su mujer es el eje de todos sus comportamientos, y que el vaivén fantasioso de resultar irresistible para las chicas de 30 no funciona, se sienten ridículos y al borde de la tragedia…, pero eso sí, entre un torrente de sonrisas y carcajadas en torno a sus muchas torpezas.
Así han escrito esta función Eduardo Galán y Pedro Gómez, aunando diversos estilos y tendencias, ambos con un buen dominio de la llamada comedia de situación basada esencialmente en diálogos fluidos, donde el humor viste de estupenda energía lo que sería material de melodrama con mucho alcohol en el teatro psicológico de otros tiempos.
Pedro Gómez en aquel momento era quien tenía más traning de comedia televisiva, y Eduardo Galán ya era un escritor completo en el mundo del teatro con varias adaptaciones en su haber. Creador permanente de diferentes opciones escénicas en el mundo de los clásicos como del teatro actual con formidables trabajos como El caballero de Olmedo o La Celestina, e Historia de 2 y Hombres de 40 (esta última una versión más personal del tema principal de La curva de la felicidad, y más interesante también)…
Entre su abundante producción destacan dos funciones, una que se está representando con éxito por diversas ciudades de España, Última edición, coescrita con Gabriel Olivares, a su vez director de la obra. Y una notable versión de una de las mayores obras maestras del siglo XX: El zoo de cristal, de Tennessee Williams (un gran trabajo con excepcional creación de Silvia Miró).
De momento, La curva de la felicidad o la crisis de los 40, trae el buen humor de hombres-actores, personajes e intérpretes que comparten la gran fiesta de saber reírse de sí mismos en una serie de situaciones que por disparatadas nunca resultan suficientemente absurdas, ya que cada torpeza se ve compensada por la cotidiana incapacidad de valernos por nosotros mismos… sin la chica que queremos por encima de todas las demás. En este caso, Carmen, un gran personaje ausente que sólo «aparece» por teléfono y que, con la voz implacable y a la vez encantadora de Yolanda Aristegui, vuelve al orden todas las emociones y transforma lo peor en lo mejor.
Igual que debutara en una obra teatral Pablo Carbonell hace diez años, ahora lo hace Sergio Fernández «El Monaguillo», después de éxitos en televisión y monólogos escénicos. Su vis cómica le permite lucir un personaje que engancha por su ingenuidad de niño-grande rodeado por tres tipos más pillos, aunque en el fondo igualmente desgraciados y solitarios, interpretados por tres notables actores: el psicólogo con brillantes trucos de manos (Antonio Vico), el arrogante machote que no da una pero se festeja a sí mismo los chistes (Jesús Cisneros), y el más bribón de todos, Josu Ormaetxe.
Simpáticos y blandos integrantes del «club» del mal llamado sexo fuerte que se enredan en mil y una historias con tal de escapar de la amarga soledad porque no hay chica que les aguante… Aunque, quizás, tal vez, a lo mejor, en esta peligrosa Curva de la felicidad, alguno reciba una grata sorpresa.
La curva de la felicidad o la crisis de los 40
Autores: Eduardo Galán y Pedro Gómez
Dirección: Josu Ormaetxe (Basado en la dirección de escena de Celso Cleto)
Intérpretes: (Por orden de intervención) Sergio Fernández “El monaguillo”, Jesús Cisneros, Antonio Vico, Josu Ormaetxe. Voz de Carmen: Yolanda Arestegui
Escenografía: David de Loaysa
Coordinación vestuario: Yolanda Arestegui
Iluminación: Raquel López
Lugar: Teatro Amaya
Fechas: Del 5 de junio hasta el 5 de julio de 2015 (nueva reposición).