Consuelo y autoayuda
Por Dinorah Polakof.
En su biografía el rabino Marcelo Rittner viene precedido de altos estudios y desempeños: Licenciado en Sociología por la Universidad de Belgrano en Argentina, graduado del Seminario Rabínico Latinoamericano, oficia en Brasil para la Congregación Israelita Paulista durante 10 años, y actualmente es el principal de la comunidad Bet.El de México, recibe un doctorado honoris causa en teología, fue co- fundador y presidente de la Confraternidad Judeo-Cristiana de México y ha escrito numerosos artículos y libros.
Destacamos Aprendiendo a decir adiós y Si no es ahora, ¿cuándo? , ambos pertenecientes a Grijalbo (sello para el grupo Penguin Random House). Reseñar el primero de los mencionados, es categorizar el contenido entre la superación personal en instancias donde la muerte de un ser querido devasta. Encontrar aliento más allá de la palabra, reflexionar y probar experiencias que han contenido a otros; es el hilo conductor de Aprendiendo a…
¿Qué lo hace diferente a otros libros? Aparece en las primeras páginas una respuesta citando a Elie Wiesel, sobreviviente y gran pensador de la Shoá (Holocausto bajo el yugo nazi): “Nadie es capaz de sentir gratitud/como aquel que ha salido del reino de la noche,/ Sabemos que cada momento es de gracia;/cada hora, un ofrecimiento./ No compartir nuestro tiempo sería traicionarlo./ Nuestra vida ya no nos pertenece sólo a nosotros. / Pertenecen a todos aquellos que nos necesitan/ desesperadamente. “
Marcelo Rittner determina la relación entre la vida y la muerte, el recuerdo y la sanación. Se vale de las cuestiones que él mismo debió sortear en su vida personal ante la desaparición física de sus queridos, cuando la oración le fue insuficiente. Todos los interrogantes están postulados en su mensaje, ya por intermedio de parábolas, recopilación de otros autores o análisis de los sentimientos encontrados.
En una entrevista radial el rabino Rittner explica que no estamos preparados para cortar una relación, como por ejemplo, sobrellevar la muerte de un hijo y que afrontar la muerte depende de cómo hemos vivido la vida. Sugiere guardar de la vida las memorias, los recuerdos y entonces la tristeza se sobrelleva mejor. Advierte que la furia contra Dios es el enojo primario y es válido como tal pero si en lugar de invitarlo a sumarse a la frustración, lo tratamos como parte de nuestras vidas, el dolor paulatinamente se alejará.
Para finalizar, agrega que aprendió mucho de las familias que acudieron por su ayuda y que Aprendiendo a decir adiós no es un tratado sobre teología, ni un manual. El libro contiene la esencia de los testimonios ajenos y propios con el objetivo de entregar las herramientas para atravesar “el valle de las sombras”.
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Foto vía: Me gusta leer