Club Culturamas

El sonido de los parques

Por Fran Portillo. No hay nada más gatificante que escuchar la risa de un niño.

Recuerdo, hace algunos años ya, aquel entrañable cubículo de tierra y piedras en el que pasaba las horas junto a mis hermanos o amigos. Jugando a las canicas, el trompo, el pilla-pilla, bola va, el escondite.

Cuando llovía, mi hermano y yo nos manteniamos espectantes junto a la ventana esperando que escampara para ir corriendo a la plaza Juan XIII a jugar a la lima, porque el barro molaba, aunque las manchas en la ropa no tanto a mi madre cuando llegabamos de barro hasta las cejas.

Qué tiempos. Una época maravillosa.

Cada día conocías gente nueva, niños que llegaban nuevos al barrio y que enseguida les inculcábamos nuestros juegos. Nos sentabamos, ya agotados de correr, en un banco y nos contábamos historias a cual más fantástica.

Han pasado muchos años desde aquello y me entristece profundamente contemplar ese gran lugar de recreo sumido en un mutismo total. Los niños ya no quierez jugar, salvo en sus maquinitas o Smartphones.

Son otros tiempos, sí. Pero por mucho tiempo que pase aun conservo la esperanda de volver a escuchar el sonido de los parques abarrotados de niños jugando al pilla-pilla.

¿Es ingenuidad? No sé, yo lo llamaría añoranza.

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