La baronesa dandy, reina dadá.
Por Violeta Nicolás. Sorprende cómo la Historia del arte establecida puede ser revisitada y repensada a partir de datos que se nos escapan, hechos, historias poco conocidas, como la de nuestra baronesa dandy, reina dadá, Elsa von Freytag-Laringhoven. Se trata de una mujer polifacética, con un concepto radical de arte ligado a la vida, principal postulado defendido desde el performance art. Su comportamiento, la manera de vestir, de ver y relacionarse con los objetos que nos rodean, etc., forma parte de su concepto de obra de arte, esto es, su propia conducta a lo largo de su vida está orientada a un nuevo marco propio del dandy. En este sentido, debemos tener en cuenta el azar y el objeto encontrado en la Historia del arte, de hecho «la baronesa inauguraba mucho antes que otros la elevación del gesto, del hallazgo y del encuentro casual a la alta categoría de obra de arte». Hay que considerar el papel de Elsa en una de las obras más célebres de la Historia del arte, el urinario de Marcel Duchamp, bautizado como Fontaine, entendido en tanto ready made, un objeto ya fabricado y en este caso ya regalado, tal y como afirma el artista en una carta dirigida a su hermana. Nos dice Gloria G. Durán que todo apunta a que fue un regalo de la baronesa dandy, entre otros motivos porque en esa misma época Elsa estaba interesada por los deshechos humanos como reafirma su obra titulada God -un trozo de cañería de plomo retorcida-, ya que se trata de un tema que considera aristocrático. Por su parte, Marcel Duchamp según nos recuerda la autora, dedica, que sepamos, una frase especial a Elsa, «(la baronesa) no es futurista; la baronesa es el FUTURO». Ella estuvo enamorada de Marcel Duchamp y según parece no era debidamente correspondida, en el libro podemos encontrar diversos poemas de la baronesa, una auténtica poeta experimental y reflexiva sobre la sociedad de su tiempo, entre ellos destaca un poema, inspirado según nos cuenta la autora en Marcel Duchamp, profundamente triste, en el que podemos observar cierta mística del amor, donde se nos presenta el sentido plástico propio de los artistas.
Debemos recordar y reivindicar su creación literaria, sus poemas e inquietudes que siguen siendo tan actuales. La artista trataba temas profundamente feministas y modernos, como la liberación sexual de la mujer o el uso de los espacios públicos. Ironiza de manera patente en varios poemas, que encontramos en el libro, sobre determinados estereotipos de género y, sobre la relación con el hombre, así como la consecución de relaciones satisfactorias por parte de la mujer. Algunos ejemplos son el poema titulado «Ninguno» o el poema titulado «Señor, poco a poco», como nos dice Gloria G. Durán, en el primero de ellos, alude visualmente al descenso en una escalera de Marcel Duchamp y, el poema abarca probablemente su experiencia con los hombres, ninguno de ellos era poeta, lo cual puede adquirir en el poema una asociación con el buen o mal amante, la intensidad de la poesía en referencia al sexo apasionado.
NINGUNO
«Sí, Señor» – así habló – «esto es correcto-
el coito es muy importante-«.
Si me permite -señor Zappelman
La palabra fría – cuando uno es capaz!
El coito – necesita como la poesía
Ritmo – dirección profundamente íntima
Frío Fuego Fantasía
Sexualmente es un genio
Un cuerpo Sangre Cantos Irrefrenable
Si no es obsceno – ¿verdad?
Pánico en su redondo ojo dice:
«Queridísima – no soy un poeta».
Resulta llamativo el apelativo de baronesa y de reina para una artista de espíritu libre y creativo, sin embargo está relacionado con uno de sus fundamentos dandy. Antes de casarse con un auténtico noble de familia alemana del cual obtiene el título de baronesa, «se había autoproclamado aristócrata del espíritu mucho tiempo atrás», pero es al contraer matrimonio cuando hace realidad su sueño, donde se mezcla quizás cierto romanticismo decadente con la consideración social de distinción, además de suponer toda una provocación dada su actitud de rebeldía. En general se comparte en el dandismo esta afición por la aristocracia y nobleza, tal y como nos dice Gloria G. Durán, «el dandy no será reclasificado por un derecho adquirido sino que se renombrará a sí mismo como un gesto básico de militancia inventando, si fuera necesario, un apelativo con abolengo». En cualquier caso, no deja de resultar surrealista y provocador esta retórica de lo aristocrático en la autoconstrucción de la identidad de la artista, la cual se nos presenta con un velo de autoficción, y puede hacernos ver la artificialidad existente en la propia idea de identidad personal unívoca.
Baronesa dandy, reina dadá.
Gloria G. Durán
2013
Madrid
Gloria G. Durán es investigadora postdoctoral dentro del proyecto de investigaciónI+D ”Prácticas Culturales Emergentes en el Nuevo Madrid”, PRACTICEMAD (CSO2009-10780) desarrollado por el Grupo de Estudios Urbanos del departamento de Antropología Social y Cultural de la UNED. Dentro del mismo desarrolla la ventana etnográfica del campo del arte en la ciudad de Madrid. Ha sido profesora de arte público en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Murcia y de teoría del arte en Wilson Prep de Oakland (California). Es miembro del grupo de investigación del Procomún Estético y Político dentro del Laboratorio del Procomún de MediaLab Prado y del grupo de género. Además de miembro activo del colectivo, y en breves asociación, La CSA La Tabacalera de Lavapiés. Doctora por la UPV de Valencia con una tesis sobre dandysmo y contragénero. Ha publicado: “Dandysmo y Contragénero” CENDEAC, Murcia (2009). “Baronesa Dandy Reina Dadá, la obra-vida de Elsa von Freytag-Loringhoven”, pepitas de calabaza, Logroño (2011) y “Dandys extrafinos”, Papel de Fumar (la editorial de la CSA la tabacalera de Lavapies), Madrid (2011)
Por Violeta Nicolás